La vida es un torbellino imprevisible de acontecimientos inesperados.
A veces acabas contando tu buena suerte y otras aprendiendo lecciones duras pero valiosísimas.
Ambos momentos son igualmente necesarios para mantenernos con los pies en la tierra y conscientes de que, por mucho que intentes planificar tu vida, en realidad nunca funciona.
Lo que está destinado a ti siempre acaba por encontrarte, pero no antes de que te hayas enfrentado a situaciones difíciles que te han convertido en una persona fuerte, mujer valiente que eres hoy.
Lo mismo ocurre con el amor.
Siempre damos ese salto de fe hacia lo desconocido, rezando para que nos lleve a un lugar nuevo, mágico y seguro.
En algún lugar no nos harán daño, sino que nos mostrarán el alcance del amor más profundo posible y prosperaremos.
Pero antes de ser bendecido con ese tipo de amor especial, único en la vida, lo normal es pasar por algunas penurias poderosas que sacuden tu mundo y te hacen pensar que tu alma ha sido aplastada para siempre.
Por suerte, rara vez es así, pero la lección más dura que probablemente hayas aprendido te pareció tan cruel y devastadora en su momento y ahora estás agradecido, porque lo único que hizo fue hacerte más fuerte y mucho más resistente.
Siempre ocurre cuando menos te lo esperas.
Estás radiante de alegría y satisfacción y te sientes como en las nubes la mayor parte del tiempo.
Tu hombre te colma de amor, afecto y bondad y nunca has sido tan feliz.
Parece que las cosas son demasiado buenas para ser verdad, pero, de algún modo, simplemente funcionan y no se te ocurriría hacer nada que las pusiera en peligro.
Hasta que esa cosa sucede. Hasta que el hombre que te sientes tan bendecida de tener te aplasta con esas cinco dolorosas palabras...
''Ya no te quiero''.
Y un día, simplemente se detiene.
Te quedas desconcertado.
No crees lo que oyes y no puedes aceptarlo.
El hombre que te hace sentir la mujer más feliz del mundo ha decidido de repente que ya no te quiere, ¿y qué se supone que tienes que hacer con eso?
¿Cómo se supone que debes reaccionar al oír esas palabras que te destrozan el alma y que han arruinado tus sueños y esperanzas?
El hombre con el que planeaste tu futuro ya no te considera digna de su atención y por muy dolorosamente aplastada que te sientas, esa es tu realidad y no va a cambiar.
Esta es una de esas cosas que te romperán o te harán diez veces más fuerte.
Este es el momento en el que decides que no importa lo rota que estés, no vas a dejar que esto, o él, mate tu espíritu y aplaste tu alma.
Te enfrentas a una verdad brutal y no hay vuelta atrás.
Ayer, eras todo lo feliz que se puede ser y hoy, tu corazón está destrozado y realmente no sientes que puedas seguir adelante.
Cómo una persona puede causarte tanto dolor te resulta incomprensible... pero, por desgracia, ahora mismo es demasiado real.
Nunca pensaste que te pasaría esto y, aunque así fuera, estabas segura de que ese tipo era la última persona que podría hacerte algo así.
¡Se suponía que era tu "elegido"!
Como dije, el desamor y el dolor siempre te encuentran cuando estás más feliz.
La vida funciona extrañamente de esa manera, pero en cierto sentido, este es un llamada de atención que ni siquiera sabías que necesitabas.
Recuperarse de una ruptura tan dura que nunca viste venir es una lección que nunca entenderías realmente hasta que pasaras por ella.
Es amargo, crudo y demoledor.
No se puede comprender realmente sin sobrevivir primero, y eso es exactamente lo que usted hizo.
Has sobrevivido y lo estás haciendo mejor de lo que nunca pensaste que podrías.
Lo que es importante entender en situaciones como ésta es que nunca es culpa tuya.
Puedes amar a alguien hasta la luna y de vuelta y todavía puede decidir que no eres suficientemente bueno.
Puedes desvivirte haciendo cosas bonitas por esa persona y aun así tendrá las pelotas de dejarte e irse a buscar a alguien mejor.
Esto no refleja quién eres como persona. Esto no te define, ni te hace insuficiente o no lo suficientemente bueno. Recuérdalo.
La gente hará todo tipo de cosas viciosas y no hay nada que puedas hacer para evitarlo, aparte de mantener la cabeza alta y salir dignamente de esa situación.
No dejes que te vean llorar ni que vean lo mucho que te han herido. Lo más probable es que eso solo les infle el ego.
Vete a casa, llora a moco tendido y desahógate.
Haz lo que necesites para aliviar tu alma de este dolor y no sientas que necesitas ser fuerte por nadie.
Te mereces pasar por esto como quieras, siempre que decidas que no vas a dejar que te marque de por vida.
Una vez que tus lágrimas se hayan secado y tu alma se sienta un poco más tranquila, supéralo y toma esta lección como lo más valioso que jamás aprenderás.
Te mereces el mundo. Te mereces un hombre que no te abandona.
Te mereces un hombre que sepa lo valiosa que eres y que jamás soñaría con hacerte un daño tan profundo.
Así que, hasta que ese hombre aparezca, haz lo que sea necesario para volver a ese lugar sano y feliz.
No hay reglas sobre cómo hacer el duelo. Y cuando por fin vuelvas a ser la de antes, estarás lista para ese tipo de amor que todo lo abarca, que te encontrará y te arrasará.
Porque, al igual que el dolor, el amor siempre te encuentra cuando estás a punto de renunciar a él.
¿Y no es esa la verdadera belleza de esta cosa llamada vida?