Tener una hermana significa que tienes todo lo que necesitas en una sola persona. Puede ser el ser humano más molesto y el más cariñoso al mismo tiempo en un solo cuerpo humano.
A veces quieres que se vaya y te arrepientes de que haya nacido, pero luego recuerdas que tu vida nunca habría sido la misma sin ella.
Es tu archienemiga y tu mejor amiga.
Admitámoslo, no puedes imaginarte una vida sin tu hermana en ella. Al fin y al cabo, tener una hermana es un privilegio que no todo el mundo tiene. Tener una hermana es un regalo que hay que agradecer.
No es sólo un dicho, está científicamente demostrado. Si tienes una hermanasignifica que eres mejor persona gracias a ella.
Os habéis enseñado mutuamente comunicación, negociación y aprecio. Os habéis ayudado mutuamente a crecer mental y emocionalmente. Hay muchas cosas que dos hermanas pueden compartir que un hermano y una hermana no pueden.
En tus años de desarrollo, cuando no te sentías cómoda hablando con casi nadie pero tenías la necesidad de apoyarte en alguien, tenías a tu hermana a quien recurrir.
Incluso discutir con ella te ayudó a desarrollarte. Aprendiste a adoptar una postura y a actuar en los conflictos. La gente sin hermanas aprende esto por las malas.
Pero si aún no crees que tener una hermana te haya hecho mejor persona, echa un vistazo a las señales que te harán cambiar de opinión definitivamente:
1. Una hermana te ayuda a aumentar tu autoestima
Las hermanas actúan de forma amable y maternal entre ellas. Esto hace que te sientas protegido y querido, lo que más tarde influye en tu autoestima. El ambiente cálido en el que creciste seguramente te ayudó mucho en tu desarrollo posterior.
Cuando te haces mayor y cada uno va por su lado, son las hermanas las que mantienen unidos los lazos familiares. Son las que tienen instintos maternales, las que se esfuerzan por mantener a todos unidos.
2. Una hermana te ayuda a ser más amable
Las hermanas pueden influirse mutuamente mejor que un padre a un hijo. La ciencia ha demostrado que las hermanas se enseñan mutuamente a ser compasivas, amables y sinceras.
Se provocan mutuamente todos los rasgos socialmente aceptables, los que le faltan a mucha gente.
Puedes pelearte con tu hermana todo lo que quieras, pero no vas a estar enfadada con ella para siempre. No vas a guardarle rencor tanto tiempo. Al final, sacarás tu lado blando y la perdonarás.
Tu lado compasivo entrará en acción y abrirá tu corazón al perdón. Al fin y al cabo, es tu hermana. Sabes que no puedes decirle nada porque no puedes permitirte perderla para siempre.
3. Una hermana te va a enseñar empatía
Tener una hermana te enseñará a tender la mano a los demás, especialmente a los que necesitan atención. Tener una hermana te enseñará a reconocer las emociones humanas y no podrás mirar hacia otro lado cuando alguien tenga problemas.
Porque siempre que veías que tu hermana tenía problemas o sufría, te volvías hacia ella y la ayudabas. Porque su dolor era también el tuyo. Más tarde, te volviste así con todos los demás. Así es como tu hermana te ha hecho mejor persona.
4. Una hermana te ayuda a desarrollar tus habilidades comunicativas
Las investigaciones han demostrado que los hombres que tienen hermanas se comunican mejor con otras mujeres gracias a ellas. Han crecido al lado de mujeres y han aprendido a hablar con ellas y a entenderlas.
Mientras que, por otro lado, los hombres que han crecido rodeados de hombres son mucho peores a la hora de comunicarse con las mujeres más adelante en la vida. Agradece a tu hermana que te hayas convertido en un hombre amable y comprensivo.
5. Una hermana te ayuda a ser independiente
Crecer al lado de una mujer definitivamente te enseña una cosa: aprendes a luchar por ti mismo y aprendes a decir lo que piensas.
Te aseguras de que se oiga tu voz porque es la única manera de que se aireen tus opiniones. Al actuar como nada más que tu hermana, tu hermana te convirtió en el mujer fuerte e independiente que eres hoy.
Dale las gracias por eso. Dale las gracias por ser tu hermana.