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5 señales inequívocas de que analizas demasiado (y cómo evitarlo)

5 señales inequívocas de que estás analizando demasiado (cómo pararlo)

¿Qué significa sobreanalizar?

Cuando se echa un vistazo a la definición de sobreanálisis, se ve que en realidad es bastante similar a pensando demasiado y eso es exactamente lo que concluirías de ti mismo en cuanto leyeras algunas citas sobre analizar en exceso.

Si alguien le preguntara qué es sobreanalizar, ¿qué le diría? ¿Cuál es el verdadero significado de sobreanalizar?

Bueno, si tuviéramos que definir el sobreanálisis, diríamos que es un estado mental en el que diseccionas todo lo que te ocurre, el estado mental en el que te preocupas constantemente por el futuro y en el que siempre piensas en el peor resultado posible.

Es una condición en la que no puedes evitar suponer cosas, en la que tienes la mala costumbre de buscar un significado más profundo incluso cuando todo está claro, en la que te obsesionas con cosas irrelevantes como las redes sociales y las opiniones de los demás sobre ti y en la que te cuesta desprenderte incluso de las pequeñas cosas.

Una cosa es que seas alguien que se preocupa más que una persona normal y otra completamente distinta que esas preocupaciones se conviertan en tus obsesiones y empiecen a apoderarse de tu vida por completo.

Una cosa es que no seas una persona espontánea que tiene la costumbre de dejarse llevar por la corriente y otra completamente distinta que nunca hagas un movimiento o tomes una decisión en tu vida a menos que pases días o incluso semanas analizándola.

Si esto último es algo con lo que se siente identificado, sin duda es usted un analizador excesivo.

Sigue leyendo porque estás a punto de leer 5 señales inequívocas de que padeces este trastorno.

5 señales de advertencia de que padece un trastorno por exceso de análisis

Una de las frases más famosas sobre el análisis excesivo dice: "Analizo demasiado las situaciones porque tengo miedo de lo que pueda pasar si no estoy preparado para ello".

Y si lo piensas bien, esto es exactamente lo que te pasa por la cabeza: estás convencido de que pensar demasiado te da algún tipo de poder y un tipo especial de control.

Puede que no seas consciente de ello, pero en el fondo estás convencido de que podrás evitar que ocurran cosas horribles si las planificas con la suficiente antelación.

Sin embargo, vivir así sólo te da tranquilidad y paz a corto plazo, pero te complica mucho la vida a largo plazo.

Con el tiempo, te acostumbras a tener el control sobre todo y asumes que tienes que analizar todas tus decisiones vitales hasta la médula, pues de lo contrario todo se irá al garete.

Si esto es algo con lo que te sientes identificado, una cosa está clara: sin duda sufres un trastorno por exceso de análisis y aquí tienes los signos a prueba de balas de que eres un auténtico maniático del control.

Pasas más tiempo pensando que haciendo

La primera pista de que estás tratar el exceso de análisis ansiedad es el hecho de que pasas la mayor parte del tiempo dentro de tu propia cabeza, dándole vueltas a las cosas en lugar de emprender acciones concretas y tomar medidas al respecto.

Eres un sobrepensador que está demasiado ocupado con sus pensamientos hasta el punto de que acaba por no hacer nada al respecto.

La verdad es que tus pensamientos te distraen hasta el punto de que pierdes por completo el contacto con el momento presente y te abruman todos los "podría haber sido", "debería haber sido" y "podría haber sido".

Siendo realistas, en realidad pasas la mayor parte de tu tiempo libre sobreanalizándolo todo, empezando por tus relaciones pasadas, los mensajes de texto que recibes, las redes sociales, la vida de los demás, muchas situaciones sociales diferentes y tus relaciones con tus seres queridos.

En lugar de vivir tu vida en el mundo real, en realidad la pasas atrapado en tu propia cabeza y, sin darte cuenta, dejas que se cuele a tu lado sin más.

Estás obsesionado con situaciones hipotéticas

Otra señal inequívoca de que sufres un trastorno de ansiedad por exceso de análisis es el hecho de que pases la mayor parte de tu tiempo libre pensando en todo lo que puede ocurrir.

