1. Invade tu intimidad.
Siempre mira tu teléfono o se inclina para ver quién te llama o quién te ha enviado ese mensaje. Siempre comprueba tu estado en Internet y quiere saber con quién te comunicas además de con él. Quiere conocer todos tus movimientos y las razones por las que haces cualquier cosa en la vida. Todas estas señales indican que tu pareja es controladora y manipuladora.
Cuando se encuentre en un relación sana basada en la confianza y el respeto mutuos, no tienes necesidad de comprobar el teléfono de tu pareja. No tienes por qué rastrear cada uno de sus movimientos ni cuestionar su comportamiento.
Cómo afrontarlo: Habla abiertamente con tu pareja. Dile que debe confiar en ti tanto como tú en él y que no es necesario que ese día compruebe el teléfono de nadie ni tu paradero. Dile cómo te sientes cuando te vigila constantemente. Este comportamiento suele ir acompañado de unos celos enormes y si es así, no encontrarás tu felicidad con él.
2. Está ansioso por cambiarte.
Todo lo que eres y todo lo que haces es bueno, pero no lo suficiente. Te empuja a hacerlo mejor, a ser mejor y a cambiar, pero no te acepta tal como eres. Quiere que te conviertas en la imagen que tiene de ti en su cabeza y eso no es realista ni sano. Nadie es perfecto.
Cómo afrontarlo: Dile cómo te está perjudicando su comportamiento. Tú le aceptaste tal y como es, así que él debería poder hacer lo mismo. Tú eres tu propia mujer con una personalidad ya establecida y ni siquiera deberías intentar cambiar para adaptarte a sus ideales. Incluso si alcanzas esos ideales, él encontrará otra cosa que no sea lo suficientemente buena. Si después de hablar con él no cambia, deberías dejarlo porque el único que no es lo suficientemente bueno en esta historia es él.
3. Él decide por ti.
Casi nunca pides para ti porque él sabe lo que debes comer o beber. En realidad, tiene voz y voto en todo. Impone decisiones en todos los aspectos de tu vida como si fueran suyas. Intenta disimularlo diciendo que te conoce mejor que nadie y que sólo piensa en tus intereses, pero tú eres su novia y no su hija: no tiene por qué tomar ninguna decisión en tu nombre. Si sigues decidida a trabajar en vuestra relación e intentar recuperar el equilibrio, consulta Aprende el secreto para lidiar con el maniático del control en las relaciones
Cómo afrontarlo: Dile que su comportamiento te molesta y que, aunque sus intenciones sean buenas, lo está haciendo todo mal. Eres capaz de hablar por ti misma y de tomar tus propias decisiones sin ninguna interferencia por su parte. Por supuesto, puedes consultarle, sobre todo si una decisión os afecta a los dos, pero tienes que ser tú quien tome las decisiones, grandes o pequeñas, que afectan a tu vida.
4. Siempre te echa la culpa.
De alguna manera, cada vez que os peleáis eres tú la que se disculpa y asume toda la culpa. Te manipula de una manera que te hace cuestionar tu cordura. Tergiversa tus palabras y tus pensamientos. Te hace sentir como una marioneta en una cuerda que está bajo su mando.
Cómo afrontarlo: Dos personas en una relación deben ser iguales. Es imposible que nunca haya hecho nada malo. Ninguno de los dos sois perfectos y deberíais ser capaces de resolver vuestras diferencias y superarlas. Pero cuando estás tratando con un manipulador obsesionado con el control, no hay igualdad y que él te culpe de todo sólo conduce a problemas más profundos en el futuro. Lo mejor que puedes hacer en este caso es marcharte antes de que sea demasiado tarde.
5. No quiere compartirte con otras personas.
Te está colmando de atencióntienes tanto cariño y pasión con él que incluso es demasiado. El quiere todo tu tiempo y atencion pero poco a poco te esta alejando de las otras personas importantes en tu vida. Tus amigos y familiares siempre se quejan de que te ven menos y de que te has vuelto distante. Además, has dejado de lado todos tus intereses porque te está quitando demasiado tiempo.
Cómo afrontarlo: No te alejes de las personas que significan el mundo para ti: acabarás arrepintiéndote. Comprende que su comportamiento no es normal. Intenta explicarle que el hecho de que haya otras personas en tu vida que te importan no significa que él te importe menos. Si no está dispuesto a trabajar en sus inseguridades, lo mejor que puedes hacer es dejarle.