¿Recuerdas que en tu anterior relación sentías que nunca eras suficiente?
¿Cómo sentías que nada de lo que hacías estaba bien y cómo nunca encontrabas la forma de complacer a tu ex y hacerle feliz?
¿Cómo, por mucho que te preocuparas por él y por mucho que intentaras ganarte su corazón, no podía amarte como te merecías?
¿Recuerdas cómo nunca aceptó tu verdadero yo? ¿Cómo intentó por todos los medios cambiar la esencia de tu personalidad?
¿Cómo seguía señalando tus defectos, regañándote por las cosas que deberías hacer de otra manera?
¿Cómo trató de convencerte de que él siempre sabía qué era lo mejor para ti?
¿Recuerdas que tu ex se pasó toda la relación intentando convertirte en algo que no eres?
¿Cómo hizo todo lo posible por moldearte como él quería e intentó encajarte en una especie de caja?
¿Recuerdas que a ese chico nunca le gustó tu aspecto, tu forma de vestir, de hablar o de comportarte? ¿Siempre encontraba algo de lo que quejarse?
¿Recuerdas que no le gustaban tus amigos, tus gustos musicales, tu carrera? ¿Cómo no estaba contento con nada de lo que hacías?
¿Recuerdas cómo este hombre no paraba de acusarte de ser demasiado ruidosa, demasiado emocional, demasiado débil, demasiado independiente, demasiado desobediente...?
¿Sabes cómo terminó haciéndote sentir que eres no destinado a ser amado?
¿Cómo te convenció de que siempre fuiste tú y que vuestra relación no funcionó por culpa de tus defectos de carácter?
¿Sabes que te hizo pensar que todos los chicos que conozcas después de él serán iguales?
Cómo te convenció de que eres incapaz de hacer feliz a un hombre y de que no tienes las cualidades de una buena novia?
Por supuesto, al principio no le creíste. Al fin y al cabo, antes de que él entrara en tu vida, eras una chica que sabía lo que valía y que tenía mucha confianza en sí misma.
Sin embargo, durante años, hizo todo lo posible por cambiar eso y por cambiarte a ti.
Se esforzó por matarte espiritualmente, por doblegarte, por cerrarte y por destruir tu espíritu.
Y lo peor es que casi lo consigue.
Aunque no quieras admitirlo, este tipo consiguió que te cuestionaras a ti mismo.
Él provocó tus dudas y despertó tus inseguridades.
Lo que no sabes es que hacía todo eso porque, en el fondo, sabía que era él quien no era suficiente.
Era consciente de que eres mejor, más fuerte y más capaz que él y la única forma de que dejara de sentirse por debajo de ti era arrastrarte hasta su nivel.
Él era el que tenía problemas de confianza en sí mismo y por eso quería destruir la tuya. Él era intimidado por tu valor hasta el punto de tener que devaluarte.
Este tipo no podía aceptar el hecho de que no eras demasiado, simplemente era demasiado débil para manejarte.
No eras demasiado ruidosa, simplemente tenías una opinión propia y él no soportaba tener una novia con su propio punto de vista personal.
No eras demasiado emocional-sólo era un cabrón que nunca te trató bien y tuviste una reacción completamente natural a su comportamiento tóxico.
No pedías lo imposible: era él quien no te daba lo suficiente.
No eras una "señorita sabelotodo", como a él le gustaba llamarte; simplemente eras más inteligente, ambiciosa y culta que él.
Durante todo este tiempo, este tipo se sintió amenazado por ti. Se sentía amenazado por tu grandeza y por el hecho de que no podía sentirse lo suficientemente hombre a tu lado.
Sin embargo, ese es su problema, no el tuyo. Y está más que claro que se equivocó contigo.
Cuando llegue el hombre adecuado, le encantarán todas las partes de ti que tu ex quería cambiar tan desesperadamente.
Este hombre estará más que feliz de tener a su lado a una mujer así. Nunca intentará cerrarte el paso, ni le asustará tu fuerte personalidad.
En lugar de menospreciarte, te empujará hacia delante con todas sus fuerzas. En lugar de frenarte, estará ahí para apoyar todas tus metas y sueños.
En lugar de sentirse amenazado por tu poder interior, se sentirá orgulloso de él.
Se enamorará de tu tierno corazón y de tu feroz personalidad. Te amará con todo su ser, tal y como eres.
Este chico no cambiará nada de ti, aunque tenga la oportunidad de hacerlo. De hecho, incluso amará tus imperfecciones tanto como tus cualidades.
Así que, por favor, deje de conformarse con hombres que quieren cambiarte porque no tienen lo que se necesita para manejarte.
Deja de estar con tipos que no tienen la capacidad de seguirte el ritmo y que tienen que disminuir tu valía para confirmar la suya.
No estés con chicos que quieren estar por encima o por debajo de ti, con los que actúan de forma excesivamente dominante, ni con los que quieren una madre en lugar de una novia.
No estés con alguien que espera que seas sumisa sólo porque es hombre, ni con un chico inmaduro que necesita que le guíes por la vida.
En lugar de eso, ten la paciencia suficiente para esperar a un hombre que pueda ser tu pareja de igual a igual y no aceptes nada menos.
Aunque pienses que ese tipo de hombre no existe, créeme: llegará.
Por último, recuerda: no te equivocas por ser tú. Tu único pecado es elegir a hombres que son demasiado débiles para ir hombro con hombro por la vida contigo.