Sabe que algún día se despertará abrumado por la tristeza y la traición y se preguntará: ¿Es así como se sentía?
Sí. Peor aún, es como te sentiste tantas veces en la vida que casi perdiste toda esperanza. Olvidaste lo que seguro se sentía como.
Te has preguntado: ¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Por qué no puedo tener una relación normal, cariñosa y llena de confianza?
Es lo único que siempre quisiste. Debería ser tan sencillo.
Después de un tiempo, te diste cuenta de que no se trataba de ti ni de lo que querías.
No había espacio para sus necesidades.
Siempre se trataba de él y ni siquiera te importaba hasta que violó tus límites y transformó todo tu mundo en un lugar tan solitario.
Te esforzaste mucho para volver a ser vulnerable porque sabías que era la única forma de que una relación funcionara.
Te enfrentabas a tus miedos uno a uno, querías que esto fuera puro. Un nuevo comienzo.
Intentaste comprender. No creías que fuera fácil lidiar con todos tus miedos e inseguridades.
Mirándolo ahora, te das cuenta de que sólo intentabas justificar sus comportamientos egoístas.
Es una locura cómo el amor puede cegarte. No tenías a nadie a quien recurrir, porque él era todo lo que conocías.
Te volcaste en él. La persona que adorabas se convirtió en tu peor pesadilla.
Todo lo que compartíais se convirtió en recuerdos dolorosos y más dolor. Te sentías tan solo.
¿Hay algo peor que compartir todos tus miedos y esperanzas con alguien sólo para ver cómo los utiliza en tu contra, cómo los utiliza para hacerte más daño?
¿Cómo es posible? Dijo que le importaba muchas veces.
Dijo que nadie se te acercaba. Dijo que nadie podía hacerte daño.
No hay nada más aterrador que pensar que esas palabras eran directamente mentira y que fue él quien más daño te hizo.
Lo peor es que dejaste de confiar en ti mismo y esto es porque no podías creer que habías vuelto a caer en lo mismo.
Te hizo sentir muy inseguro. Perdiste toda tu confianza.
Una voz en tu cabeza te decía que todo era culpa tuya y que no desaparecería.
Todos los días te despertabas con miedo, con un peso en el pecho e incredulidad de que esa fuera ahora tu realidad.
Sólo querías volver a dormirte porque era el único momento en que el dolor desaparecía.
Rezaste para volver a ser tú mismo algún día. Te llevó mucho tiempo hacer cosas normales.
Querías volver a disfrutar de las pequeñas cosas, así que empezaste con todo lo que no te recordaba a él.
Quiero que sepas que hay vida después de esto.
Sé que esto te ha puesto en guardia, pero debes saber que hay gente que te comprende y que está pasando por lo mismo.
Poco a poco, empezarás a escuchar lo que usted quieres, lo que te hace sentir cómodo y seguro.
Decidirás que quieres conocerte mejor.
Empezarás a conocerte a ti mismo fuera de tu dolor.
En primer lugar, puedes empezar por aceptar tu dolor y perdonarte por no haber sabido hacerlo mejor.
En segundo lugar, puedes tomarte en serio todos tus objetivos vitales y empezar a progresar para volver a ser tú mismo.
Déjate enamorar por todo lo que puedes hacer y todo lo que puedes ser.
Decide ver todo lo que has pasado como una motivación y una curva de aprendizaje.
Aprende a aceptar que todo en la vida sucede por una razón, una que no conoces de antemano.
Esta toma de conciencia te hará estar en paz contigo mismo. No hay más remedio que dejarse llevar y volver a intentarlo.
Tu fuerza está en la historia de tu vida. Tu sensación de poder proviene de creer siempre, intentarlo y seguir adelante, a pesar del dolor que la gente te ha causado.
Una vez que te das cuenta de que nadie puede quitarte tu poder si tú no se lo permites, eres invencible. Mantente en tu poder.
Esta vida es tuya y sólo tuya y eres tú quien decide qué vas a hacer con ella.
Nunca es demasiado tarde. Sólo falta una decisión.
Hazlo todo no para demostrar tu valía a nadie más que a ti mismo, porque eres tú quien se lo merece todo.