1. Pésimos amigos
Muchos de nosotros tenemos esos amigos que sólo te llaman cuando no tienen nada mejor -o nada- que hacer.
O hay personas que siempre te culpan de alguna manera por los errores que han cometido. Pues bien, esos son pésimos amigos y no merecen un lugar en tu vida.
Te conformabas con amigos de mierda cuando eras más joven, pero ya no tienes por qué hacerlo. Ahora eres una persona adulta y no necesitas a alguien que te haga sentir mal y solo se aproveche de ti.
Eres digno de tener amigos de verdad y, eliminando a todos esos falsos, harás sitio para los que te merecen.
2. Casi relaciones
A ese tren ya no me subo. Tuve mi ración de corazones rotos y no pienso continuar la racha.
Es comprensible cuando sales con alguien y rompes. Por supuesto, vas a tener el corazón roto, pero cuando no sales con alguien y aun así te rompen el corazón, entonces es un problema. Alguien que pensabas que te amaba y se preocupaba por ti es quien más daño te hace al final.
Les abrí mi corazón y les dejé entrar sólo para descubrir que habían empezado a salir con otra persona.
Buscaban apoyo emocional y amor en cierto modo conmigo, pero en cuanto encontraron a alguien que me sustituyera, me rompieron el corazón.
No voy a comprar esa mierda nunca más. He aprendido la lección.
3. Relaciones tóxicas
Soy ingenua y confío en la gente. Por eso me manipulan tan fácilmente. Me han mentido y han jugado conmigo.
Siempre he dejado de ver la verdadera cara de alguien por encaprichamiento, por algo que creía que era amor.
Perdoné a esas personas hace mucho tiempo, pero me costó perdonarme a mí misma. Estaba muy enfadada conmigo misma por haber caído en sus trucos y por no ver las cosas claras, pero con el tiempo conseguí superarlo. Sé que no fue culpa mía y que no hice nada malo.
Me utilizaron junto con tantas otras personas. Son ellos los que necesitan ayuda, no yo. Lo único que puedo hacer al respecto es prometerme a mí misma no volver a caer en esos trucos nunca más.
4. Novios de mierda
Me cansé de ser el único que lo intenta. Estoy harto de vivir en una relación en la que me tratan como una mierda. Estoy harta de salir con hombres egoístas que sólo saben cuidar de sí mismos.
Tantas veces estuve a su lado y tantas veces se fue cuando más lo necesitaba. Nunca se arrepintió y ni siquiera se paró a pensar en su comportamiento.
Le parecía una relación normal porque, desde su punto de vista, todo iba bien.
Este es un error que no volveré a cometer. Ha sido una experiencia de la que he aprendido mucho. Aprendí lo fuerte y digna de amor verdadero que soy.
He aprendido que nadie tiene derecho a tratarme como él lo hizo.
5. Relaciones unilaterales
Sacrifiqué tanto por él. Hice todo lo posible para complacerlo. Básicamente, estaba jugando con sus reglas.
Nunca fui verdaderamente feliz en esa relación, pero creía que lo era porque no sabía lo que era el verdadero amor.
No sabía lo que era ser amado y apreciado por alguien. No sabía lo que era levantarse feliz por la mañana.
Me descuidé psicológicamente y me descuidé físicamente. Me sentía y me veía como una mierda.
Cuidé de él e hice caso omiso de mis necesidades, pero cada vez me daba por sentado. No recibí nada a cambio. ¿Por qué? Es sencillo: yo era la única que amaba en esa relación. A él nunca le importó, ni siquiera un poco.
Es culpa mía porque nadie me obligó a quedarme. Es que me subestimé y dejé voluntariamente que abusara de mí con su negligencia.
Debería haber aprendido que merezco más, pero afortunadamente, ahora lo sé.
6. Llamadas de botín
He renunciado a responder a llamadas nocturnas de borrachos y a abrir la puerta en mitad de la noche. He recuperado la autoestima que me faltaba cuando era más joven.
Nunca confié ni creí en mí misma, así que me conformaba con cualquier cosa que hubiera. Cuando me gustaba alguien, hacía literalmente cualquier cosa con tal de llamar su atención y que me utilizara.
No voy a volver a hacer lo mismo. Con los años, me he dado cuenta de que no necesito mendigar la atención de nadie. Soy inteligente. Es divertido estar conmigo y hay gente a la que le gusto sin que yo lo pida.
Hay personas que renunciarían a su tiempo sólo por pasarlo conmigo.
7. Ser siempre el último de la lista
Estoy harto de ser la última prioridad para todos...especialmente hombres con los que solía salir. Estoy cansada de que me traten como no merezco. De la forma que nadie merece.
No tenía ni idea de quién era en el pasado. No sabía cómo apreciarme. No sabía cómo amarme a mí misma, así que busqué validación en todos los sitios que pude, por desgracia también en hombres equivocados.
Ya no soy esa joven ingenua. Me hice mujer. Tomé conciencia de mi propio valor. He devuelto al mundo todas las bofetadas que me dio.
Se acabaron las tonterías conmigo. Se acabó el pedir cosas que no merezco porque merezco todo lo que deseo.