Estás perturbando tu paz interior al obsesionarte con todos los posibles resultados de una determinada situación y todas las formas en que podría salir mal.

Y no sólo eso: sueles llegar al extremo de pensar en todas las situaciones hipotéticas que, para ser sinceros, no es ni mucho menos posible que sucedan o se hagan realidad.

Malgastas tu energía en pensar en pequeñeces, en la vida de los demás y en todas las posibilidades que es improbable que ocurran, en lugar de pensar en los problemas de tu vida real.

Incluso antes de nueva relaciónautomáticamente te adelantas en el tiempo y piensas en todos sus posibles resultados.

Por un lado, esto es bueno porque demuestra que eres una persona madura que piensa sus movimientos y que planifica con antelación.

Sin embargo, si estás exagerando y si el futuro potencial se convierte en tu obsesión, una cosa es segura: tienes un problema y ya es hora de que empieces a tratarlo antes de que sea demasiado tarde.

Piensas más en el pasado y en el futuro que en el presente

Definitivamente eres un overthinker si pasas mucho tiempo en el pasado y en el futuro, sin ser consciente de que no puedes afectarlo.

No sabes disfrutar del momento presente y, en cambio, contemplas todo lo que ha pasado antes, sin darte cuenta de que no puedes hacer nada para cambiar la historia y sin darte cuenta de que ya es hora de dejar el pasado exactamente donde pertenece: detrás de ti.

En lugar de vivir el momento presente o pensar en tus planes a corto plazo, te abrumas con el futuro lejano y los intentos de predecirlo.

De alguna manera, has conseguido convencerte de que podrás evitar que te ocurran cosas malas si las prevés a tiempo y si las esperas bien preparado.

Bueno, odio ser el que te lo diga, pero esto no va a pasar.

Vivir tu vida así no te ayudará a conseguir nada, aparte de provocarte un fuerte dolor de cabeza.

Siempre esperas el peor resultado

Otra de las señales de advertencia de que tu exceso de pensamientos está afectando a tu vida es tu pesimismo y la negatividad a la que te arrastras.

Le guste admitirlo o no, lo cierto es que, pase lo que pase, al final siempre se espera el peor escenario posible.

Incluso cuando todas las probabilidades están a tu favor, no puedes evitar pensar que tarde o temprano algo irá cuesta abajo y que debes estar preparado para lo peor.

Esto se aplica a todo en tu vida: tus situaciones sociales, la relación que tienes con tus seres queridos, tus relaciones pasadas, etc.

Simplemente no puedes relajarte y siempre existe una vocecita en el fondo de tu cabeza que te dice que ser optimista es algo malo y que estarás mejor si te preparas para que todo fracase.

Estás convencido de que así te sorprenderás positivamente si las cosas salen como deben y no te escandalizarás si el peor resultado posible resulta ser cierto.

Por supuesto, todo esto también afecta bastante a tu autoestima.

Asumes que eres horrible en todo y que todo lo que te propones está condenado al fracaso.

En lugar de creer en ti mismo, te rindes antes incluso de empezar a trabajar en algo, porque ¿qué sentido tiene siquiera intentarlo si todo se va a venir abajo de una forma u otra?

No te tomas las cosas al pie de la letra

Según usted, siempre existe un significado oculto de las cosas y casi todo el mundo tiene una agenda secreta a la que debe llegar hasta el fondo.

Siempre hay algo que necesita ser analizado e interpretado de una manera diferente y crees que tomar algo al pie de la letra es un gran error que a la larga causará tu perdición.

Bueno, déjame decirte una cosa: ver cosas como esta es definitivamente una de las señales de advertencia de que podrías ser un pensador exagerado.

Siempre dudas de las intenciones de la gente y nunca crees que las cosas sean como parecen a primera vista.

En lugar de eso, asumes que todo el mundo quiere perjudicarte de alguna manera solapada y sigues dedicando tiempo a diseccionar las intenciones de alguien y a tratar de interpretar lo oculto significado de sus señales contradictoriasaunque no haya nada que analizar y aunque todo esté más que claro.

