Confucio dijo una vez: "La vida es realmente sencilla, pero nos empeñamos en complicarla".
La mayoría de nosotros nos quejamos de lo difícil y complicada que es la vida, sin darnos cuenta de que nosotros somos los culpables. Somos nosotros los que nos complicamos la vida. Parte de todo el trabajo, los deberes y los quehaceres con los que tenemos que lidiar a diario, tendemos a complicarlos aún más, y nuestra mente se va desilusionando poco a poco por influencias externas negativas.
Dudamos y cuestionamos nuestros instintos, tenemos miedo de tropezar y caer cuando surge un nuevo obstáculo. La vida es cada vez más difícil, y lo único que estamos haciendo es perder el contacto con lo que realmente somos y lo que realmente necesitamos. Reconocer las principales razones por las que estás haciendo tu vida más difícil de lo que tiene que ser será tu primer paso para simplificar las cosas y vivir una vida más feliz.
1. Te comparas con otras personas
La comparación es el ladrón de la alegría. Tener un modelo a seguir en la vida que te ayude a desarrollarte y a superarte siempre es bueno, pero compararte con personas que crees que son mejores que tú no hace más que amargarte y provocarte envidia. La existencia de las redes sociales hace que esto sea aún más difícil con todas esas formas de vida irreales, compartidas con todo el mundo con la mejor iluminación y el mejor filtro.
Ni una sola persona en este mundo es igual, tiene la misma vida o elige exactamente el mismo camino en la vida, así que no te compares con otras personas; al contrario, compárate con tu versión actual y utilízala para mejorar.
2. Participas en el drama
Empieza a hablar sólo de las cosas buenas de la gente, de la vida. Aunque no te apetezca hacerlo, ¡hazlo! Acostúmbrate a ello y sal poco a poco de todos los círculos dramáticos que te rodean. Imagina una vida sin cotilleos, sin difamaciones verbales.
Anima a la gente que te rodea a hacer lo mismo, y a los que no te apoyen en eso puedes ignorarlos. Aléjate del drama y sucederán cosas increíbles cuando distánciate de toda esa negatividad y a quienes la crean.
3. Tienes demasiado miedo
No te arriesgas y dejas que tus miedos tomen decisiones por ti. La lista de miedos que tiene un adulto medio puede ser interminable, como el miedo al fracaso, al rechazo, a las opiniones de los demás, etc. Cosas así sólo te frenarán y harán que te pierdas muchas cosas en la vida.
Recuerde que los miedos sólo existen en tu menteY cuanto más creas en ello, más desaparecerán tus miedos. Tendrás más confianza en ti mismo, te arriesgarás más y nunca dejarás escapar una oportunidad.
4. Te importa mucho lo que piensen los demás
¿La gente habla a tus espaldas? No te preocupes por eso: preocúpate por el momento en que dejen de hacerlo. Siempre habrá gente a la que le gustes y gente a la que no; así funciona la vida. Cuanto antes te des cuenta y dejes de preocuparte por ello, antes serás más feliz y controlarás mejor tu vida.
5. Esperar una señal
Por desgracia, muchas personas esperan una señal de Dios, o de algún otro ser espiritual, antes de decidirse a tomar una decisión o dar un paso importante en sus vidas. Toma tu vida en tus manos, encuentra la forma de sacarle el máximo partido, porque es mejor ayudar a moldear el destino que dejarse gobernar por él.
6. Esperas que la vida sea siempre feliz
El mundo es un lugar cruel y lleno de sufrimiento, desamores y pérdidas. Estas cosas pueden afectar a tu felicidad, pero no debes perder la esperanza. Además, tener expectativas poco realistas hará que acabes decepcionado. Esto no significa que debas poner el listón bajo: debes seguir siendo exigente contigo mismo y con la forma en que te tratan los demás, pero siempre hay una línea en la que ese nivel de exigencia se convierte en excesivo.
La vida es equilibrio. En el sufrimiento puedes encontrar una gran fuerza, en la angustia puedes encontrar resiliencia y en la pérdida puedes encontrar un renovado aprecio por la vida".