Chicas, ¿alguna vez vuestro hombre ha hecho algo que os haya molestado? ¡Pues claro que lo ha hecho! Es humano, tú eres humana, ¡todos somos humanos! Pero ¿qué pasa cuando empieza a hacerte daño mental y físicamente de forma regular? ¿Cómo te alejas para siempre?
Esta era mi situación; mi novio tenía problemas de ira. Arrojaba cosas, golpeaba paredes y puertas y gritaba. Nunca era un problema cuando no era yo la que lo recibía. Cuando llevábamos menos de 12 meses de relación, me topé con su ira impredecible. Me gritó en la cara, me dijo que me callara, que no siempre se trataba de mí. Esto me hizo llorar y estaba dispuesta a dejarle.
¿Pero no son listos? Retorció la situación y acabó haciéndome sentir culpable. Así que me quedé. Prometió que nunca volvería a actuar así. ¡Los maltratadores domésticos nunca cambian!
Quieren controlar tu vida, pero te dicen que es porque te quieren. Son fanáticos del control en su peor forma. Te alejan de las cosas que amas. Para mí, esto era mi carrera como azafata internacional. Siempre me estaba llamando, siempre necesitaba saber dónde estaba y con quién estaba. Esto me provocó ansiedad. Me volví callada en el trabajo; no veía ni hablaba con mis amigos.
Entonces, un día, me desperté. Encontré mensajes en su portátil y en sus redes sociales en los que coqueteaba con otras chicas. Me dijo que era un estúpido estímulo para su ego y que había sido un error. Estaba tan enfadada y dolida que saqué la maleta y me dispuse a marcharme hasta que me agredió físicamente. Estaba conmocionada y aterrorizada.
Fue entonces cuando me di cuenta... ¿Quiero sentirme así el resto de mi vida? ¿Quiero que me controle el resto de mi vida? Pero lo más importante, ¿quiero que el hombre que SE supone que me ama me haga daño físico el resto de mi vida?
Fue difícil alejarme porque estaba locamente enamorada de él. Pero sabía de lo que era capaz. Sabía que tenía problemas. Pensé que podía ser yo quien lo salvara. ¡Pero la única persona que necesitaba ser salvada era yo misma! Del hombre que dijo que nunca me haría daño, que nunca me traicionaría y que siempre me protegería.
Eras guapo, listo y divertido, pero todo eso no compensaba lo que me hacías sentir en esos momentos. Me hacías sentir tan pequeña y como si no fuera lo suficientemente buena.
Me hiciste depender de ti; me hiciste sentir que siempre te necesitaría. Supongo que esto es lo que hacen los maltratadores para evitar que los dejes.
Me he dado cuenta de que fui una víctima, ¡pero NO me avergüenzo! Tú eres la que ha perdido a alguien que habría hecho cualquier cosa por ti y te habría querido, cosa que a otras chicas les resultará difícil, créeme.
Ya no puedes cargarme con tus inseguridades. Ya no controlas mi vida. Ahora tomo mis propias decisiones. Me niego a renunciar a mí mismo. Tengo mucho amor que dar, pero lo reservo para el hombre adecuado.
Todavía te quiero y me preocupo por ti, pero las acciones tienen consecuencias y pronto te enfrentarás a ellas. Puede que te traiga vergüenza con tu familia y tu carrera. Pero en ese segundo que decidiste levantarme la mano, tendrás que vivir con ello.
¡Esto es más grande que yo ahora! Se trata de todas las chicas que me precedieron y de todas las que podrían sucederme. Subestimaste mi fuerza y coraje. Está en todas nosotras. Sólo tenemos que encontrarlo.
Si alguien te quiere de verdad, nunca jamás te pondrá un dedo encima.
Nunca te harán sentir que no eres lo bastante bueno. Nunca perderán los nervios contigo.
Nunca intentarán cambiar quién eres.
Nunca te harán sentir culpable por pasar tiempo con amigos o familiares.
Pensé que eras lo mejor que podía hacer. Resulta que eras el PEOR.
Siempre he leído historias sobre mujeres que se meten en estas relaciones. Nunca pensé que sería yo quien compartiría mi historia para concienciar sobre este tema.
Nosotras, como mujeres jóvenes, NO podemos dejar que un hombre defina quiénes somos. No podemos dejar que los hombres cambien lo que queremos ser y nuestros sueños. Así que chicas, SIEMPRE hay algo o alguien mejor para vosotras ahí fuera. Hay una luz al final del túnel. No dejes que un monstruo se apodere de tu bonito corazoncito. Guárdalo para tu verdadero príncipe azul. Conoce tu valor.
por Charlotte Andrews