No me malinterpretes: no estoy diciendo que todo el mundo merezca tu confianza ni que debas dejar entrar a todo el mundo por completo, sin intentar descifrarlo.

Sí, hay situaciones en las que debes hacer caso a tu instinto, pero a veces las cosas y las personas son exactamente lo que parecen ser.

En conclusión, pasar tanto tiempo sobrepensando y sobreanalizando las relaciones con otras personas y tu relación contigo mismo no te ha traído nada bueno.

De hecho, ha destruido tu autoestima, tus relaciones con los demás y, lo que es más importante, ha tenido un fuerte impacto en tu estado emocional y de ánimo. salud mental.

Está más que claro que tienes que dejar de sobreanalizar si quieres ser feliz. Pero, ¿cómo hacerlo?

¿Por dónde empezar? No puedes ordenarte a ti mismo que dejes de analizar en exceso, ¿verdad?

Pues no temas, porque te damos acceso totalmente gratuito a una guía paso a paso para ayudarte a dejar cuanto antes el sobreanálisis y curarte de este trastorno.

10 maneras de dejar de analizar en exceso si quieres ser feliz

Sal de tu cabeza

Si te preguntas cómo dejar de analizar en exceso, deberías seguir el consejo número uno de más de un psicólogo y autor de best-sellers sobre este tema: ¡haz todo lo posible por escapar de tus propios pensamientos!

En lugar de pasar el tiempo dentro de tu cabeza, lo primero que tienes que hacer si quieres dejar de analizar en exceso es entrar en contacto con el mundo real.

Ya es hora de dejar de mirar el móvil, de abandonar las redes sociales y las mensajes de textoolvidarte de las intenciones y los motivos de los demás y empezar a hacer cosas que te hagan feliz.

Olvídate de analizar las relaciones, olvídate de lo que pasará con tu carrera, olvídate de otras personas.

Sal ahí fuera y haz las cosas que siempre has querido hacer y, por una vez, no pienses en las consecuencias.

Por una vez, sé impulsivo y espontáneo, ¡y libérate de la ansiedad por analizar!

Sí, es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero tienes tu vida en tus manos y ya es hora de que tomes realmente el control sobre ella.

Ya es hora de que empieces a ser feliz.

Aceptar que no existe la perfección

Según un autor de best sellers neoyorquino, las personas que no dejan de analizarlo todo se esfuerzan por alcanzar la perfección, y este afán por tenerlo todo en perfecto orden es lo que les provoca este trastorno de ansiedad.

Si eres una persona excesivamente analítica, significa que probablemente haces todo lo posible por pensarlo todo detenidamente para evitar el fracaso y que las cosas salgan como no deberían.

Por lo tanto, al ser tú quien ha creado este mal hábito de pensar y analizar en exceso, también eres tú quien debe ponerle fin.

¿Y qué mejor manera de hacerlo que empezar por aceptar que la perfección no existe y que sólo pierdes tiempo y energía intentando alcanzarla?

En lugar de ser tan duro contigo mismo y con todos los que te rodean, date un respiro.

Acepta que todo el mundo, incluido tú, tiene algunos defectos y que esos defectos e imperfecciones nos hacen a todos únicos y especiales.

Dejar de obsesionarse con el futuro

Reconozcámoslo: a todos nos gustaría tener una tarjeta de acceso gratuito a nuestro futuro lejano.

A todos nos gustaría echar un vistazo a lo que nos espera y tener la oportunidad de cambiar hoy algunas cosas que podrían mejorar nuestro mañana.

Sin embargo, por desgracia, las cosas no suelen ir así.

La verdad es que nuestras elecciones vitales pueden afectar a muchas de las cosas que nos esperan, pero ni una sola persona viva puede tener el control total de su destino.

Por mucho que lo intentes, no puedes influir en todas las circunstancias de la vida.

Entonces, ¿por qué no dejas de intentarlo, cuando sabes muy bien que no todo está en tus manos?

Quieres hacerte la vida más fácil, ¿verdad? Entonces, ¿por qué sigues sobreanalizando si quieres sé feliz?

