He estado donde tú estás ahora. He estado allí y me he sentido como tú te sientes ahora.
Sin esperanza, ¿verdad? Como si no fueras lo bastante buena para complacerle, hicieras lo que hicieras.
Le diste todo lo que pudiste a esa relación, pero simplemente no fue suficiente. El amor no era suficiente.
Ahora has llegado a un punto en el que tus recuerdos te abruman y parece que no puedes entender por qué o incluso cómo dejar de pensar en él.
Sigues repasando todo lo sucedido y no te puedes creer el desenlace. Se ha ido y ahora te quedas solo con tus pensamientos.
Los recuerdos siguen viniendo a ti.
Recuerdas la vez que te trajo aquel enorme ramo de rosas y te dijo que, por muy bonitas que fueran, no podían compararse con tu belleza.
También recuerdas la vez que te hizo la cena después de un largo día de trabajo y te dijo que eso era lo menos que podía hacer por ti.
Recuerdas las sonrisas y las risas, las noches que pasaban hablando sobre temas que sólo entendían los dos.
Vuelves a los recuerdos que creaste y lloras, porque duele.
Lo que más te duele es haber olvidado la vez que llegó a casa tarde esa noche, oliendo a otra mujer.
Olvidaste la vez que le dijiste que se fuera de tu piso porque te dio una bofetada estando borracho, así que te preparó la cena para compensarte.
Olvidaste todas esas veces que le perdonaste sus errores, sólo porque te trajo un ramo de rosas.
Le perdonaste porque juró que te amaba.
Eran sólo palabras y no estás dispuesto a aceptar la verdad.
¿Por qué es más fácil para las mujeres creer en mentiras que afrontar la verdad? ¿Realmente somos tan cegado por el amor que sentimos por los hombres que nos traicionan?
Ese mismo amor nos hace pasar por tantas penas y miserias que nadie puede ver, porque nos lo guardamos todo para nosotros.
Volvemos a esos hombres en nuestra memoria. Olvidamos lo heridos que estábamos y nos limitamos a recordar aquellos momentos felices, sin arrepentirnos nunca de ellos.
Los sentimientos nos ciegan los ojos. Somos criaturas tan puras.
La pregunta aquí es: ¿Crees que él también te recuerda? ¿Bajo las sábanas de otra mujer? ¿Comprándole rosas cada vez que mete la pata?
¿Besándole el cuello y jurándole lo mucho que la quiere? ¿De verdad crees que tiene tiempo para pensar en ti cuando probablemente, ahora mismo, la está besando?
No. Por mucho que no quieras oírlo, él no es pensando en ti.
Fuiste sólo una fase en su vida, pero él era todo lo que siempre soñaste. Ese es el problema aquí.
¿Por qué querrías pensar en un hombre que no se molesta en pensar en ti?
¿Quién no se molesta en repasar sus recuerdos de ti, porque tiene otra mujer a la que abrazar ahora mismo?
No piensa en cómo se siente tu piel bajo sus dedos, porque está demasiado ocupado tocando la piel de otro.
¿Por qué le das el placer de estar constantemente en tu mente y en todo lo que haces?
¡Basta ya!
Te estás perdiendo tantas oportunidades maravillosas para conocer a un hombre que pueda atesorarte, como realmente te mereces.
Por fin podrías conocer a alguien que cumpla sus promesas y te muestre cómo debe sentirse el amor verdadero.
Por eso tienes que dejar de pensar en tu pasado, ahora más que nunca.
Sé que es mucho más difícil de lo que parece, pero no hay otra opción que dejar de pensar en él.
No era más que una importante lección de vida que necesitabas aprender.
¿No fue suficiente? Tuvo el placer de estar en tu vida durante un breve periodo de tiempo y su tiempo ha terminado.
Deja de perseguir momentos perdidos, cuando tu futuro podría estar lleno de tanta belleza que ni siquiera puedes imaginar.
Suéltalo y abrirás tu corazón para recibir amor de nuevo. ¿No es eso para lo que todos vivimos?
El día en que nos liberaremos de nuestro pasado y seguiremos hacia el futuro, sonriendo, riendo y amando.