Recuerdo la primera vez que nos vimos. No me gustabas mucho. Pensaba que eras raro porque eras callado. No me gustaban las personas calladas porque no confiaba en ellas. Pensaba: "¿Por qué demonios necesitas ser tan misterioso?"
Quizá debería haber hecho caso a mi primer instinto. Quizá debería haberme dejado llevar por mi primera impresión. Pero, después de todo, no lo hice. Nos vimos obligados a pasar tiempo juntos y de alguna manera, por el camino, has empezado a gustarme.
Me di cuenta de que teníamos gustos similares. No sé por qué, pero ese misterio tuyo me acercaba a ti. Quizá no pude resistirme a rascar debajo de tu superficie áspera y gélida. Para mí, eras un reto y yo no huyo de los retos, nunca lo he hecho.
Pasado un tiempo, empezamos a vernos con regularidad. Mentiría si dijera que no me gustaba. Diablos, nadie me obligó a estar contigo. Pero hay una cosa que no sabía entonces, pero que me doy cuenta ahora: tenía mi billete de salida. Era libre de irme cuando quisiera. Cada vez que nos peleábamos, podía haber dado la vuelta e irme a casa. Ahora las cosas son diferentes.
Supongo que ya entonces eras tóxico, pero no me di cuenta... quizá soy así de egoísta. Recuerdo la vez que me hiciste enojar tanto que hasta te dejé. Pero eso no duró mucho. Una especie de fuerza extraña me atraía de nuevo hacia ti.
A veces, tengo la sensación de que Dios me está gastando bromas: me está poniendo a prueba. Me ha dado una dosis de bien y otra de mal. Y luego, lo mezcla todo, dejándome confundido. Creo que nadie puede explicarlo, y yo tampoco.
No es que no me quisieras o que no me quieras, es que no tienes ni idea de cómo quererme. Ese es el mayor problema. Esa es la razón por la que estoy contigo incluso hoy, porque tengo fe en que aprenderás a hacerlo.
Es fácil dejar a alguien que te causa dolor, alguien que lo hace a propósito. Tú no eres así. Creo que no tienes ni idea de que eres tóxico. Esto es otra razón por la que no puedo dejarte porque creo que puedo forzar la toxicidad fuera de ti. El problema es que no tengo ni idea de cuánto me están afectando esas cosas malas.
Ahora que estamos juntos y que vivimos juntos, ya no hay que huir de nuestros problemas. Ahora es el momento de jugar en las Grandes Ligas. Ahora, no tengo a donde ir. Me veo obligado a escuchar tu mierda y tú la mía. Tenemos que arreglárnoslas de alguna manera o estamos acabados y después de llegar a ese punto, no hay vuelta atrás.
Después de estar rodeada de tu toxicidad (de la que eres totalmente inconsciente), creo seriamente que yo también me he vuelto tóxica. Tal vez mi amor por ti me hizo tóxico, ya no lo sé. He perdido la capacidad de ver lo que está mal y lo que está bien. Lo único que sé es que te sigo queriendo.
Véase también: Deberías elegir a la persona que amas cada día - O DEJARLA
Cada vez que discutimos, me prometo que no volveré a repetirlo. Pero entonces, de alguna manera, nos besamos y nos reconciliamos, y volvemos a empezar el círculo vicioso, sólo porque no puedo evitar quererte. Es como si estuviera enganchada a ti. Es como si necesitara una dosis de ti cada día. Es como si fueras mi droga y viceversa. ¿Es posible que nos amemos tanto que nos estemos causando dolor? Yo creo que sí.
No me compadezco de mí misma. Simplemente no puedo comprender por qué me hago esto a mí misma. ¿Es por miedo? ¿Soy demasiado cobarde para admitir que he cometido un error contigo? ¿O es que me gusta vivir esta vida caliente y fría? ¿Tienes las mismas dudas que yo?
Quiero que sepas que no te culpo porque estamos juntos en esto. Hemos tomado todas las decisiones juntos. Lo único que nos queda es luchar para lograrlo. También quiero que sepas que entiendo que eres como eres y que debería haberlo sabido desde el principio.
También admito que no es fácil convivir conmigo. Tengo mis manías y mis arrebatos de locura. Pero, ¿no los tenemos todos? Tienes que aprender a manejarme y yo tengo que aprender a manejarte y no seremos tóxicos. Tenemos que aprender a comprometernos, y esa es una batalla interminable, pero creo que saldremos ganando.
Por favor, te lo ruego, si alguna vez lees esto, encuéntrate en mis palabras y lo más importante, encuéntrame a mí. Encuentra tu fuerza para luchar contra tu lado tóxico porque sé que hay mucho bueno escondido muy dentro de ti. Lo sé porque lo he visto. Evítame llevar esta vida tóxica, evítate a ti mismo ser tóxico. Eres mejor que eso.
Entonces, mi amor por ti no se desperdiciará; entonces podremos por fin ser felices como sé que merecemos serlo.