Querido "hombre que me perdió",
Empezaré esta carta preguntándote: ¿por qué? No soy el tipo de persona a la que le gusta dar vueltas a las cosas, sino ir al grano y realmente intento entenderte, así que te vuelvo a preguntar: ¿por qué?
Ha pasado tanto tiempo y ahora vuelves con un intento desesperado de que todo vuelva a estar bien, como si nunca hubiera pasado nada.
Te acercaste a mí pensando que me lanzaría a tus brazos. Pero, ¿adivina qué? Me he vuelto mucho más listo desde la última vez que nos vimos.
Me dolía todo y sufría como nadie. La forma en que tu ausencia me hizo sentir no se puede describir con palabras y todo lo que puedo hacer ahora es darte las gracias por todo lo que me hiciste.
Pasé por un dolor más fuerte que cualquier cosa que hubiera experimentado antes y sobreviví.
Dime, ¿qué pasó con esa chica? Sí, la chica que elegiste en vez de a mí. ¿De verdad es tan feliz contigo?
La vi el otro día, llorando en brazos de una amiga y de alguna manera supe lo que estaba pasando. La pobre ni siquiera lo vio venir.
Con tus problemas de compromiso, no te quedas mucho tiempo en ningún sitio.
Miras a todas las mujeres que te rodean como si fueran una especie de objetos temporales que pueden intercambiarse en cualquier momento.
No nos miran para ver humanos, sino juguetes con los que jugar.
¿Qué tan patético puede llegar a ser un hombre en estos días? Lo siento mucho, pero ya no puedo estar cerca de ti.
No porque aún pueda sentir algo por ti, sino porque no quiero que me recuerdes lo estúpida que fui al creer que eras capaz de amar.
Fui tan estúpida porque pensé que tu comportamiento manipulador era amor y cada vez que llegabas a casa oliendo a mujer, me convencía a mí misma de que estaba bien siempre y cuando vinieras a casa conmigo.
No eres realmente consciente de lo difícil que es ser una mujer que ama. Porque te olvidas de quién eres, te olvidas de tus valores y tus inspiraciones.
Dedicas todo lo que tienes al hombre que amas, sólo porque crees que ese amor será suficiente. Pero el amor nunca es suficiente.
Siento haber pensado que podía cambiarte.
No había nada ahí fuera que pudiera impactarte hasta el punto de que te dieras cuenta de que no está bien pegar a una mujer, de que no está bien engañar a alguien que te considera el único amor que conocerá jamás.
Porque eso es lo que pensaba cada vez que te veía. Pensaba en lo mucho que te quería y te adoraba. Pero eso no era suficiente.
Así que déjame decirte, querido viejo amigo, que he terminado. He terminado contigo y mis emociones sobre esto no son confusas. No quiero saber cómo estás o cómo te va.
Sólo quiero que me dejes en paz para poder seguir adelante con mi vida y encontrar el amor que merezco. No eres capaz de darme ese tipo de amor.
Por eso te ruego encarecidamente que no vuelvas a poner un pie en mi vida, porque ya no te quiero ahí. Perdiste tu oportunidad.
Has perdido tu oportunidad con la única mujer que te ha apoyado de verdad y la única que estaba realmente enamorada de ti.
No sé adónde nos llevarán nuestras vidas, pero espero que la mía me lleve lo más lejos posible de ti y lo más cerca posible de la felicidad.
Quiero ser feliz por fin y si eso significa evitarte el resto de mi vida, que así sea.
Tu amor perdido