¿Por qué sigues devanándote los sesos sobre lo que podría ocurrir a continuación cuando sabes muy bien que no puedes elegir tu propia fe y tu propio futuro?

Lo único que puedes hacer es esperar lo mejor y prepararte para lo que venga.

No me malinterpretes, una cosa es hacer planes a corto plazo y tener objetivos en la vida.

Pero es algo completamente distinto estar ansioso por el futuro lejano, del que sabes que no puedes influir en absoluto.

Así que, la próxima vez que te sorprendas teniendo estos pensamientos, déjalo estar y verás lo que ocurre.

Por una vez, despeja tu mente, intenta seguir la corriente y mira a dónde te lleva. Te prometo que te espera un viaje increíble.

Dejar atrás el pasado

Dejar ir del pasado es una de las cosas más difíciles que todos tenemos que encontrar la manera de hacer.

Pero es algo que simplemente tienes que hacer si quieres dejar de analizar en exceso y si quieres mantenerte cuerdo.

Recuerda que todo sucede por una razón y tu pasado no es una excepción.

Todo por lo que has pasado te ha convertido en la persona que eres hoy.

Sé que algunas personas tóxicas de tu pasado y algunas cosas que te han hecho aún te persiguen.

Puede que te obsesiones con algunos de tus pasos en falso y con cosas que también desearías haber hecho de otra manera.

En cualquier caso, la cuestión es la misma: no puedes cambiar nada de lo que ya ha sucedido, por mucho que lo intentes.

No tienes la capacidad de borrar a algunas personas o acontecimientos de tu memoria y sólo te haces daño a ti mismo intentándolo.

Sin embargo, lo que puedes hacer es no permitir que tu pasado te defina o te controle.

Puedes dejar de intentar cambiarlo, puedes escapar de su prisión, puedes dejarlo ir y hacer todo lo posible por superarlo.

Acepta que hay cosas y personas que escapan a tu control.

Del mismo modo que tienes que aceptar que necesitas dejar atrás el pasado y tus expectativas de futuro, también tienes que aprender a aceptar que algunas cosas simplemente están fuera de tu control.

No eres todopoderoso, no puedes influir en todas las circunstancias de la vida y no puedes controlar cómo se comportan los demás ni cómo te tratan.

Y lo que es más importante: no se puede salvar a todo el mundo.

Sí, puede que les ayudes a corto plazo, pero tu amor no puede cambiar cualquiera que no quiera ser cambiado.

Así que, en lugar de devanarte los sesos pensando en los demás, céntrate en ti mismo.

Concéntrate en el modo en que todo y todos los que te rodean influyen en ti y en tu estado de ánimo.

Céntrate en tu salud mental y en encontrar tu propio equilibrio porque, al fin y al cabo, tú eres el único que importa y el que debe ponerse por encima de los demás.

Redirija sus pensamientos

Redirigir tus pensamientos de todo tu análisis y de todo el exceso de pensamiento es la clave de la salvación. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad?

A todos nos gustaría tener un pequeño interruptor en el cerebro que nos ayudara a apagar los pensamientos que nos provocan ansiedad y a encender los que nos hacen felices.

Aunque las cosas no funcionan así, existe una forma que puede ayudarte a redirigir tus pensamientos.

Ante todo, tienes que rodearte de gente positiva y alejarte de tu entorno tóxico.

En segundo lugar, debes centrarte en sentirte mejor tú mismo, sin esperar que nadie lo haga por ti.

Si es usted una persona que analiza en exceso hasta el cosas pequeñas en la vida, supongo que te preguntas constantemente por el futuro y te lo cuestionas todo.

Aunque sentir curiosidad por la vida es estupendo, el truco está en hacer sólo el tipo adecuado de preguntas.

¿Cómo puedo ser más feliz? ¿Cómo puedo mejorar mi vida? ¿Cómo puedo adaptarme a una mentalidad más positiva?

Cuando te hagas el tipo de preguntas adecuado, estarás demasiado ocupado intentando responderlas y no te quedará tiempo ni energía para darle vueltas innecesariamente.

