Siempre es importante ser honesto y franco con uno mismo, por dura que sea la realidad a la que te enfrentas.
A veces, te quedas en una relación que sabes que ha llegado a su fin, simplemente porque te resulta familiar y reconfortante.
Es agradable tener a alguien ahí, aunque lo que os mantenía unidos haya empezado a esfumarse...
Es una píldora difícil de tragar, admitirte a ti mismo que tu relación ha terminadoPorque tu orgullo te obliga a intentarlo de nuevo, aunque sabes que no tiene sentido.
Prolongar lo inevitable sólo te hace sufrir innecesariamente y ni tú ni tu pareja os sentís felices y realizados. Entonces, ¿quién gana aquí?
Es mejor arrancar la tirita y afrontar los hechos, porque es la única forma sana de afrontar una relación que ya no prospera.
Quedarse por las razones equivocadas no es razón para quedarse.
Si sientes que tu relación se encamina hacia su desaparición, es probable que tu instinto esté tratando de decirte algo, por lo que debes prestarle mucha atención y escucharlo.
Aquí tienes 7 señales que indican que tu relación se está consumiendo poco a poco y que ya no hay razón para seguir con ella.
1. No tienes problema en imaginarte con otra persona
Si la idea de intimar con otra persona no te repugna en absoluto y, de hecho, te hace sentir positivo y excitado, ésa es la primera señal de que ya estás a medio camino.
Cuando eres feliz y te sientes realizado en una relación, no puedes imaginarte estar con otra persona.
Pensar en eso sería imposible, ya que tu pareja es todo lo que podrías desear.
Pero cuando ya te estás viendo con otro hombre (independientemente de quién sea), es una verdadera señal de que realmente se ha acabado, al menos por tu parte. Sólo tienes que abrazarlo y aceptarlo.
2. Vuestros objetivos y sueños son completamente diferentes y no podéis encontrar un término medio
Cuando dos personas se aman, se dejan la piel para alinear sus dos mundos lo mejor posible, por todos los medios.
El compromiso es la clave para dos parejas con estilos de vida diferentes que realmente quieren que funcione.
Pero cuando tú y tu hombre parece que no puede encontrar un término medio en nada, eso es un gran problema.
Eso es algo que probablemente causará cada vez más fricciones en tu futuro y sólo va a complicarse.
Cuando quieres a una persona, haces todo lo posible para que funcione.
Pero cuando no quieres renunciar a ninguna de tus ideas y sueños, significa que tu amor no es tan fuerte después de todo.
3. No le confiarías tu vida
Esta es la mayor señal de alarma. Si la persona con la que estás no es alguien a quien confiarías tu vida, ¿qué haces todavía allí?
Se supone que tu pareja es la única persona que tiene toda tu confianza.
Pero si te sientes insegura e incómoda a la hora de confiarle cosas serias, es que realmente has terminado con esta relación.
Sea lo que sea lo que causó esta falta de confianza en tu pareja, está claro que ha hecho daño, y ahora sólo tienes que encontrar la manera de afrontarlo lo mejor que puedas, y decidir cómo seguir adelante.
4. Sigues teniendo los mismos argumentos una y otra vez
Este es un gran problema. Si no puedes dejar atrás ninguno de tus argumentos, es señal de un problema mucho mayor.
Claro, todo el mundo se pelea tarde o temprano, y no hay forma de evitarlo. Pero al final también encuentran la manera de solucionarlo.
Sin embargo, cuando simplemente no podéis encontrar una solución que os beneficie a los dos, al menos en parte, es que realmente no podéis encontrar el camino de vuelta a como era antes, o simplemente no queréis. Depende de ti reconocer cuál de las dos es.
Las personas que se preocupan por los demás acaban encontrando puntos en común, porque amaos los unos a los otros demasiado.
Si no puedes hacerlo, probablemente sea mejor que pongas fin a la situación antes de que se complique demasiado.
5. Ya no te importa cómo se siente
Ya no te preocupa tanto herir sus sentimientos como antes.
No es que le quieras hacer daño, es que su dolor ya no te afecta tanto. No como solía hacerlo.
Esto no te convierte en una mala persona, sólo significa que probablemente te has desenamorado de él, y ya no formas parte de esta relación en tu cabeza.
Si así fuera, sus sentimientos serían mucho más importantes para ti y su estado de ánimo afectaría literalmente al tuyo.
6. Las cosas más pequeñas sobre él te molestan muchísimo
Las pequeñas peculiaridades de él solían ser tan lindas y entrañables para ti, pero ahora, no puedes soportarlas.
Se ha vuelto tan molesto que quieres gritarle que deje de hacer eso que antes te parecía tan mono, pero de alguna manera te recompones y mantienes la calma.
Este es un claro indicio de una relación que se está quemando.
Cuando las cosas que antes os parecían bonitas del otro os irritan más de la cuenta, es evidente que ya no hay amor romántico.
Te preocupas por él como persona, seguro, pero definitivamente no como novio. Ya no.
Véase también: 7 consecuencias de ser furtivo en una relación (+ cómo afrontarlas)
7. Pasáis mucho tiempo lejos el uno del otro y ambos lo lleváis bien.
Cero necesidad de gastar tiempo juntos es una de las señales más claras de que tu relación se ha esfumado de verdad.
No hace falta que estéis unidos por la cadera, pero sí que queráis pasar tiempo el uno con el otro.
Cuando ese sentimiento desaparece y se está perfectamente bien pasando mucho tiempo separados, realmente no queda nada que decir al respecto.
Tal vez lo mejor sea que habléis con franqueza para daros cuenta de cuándo empezó a ir todo cuesta abajo e intentar que las cosas acaben bien.
Que ya no estéis locamente enamorados no significa que no os importéis como personas.
Aprovecha esta oportunidad para tener una de esas rupturas amistosas en las que ambos os marcháis sin ningún resentimiento hacia el otro, y enorgullécete de ello porque ¡esa es la forma adulta de romper!