Querido amor de mi vida,
Este cumpleaños no será como los demás porque esta vez no estás aquí.
Esta vez lloraré en vez de reír, y encenderé velas en tu tumba en vez de soplar algunas contigo en tu tarta de cumpleaños.
Ya no estás entre nosotros. Ahora estás en un lugar mejor. Probablemente me estés mirando desde arriba, sonriendo y diciéndome que soy un tonto por llorar por ti.
Pero ya ves, no sé manejar las cosas de otra manera. Si no te hubiera amado tanto, no estaría llorando sobre tu tumba.
Tengo una rosa blanca en la mano y pienso en ti.
Aún recuerdo aquella noche en que viniste a recogerme y me trajiste una rosa blanca. Era un símbolo de nuestro amor tan puro y limpio.
Hoy, pongo la misma flor en tu tumba para que me recuerdes. Para decirte que no estás solo.
Para decirte que todavía hay alguien aquí abajo cuyo corazón late por ti aunque tu corazón dejó de latir hace mucho tiempo.
Tal vez no debería hacer esto. Tal vez debería olvidar las cosas y seguir adelante. Tal vez sólo sea una forma de torturarme. Pero no sería yo si no te escribiera esta carta de cumpleaños.
Así que, aunque no estés aquí, quiero que sepas que te sigo queriendo.
Todavía te echo de menos y todavía te deseo. Por favor, no lo olvides. Tendrás un lugar especial en mi corazón y siempre estaré pensando en ti.
Hoy no soy el único que llora. Hoy, la Tierra también llora porque ha perdido a un ángel que se ha ido a un lugar mejor. Hoy no es momento de celebrar, es momento de llorar.
Ya no estás aquí y todos tus amigos y tu familia te echan muchísimo de menos. Y por encima de todo estoy yo.
Te echo de menos y pienso si las cosas podrían haber sido diferentes.
Si te hubieras quedado conmigo esa noche, no habrías conducido y no habrías tenido un accidente de coche. Si te hubieras quedado conmigo, habrías tenido una oportunidad.
Una oportunidad para la vida. Pero el destino hizo otra historia para ti. Ahora, nadie escucha mis gritos en la noche mientras sueño contigo.
Esta vez nadie ve mis lágrimas. Esta vez nadie me oye gritar tu nombre, esperando que aparezcas a la vuelta de la esquina. Nadie me oye, ni siquiera tú.
Sabes, una vez oí que Dios se lleva a los ángeles de la Tierra .
Ahora entiendo por qué te llevó. Eras demasiado perfecto para vivir en un mundo cruel como este. Eras demasiado bueno para ser verdad. Y ahora estás en el lugar donde mereces estar.
Sé que lo estáis pasando bien pero todos los que hemos quedado aquí no nos sentimos igual.
Nos sentimos mal porque hemos perdido a un hombre, un amigo, un amante, un alma gemela. Y duele. De verdad que duele. Pero tenemos que acostumbrarnos al hecho de que ya no está aquí.
Sé que tengo que ser fuerte.
Siempre me decías que no te gustaba cuando lloraba o cuando me sentía mal. Me enseñaste muchas cosas y una de ellas fue a no rendirme nunca.
Me enseñaste que la vida es demasiado corta para sentirse deprimido y preocuparse por las cosas pequeñas. Me enseñaste que debo vivir mi vida al máximo.
Y vi ese brillo en tus ojos cuando hablabas de eso. Había fuego en ellos, lo bastante fuerte como para calentar los corazones de toda la gente que te rodeaba.
Amabas tanto la vida. Disfrutabas cada día como si fuera el último.
Y sólo por eso, estoy tan devastada porque Dios te llevó lejos de aquí. Sé que nunca lo perdonaré por ese acto.
No era justo y no te lo merecías. Merecías ser amada. Merecías vivir. Merecías disfrutar de la vida. Pero todos mis deseos son en vano ahora porque no puedo traerte de vuelta.
Lo único que puedo hacer ahora es escribirte una carta de cumpleaños . Esta es una señal de que todavía te amo profundamente. Y nunca dejaré de sentirlo.
Mi amor por ti siempre fue grande, pero hace algún tiempo se hizo aún mayor.
¿Recuerdas aquella noche en la que nuestro coche se paró en mitad del camino y descubrimos que habíamos pinchado una rueda?
Todavía me río como una loca cuando recuerdo cómo querías cambiar al repuesto pero no funcionó como pensabas.
Llovía y no teníamos otro lugar donde escondernos que una pequeña cabaña en el bosque. Seguro que aún recuerdas que era yo quien encendía el fuego para que pudiéramos calentarnos.
Esa noche te di todo mi amor. Esa noche dos almas se hicieron una. Esa noche se hizo el fruto de nuestro amor.
Y ahora mismo está dentro de mí. Cada día es más grande. Y puedo oír los latidos de su corazón cada vez que digo tu nombre.
No es extraño porque es tu hijo, el que vendrá a este mundo a sustituirte. El que me hará feliz y el que me recordará a ti cada vez que le mire.
Así que, querido amor de mi vida, mi ángel, mi mejor amigo y mi alma gemela, siento que no estés aquí para conocer a nuestro hijo.
Pero te prometo que intentaré ser tanto mamá como papá para él. Te prometo que hablaré mucho de ti y que él sentirá tu presencia en su vida.
Le diré que su padre era valiente y guapo. Le diré que fuiste el mejor hombre que he conocido en mi vida y que puede estar orgulloso de ser tu hijo.
Haré todo lo posible para que sea feliz. Pero también necesito un favor tuyo. Necesito que nos cuides desde el cielo. Necesito que nos quieras como nosotros te queremos a ti.
Porque te necesitamos ahora más que nunca. Te necesito ahora porque aunque no estés aquí físicamente, quiero que estés conmigo espiritualmente.
Al final, sólo quiero daros las gracias por todo lo que me habéis dado.
Contigo aprendí tantas cosas y tantas lecciones de vida. Y, sobre todo, recibí de ti el regalo más precioso: nuestro hijo. Él será la luz de mi vida, mi mañana, mi tarde.
Él será mi felicidad, mi pena y mi miedo. Él será todo lo que tú fuiste para mí.
Y lo mejor es que en tu próximo cumpleaños, no estaré aquí sola con una flor blanca en la mano. .
La próxima vez, recibirás dos rosas blancas de los dos corazones que laten por ti.
Con amor,
Tus dos ángeles