No hay nada más poderoso que la fuerza de la conexión espiritual. Es la clave de la felicidad suprema y de las bendiciones que uno sólo podría desear experimentar en la vida. Una mujer espiritualmente empoderada lo sabe muy bien.
Su corazón y su alma están conectados con su espíritu y esto le sirve de combustible que alimenta su fuerza, sabiduría y prosperidad. No tiene miedo a nada porque cree en sí misma y en que acabará encontrando una solución a cada problema.
Está profundamente en contacto con sus mayores miedos y con una variedad de emociones que realmente la convierten en una guerrera espiritual, porque hace falta ser una mujer valiente para digerir todo lo que los demás le echan encima y seguir comportándose como si nada hubiera pasado.
Una mujer espiritual es una persona dotada
No se parecen a nada que hayas visto o sentido antes. No sólo están en contacto con sus emociones, sino que también tienen un increíble sentido de la intuición. Pueden sentir cuando algo no va bien porque son sensibles a la energía de los demás.
Y nunca toleran las tonterías. No pueden hacer algo por el mero hecho de hacerlo. Cada trabajo o tarea se hace con especial cuidado y con un fin superior. Su mundo está lleno de colaboración, cuidado mutuo, objetivos comunitarios e innovación.
Estas mujeres están aquí para limpiar el mundo de toda la negatividad y convertirlo en un lugar mejor donde la felicidad sea abundante y la tristeza se convierta en escasez. Si te preguntas si eres una de ellas, la forma más fácil de averiguarlo es comprobar las siguientes reglas por las que se rige toda mujer espiritual.
10 reglas por las que se rige toda mujer espiritualmente capacitada
1. Escucha siempre tu voz interior
Si eres una mujer espiritual, sabes lo importante que es escuchar tu intuición y tus instintos, porque son las principales fuentes de la verdad y te ayudan a mantenerte en contacto contigo misma. Cuando tu cuerpo te dice que algo no va bien, en el 99% de los casos, es cierto.
Por eso es tan importante escuchar lo que te dice tu cuerpo. Pero para mantener el cuerpo y la mente sanos, también hay que cuidarlos y nutrirlos. El yoga y la meditación son tus mejores amigos cuando se trata de deshacerte de toda la negatividad que tu cuerpo ha acumulado y despejar tu mente.
2. Vive ya la vida de tus sueños
No pones excusas para no lograr algo o vivir tu vida al máximo. Vives la vida de tus sueños y definitivamente no eres perdiendo el tiempo imaginando cómo sería si las cosas fueran diferentes.
Eres una mujer de acción.
Sientes que no hay nada en el mundo que no puedas lograr porque hay alguna fuerza inspiradora dentro de ti que te empuja a levantarte si caes, a hacer lo que te hace feliz. No te satisfaces con la mediocridad y, desde luego, no dejas que entren en tu vida personas tóxicas.
3. Estar abierto a la mejora
Siempre te esfuerzas por mejorar e influir en los demás para que se conviertan en la mejor versión de sí mismos. Estás abierto a las críticas y a las cosas nuevas que enriquecen tu alma. No puedes quedarte quieto y esperar a que las cosas cambien por sí solas.
Tú eres el que inicia los cambios porque crees que todos merecemos ser felices, que es el principal objetivo de toda mujer espiritual. Estar estancado en la rutina es simplemente imposible para ti porque tu cuerpo te está dando constantemente señales y signos sobre cómo mejorar las cosas a tu alrededor.
4. Rodéate de personas positivas e inspiradoras
Como mujer espiritualmente empoderada, sugieres que todo el mundo se rodee de personas positivas e inspiradoras porque conoces la importancia de la buena compañía. La gente positiva e inspiradora saca lo mejor de ti, igual que tú sacas lo mejor de ellos.
Os complementáis perfectamente porque estáis en la misma longitud de onda. La gente tóxica simplemente no existe en tu mundo porque sabes que no son digno de su tiempo. No odias a todo el mundo pero tienes tus normas a la hora de elegir compañía y estas normas están de acuerdo con tu bienestar.
5. Asumir riesgos
Eres valiente. No tienes miedo de defenderte ni de asumir riesgos. A veces fracasas, a veces no, pero eso no te desanima a seguir arriesgándote en el futuro. No tienes miedo de hacer las cosas de forma diferente, independientemente de lo que los demás puedan pensar de ti.
Y eso es lo que te hace verdaderamente bella. Tu espiritualidad es tu mayor guía a la hora de enfrentarte a las cosas malas y por eso nunca tienes miedo. Crees en ti porque sabes que si no lo haces tú, nadie lo hará.
Y eres un verdadero modelo para otras personas que tienen miedo de ser quienes realmente son. Les motivas a deshacerse de su fachada y mostrar su verdadera belleza al mundo. Y ellos te lo agradecen de verdad.
6. Disfruta de las pequeñas cosas
Sabes que estás en contacto con tu yo espiritual si tienes tendencia a disfrutar de las pequeñas cosas. Nunca pasas junto a una flor sin olerla, te asombran las maravillas de la naturaleza, aprecias cada cosa que posees y no estás ávido de más.
Pasar tiempo en la naturaleza es importante para ti porque tu espiritualidad necesita alimentarse de un entorno sano. Disfrutas del bosque, del sol, de tu desayuno, de cada abrazo de tus seres queridos y de cada hermoso gesto de los demás.
7. Ver lo bueno en todo y en todos
El núcleo de toda mujer espiritual es su capacidad para tener los pies en la tierra y tratar a todos y a todo con el mismo respeto. Clasificar a las personas según su estatus es algo que te horroriza porque conoces la importancia de demostrar a todo el mundo que es digno y amado.
Tienes una energía increíble que te obliga a defender a los demás cuando alguien les falta al respeto. Es porque eres sensible a las injusticias del mundo y harás cualquier cosa para mejorar las cosas.
8. Realizar cambios
Cuando se trata de hacer cambios, es su segunda naturaleza. Dedicas mucho tiempo a idear cómo podrías mejorar tu vida y la de los demás. Dedicas mucho tiempo a pensar en tu comunidad y no sólo en ti mismo.
Y cuando decides que hay que cambiar algo drásticamente, te arremangas y empiezas a trabajar en ello inmediatamente. Por ejemplo, no esperas a mañana o al próximo lunes para decidirte a ir al gimnasio; lo haces ahora porque tu determinación actúa como un fuego en tu interior y te motiva a esforzarte más.
9. Acepta lo que no puedes cambiar
Sabes muy bien que no todo se puede cambiar y por eso estás dispuesto a aceptar lo que no puedes cambiar. Estás dispuesto a aceptar el hábito molesto de alguien porque no lo controlas.
También estás dispuesto a aceptar lo que te da la vida. Si es algo bueno, eres feliz. Si es malo, no te enfadas ni gritas a todos los que te rodean. Entiendes que la paciencia es realmente una virtud y que todo ocurre por alguna razón.
10. Agradece
Esto es algo que muchas personas olvidan a lo largo de su vida. Pero si eres una mujer espiritualmente empoderada, nunca olvidas ser agradecida. Es parte de tu rutina diaria y nocturna dar gracias por cada bendición que se te ha dado ese día.
Entiendes que el agradecimiento es el único camino hacia la felicidad final y siempre estarás agradecido por todo lo que la vida te da porque a tus ojos no hay bueno ni malo. Todo es bueno hasta cierto punto y si eliges creerlo, se convertirá en verdad.