Nuestro corazón puede engañarnos haciéndonos creer que deberíamos ser felices sólo porque estamos con alguien a quien queremos.
Es cierto que el amor es lo más importante en la vida y por eso hay que tratarlo con respeto. Y en este caso, no fue así.
El amor es mucho más que el ocasional Te quiero dicho por costumbre y las noches en silencio que pasamos juntos mientras nos sentimos solos.
Es mucho más que distraerse con otra película que en realidad no querías ver o llamar a tus amigos para sentir que pasa algo.
¿Y las peleas constantes por cosas insignificantes? ¿Desde cuándo eres tan mezquino?
Puedes decirte lo que quieras, pero la verdad es que él no era para ti. Faltaba algo.
Si fuera él, no te habrías sentido sola e incomprendida mientras estaba a tu lado. No habrías sentido que tenías que hacer algo especial para llamar su atención.
Después de algún tiempo, te darás cuenta de que eras adicto a la sensación de cercanía, pero no al amor en sí.
Eso es lo que ocurre: la gente se vuelve adicta a los sentimientos, a pasar tiempo con alguien, a la forma en que le hacen sentir... Se vuelven adictos a las fantasías sobre lo que podría haber sido cuando la realidad es tan distinta.
Estabas enamorado, pero tu intuición te decía otra cosa. Simplemente no era "eso".
No tenías ningún objetivo; no trabajabas por nada. No había capacidad para el amor que quieres y necesitas.
Un amor que no es indiferente, sino ruidoso y orgulloso.
Tienes todo el derecho a tener el amor que deseas: no es sólo una fantasía. Puedes tener el amor que te haga feliz.
Un amor que te hace sentir agradecido todos los días de tu vida.
Pero antes de todo eso, para estar contento con uno mismo hay que aceptarse.
Tienes que empezar a practicar la autoaceptación radical. Tú te pones el listón.
Se trata de lo que tú quieres y de lo que es bueno para ti.
El hombre para ti está ahí fuera, pero primero tienes que ser buena contigo misma.
Cuando te sientas bien contigo misma, el hombre que entre en tu vida acentuará tu brillo.
Recuerda: las relaciones son importantes, pero no debes vivir para otra persona, sino para ti misma. Los hombres añaden algo a tu vida, pero no la hacen.
Nunca debes poner tu valía en manos de otros. Sólo tú puedes decidir lo que vales y los demás pueden darse cuenta de ello o no, eso no es problema tuyo.
En el fondo de tu corazón sabes que mereces el amor verdadero y sabes que existe. Te conoces a ti mismo y sabes de lo que eres capaz.
Sabes que hay alguien que demostrará que el amor puede compartirse y que dos personas pueden respetarse sin ser dependientes.
Encontrarás a alguien que te hará sonreír cuando menos te lo esperes, alguien que te comprenderá sin palabras y te hará sentir siempre seguro.
Un hombre que te aceptará tal y como eres sin cuestionarte nada, porque no tendrás nada que ocultar.
La vulnerabilidad es la forma de experimentar el amor, pero sólo cuando tienes una relación sana contigo mismo.
No tengas miedo de ser sincero contigo mismo, y no des un paso atrás para que otro se sienta cómodo.
No seas como yo y aprendas esto por las malas. No te quedes con alguien que consideras un buen hombre sólo porque todo está bien. ¿Y qué si es un buen hombre?
Eso no significa que sea bueno para ti.
Sabes lo que necesitas y no esperas a que venga a ti.
Lo mejor que puedes hacer es estar siempre de tu lado.