Trabaja tu autoestima

El siguiente paso en el proceso de superación del problema del análisis excesivo es trabajar la seguridad y la confianza en uno mismo.

Pero, ¿cómo se consigue exactamente ser una persona más segura de sí misma?

Pues bien, la creación de auto autoestima no ocurre de la noche a la mañana, pero son cosas que se pueden conseguir.

Ante todo, tienes que aprender a olvidarte de tus inseguridades y aprender a cree en ti mismo.

Para ello, ponte metas pequeñas y alcanzables a corto plazo.

Una vez que veas que eres capaz de conseguir estas pequeñas cosas, verás que también puedes tener éxito con logros mayores.

En lugar de malgastar toda tu energía mental en todas las cosas que salieron mal y en lugar de machacarte por tus fracasos, céntrate en las cosas que hiciste bien y en los logros que conseguiste alcanzar.

Escribir un diario de éxitos

La mejor forma de centrarte en tus logros es escribir un diario de éxitos, en el que escribirás cada día las cosas que has conseguido y todo sobre tus éxitos.

Recuerda que cada logro es enorme y que no debes ignorar tus primeros pasos.

Además, aquí puedes escribir sobre todas las veces que te has sentido orgulloso de ti mismo por haber conseguido no analizar en exceso y sobre todos los días que has pasado sin pensar demasiado.

Sobre todos los días que has pasado sin que nadie ni nadie destruyera tu paz interior y sobre todas las veces que has conseguido vencer tu trastorno de análisis excesivo.

Luego, en un mal día, cuando sientas que no lo vas a conseguir, siempre puedes volver a tu diario y comprobar por ti mismo hasta dónde has llegado.

Créeme, te ayudará y este diario te servirá a menudo de luz al final del túnel.

Rodéate de gente de confianza

Hay veces en las que tu exceso de análisis no es más que una consecuencia de tus experiencias pasadas.

Tal vez analices demasiado una relación simplemente porque has pasado por muchas cosas en el pasado y porque la vida te enseñó que es una de las formas de protegerte para que no te vuelvan a hacer daño.

Pues bien, si este es el caso, una de las formas de ayudarte a ti mismo es rodearte de personas en las que confíes.

Elimina a todas las personas en las que no puedas confiar al cien por cien y a todas aquellas de cuyas intenciones dudes.

Sin embargo, es crucial ser lo más realista posible al hacerlo.

¿Quiénes son las personas que merecen tu confianza y aquellas cuyos movimientos analizas sin una razón real para hacerlo?

Éstas son las personas que merecen tener un lugar en tu vida y junto a las que puedes relajarte.

Por otro lado, ¿quiénes son los que han demostrado no ser dignos de confianza? ¿Los que te han traicionado o apuñalado por la espalda en el pasado?

Admitámoslo: este último grupo de personas es el responsable de tu problema de exceso de pensamiento.

Así que, ¿no sería más fácil echarlos de tu vida en lugar de luchar por tener que analizarlos todo el tiempo y sin tener que ser más cuidadoso a su alrededor?

Sé que romper los lazos no siempre es fácil, pero es hora de que te pongas tú primero.

Recuerda que tu salud mental es tu principal preocupación y que debes anteponerla a cualquier otra.

Buscar ayuda

Tener un trastorno por exceso de análisis no es fácil y no hay nada vergonzoso en pedir ayuda para resolver este problema.

Ante todo, cuando decidas quién es tu persona de confianza, háblale de tus problemas, sin guardarte nada.

Diles que estás trabajando en tu problema y que te vendría bien que te echaran una mano en este proceso.

No tienen que hacer nada para ayudarte; a veces, tener a una persona que te escuche y esté a tu lado cuando la necesitas es más que suficiente.

Pero ten cuidado con quién compartes tus secretos más profundos, porque confiar en la persona equivocada te traerá más males que beneficios.

Si esto no te da ningún resultado, siempre puedes buscar ayuda profesional.

Recuerda que no eres el único que pasa por este lío en tu cabeza y que existen personas que te prestarán la ayuda adecuada que necesitas.