¿Por qué parece que lo único que hacemos es irnos a los extremos? En el pasado, la gente solía esperar a estar casada para tener relaciones sexuales, a diferencia de hoy, que suelen tenerlas en la primera cita.
No digo que debamos esperar al matrimonio o incluso al amor sincero (a menos que por alguna razón decidamos hacerlo); sólo digo que tampoco debemos hacerlo tan fácil. Deberíamos esperar al menos un poco.
Eche un vistazo al razones para aplazar el sexo al principio de una relación que le mostrará por qué esperar es realmente una buena idea:
1. Gratificación retardada
Al esperar un momento determinado para practicar sexo, aumentamos nuestras posibilidades de que sea increíble. Antes del acto sexual propiamente dicho, los preliminares tienen lugar en nuestra mente.
Al esperar, permitimos que nuestros tensiones sexuales para crecer, creamos expectación y hay una sensación de misterio que nos hace estar ansiosos por quitarnos la ropa unos a otros.
Cuando hay tanta química en el aire, esperar no es nada fácil; requerirá enormes dosis de determinación y autodisciplina, pero cuando se piensa en el objetivo final, que es aumentar el placer, todo se hace un poco más llevadero.
2. Establecer vínculos afectivos
Cuando retrasamos el sexo al principio, damos tiempo a que progresen otros aspectos de la relación. Llegamos a conocer a la persona con la que estamos sin que el sexo se interponga.
Admitámoslo: ¿quién tiene tiempo para mantener conversaciones profundas y conocerse de verdad cuando es el cuerpo el que habla?
Posponer las relaciones sexuales te da tiempo suficiente para establecer vínculos afectivos y generar confianza. Te sentirás más cómodo con otra persona.
El sexo no será sólo sexo, será mucho más íntimo. Si buscas algo a largo plazo, es buena idea conectar primero emocionalmente.
3. Falsa sensación de apego
Mantener relaciones sexuales al principio de una relación puede provocar sentimientos de cercanía y apego. Es fácil que te sorprendas yendo demasiado rápido.
Lo que sientes y lo que sabes en tu mente no será lo mismo. Serás consciente de que apenas conoces a esa persona, pero tendrás esa falsa sensación de amor y conexión.
La mayoría de la gente no puede separar las emociones del sexoaunque quieran. Si te sorprendes a ti mismo moviéndote demasiado rápido después del sexo casual, obsesionado o demasiado pegajoso, tal vez eso es una señal para frenar las cosas.
Además, cuando nuestro juicio está nublado por este falso sentimiento de apego, es más fácil pasar por alto a una persona que es totalmente equivocada para nosotros en todos los aspectos. Ten cuidado.
4. El sexo no es pegamento
Aunque a veces pueda parecerlo. Hay mucha gente que piensa que el sexo le acercará al objeto de su enamoramiento.
No podemos atar a la gente a nosotros usando el sexo. No podemos hacer que nadie se quede si no hay nada más.
Claro que el sexo puede hacer que paséis un cierto tiempo juntos. Sin embargo, el sexo por sí solo no basta para que una persona se comprometa.
Si no hay sustancia o una conexión más profunda, ni siquiera el mejor sexo del mundo hará que las cosas funcionen.
5. Reducir el riesgo de arrepentirse
Si te acuestas con alguien que conociste hace horas o incluso días, hay muchas posibilidades de que te arrepientas.
Las apariencias engañan y la gente no siempre es tan buena como parece.
Tómatelo con calma y no te arrepientas. Asegúrate de lo que sientes antes de intimar más con alguien.
Un riesgo más en el que te estás metiendo es el de contraer una ETS, algo bastante común hoy en día.
Si no sabes nada del historial de tu pareja sexual, no puedes estar seguro de que tu salud no esté en juego.
6. No hay necesidad de precipitarse
Vivimos en una época en la que todo va muy deprisa. Así que, por defecto, no vemos motivos para esperar nada.
Pero, ¿hacia dónde nos precipitamos realmente? Si estamos formando una relación con alguien, ¿no tendremos muchos días por delante o incluso toda una vida para hacer el amor?
Además, si te sientes presionada a acostarte con alguien que no te gusta mucho porque tienes miedo de que te considere una mojigata, otra razón más para no hacerlo.
No debería importarte lo que piensen los demás ni hacer nada que te haga sentir mínimamente incómodo.
7. Deshacerse de los tipos equivocados
Si no tener relaciones sexuales de inmediato es un factor decisivo para alguien, sabrás inmediatamente a qué atenerte.
El que busque algo más que sexo no tendrá problema en esperar un tiempo.
Pasar tiempo contigo y conocerte mejor debería ser más que suficiente para alguien a quien realmente le gustes y esté abierto a la posibilidad de algo más comprometido y significativo.
8. 8. Presión social
Es fácil sentir que te estás perdiendo algo cuando todo el mundo a tu alrededor tiene relaciones sexuales y tú vives la vida de un monje célibe.
Es normal tener ganas de sexo y echarlo de menos, pero eso no significa que debas estar con cualquiera.
Especialmente si te inclinas más por algo significativo.
Los rollos de una noche y los ligues al azar quizá te proporcionen una gratificación instantánea, pero lo más probable es que te hagan sentir vacío por dentro. Así que no te compares con nadie.
Piensa en lo que realmente quieres de todo ello antes de comprometerte en algo que no es adecuado para ti.
9. Volver a lo básico
La intimidad física es mucho más que mantener relaciones sexuales, y parece que deberíamos recordárnoslo.
Si bien retrasar el sexo, no significa que no podamos beso, abrazo o abrazar para expresar el enamoramiento y el afecto que sentimos por la persona con la que estamos saliendo.
Sin llegar hasta el final, pero mostrando atisbos de lo que está por venir, la expectación es cada vez mayor. Despierta nuestra imaginación y nos hace desear el sexo aún más.
¿Recuerdas lo que leíste en la razón #1 sobre retrasar la gratificación y lograr un mayor placer? Pues esta es la mejor manera de conseguirlo.