Las mujeres somos fuertes e increíbles y siempre lucharemos hasta el último aliento por salvar una relación. Pero ni siquiera la más fuerte de nosotras puede soportar que alguien a quien más queremos nos trate como si no importáramos.
Nadie puede sobrevivir al sentimiento de soledad junto a alguien que se supone que nos hace sentir bien. Estas son las razones por las que las mujeres dejan a los hombres que aman.
1. Siente que no puede ser ella misma
Si siente que tiene cambiar para ser aceptada, no hay forma de que pueda ser feliz en una relación así. Si un hombre la deprime constantemente por su forma de actuar, reír o sentir, ¿cómo puede ser ella misma?
El amor no consiste en cambiar para hacer feliz a otra persona. Se trata de que te acepten tal y como eres y de resolver los problemas juntos.
2. No hay aprecio
Si sus esfuerzos no son apreciados, dejará de hacerlos. Ninguna mujer merece que la den por sentada y no te equivoques, te dejará por mucho que te quiera.
Porque esforzarse al máximo para hacer feliz a la otra persona, sólo para ser desatendida, agota sus fuerzas. Cuando se le agoten, simplemente se marchará.
3. La relación se siente como una carga emocional
Si todo lo que hace requiere una planificación previa y preocuparse por cómo puede reaccionar la otra persona, la relación pronto se convierte en una carga.
Si un hombre la regaña constantemente diciéndole que hace las cosas mal, menospreciándola y obligándola a disculparse, tanto si ha hecho algo mal como si no, pronto quedará exhausta bajo el peso de tratar con una sanguijuela emocional.
4. Está cansada de que la comparen con otras mujeres
¿Cómo puede estar segura de que su hombre la quiere si la compara constantemente con otras mujeres? ¿Cómo puede estar segura de su autoestima si oye constantemente que otras mujeres son más listas, más guapas o más divertidas?
Si alguien que se supone que es tu mayor apoyo es quien te deprime, entonces no merece la pena seguir con esa persona. Esa persona ya no merece tu amor.
5. No hay respeto
El amor sin respeto no significa nada. Puede cantar las mejores canciones, decir las palabras más dulces, pero si no hay respeto, no significan nada. Una mujer que no es respetada en su relación no es una mujer feliz. Y lo más seguro es que se aleje, porque ser tratado sin respeto es la peor forma posible de ser tratado.
Es mucho más que una compañera, novia o esposa. Es increíble, feroz, fuerte, amable y la persona más cariñosa, todo en uno. Y si eso no merece respeto, no sé qué lo merece.
6. Falta vida sexual
Una vida sexual insatisfactoria es el problema sobre el que más leemos. Es como si todo girara en torno al sexo. Pero la falta de sexo en sí no es un problema. El sexo sin emociones o el sexo sin cariño o amor no significan nada.
Si ella es la única que pone algo de esfuerzo en la relación pero él se da la vuelta en cuanto termina, significa que ella no le importa lo suficiente como para satisfacerla. Y seamos sinceros, si quisiéramos sexo sin cruzar la línea de meta, seguiríamos tirándonos a tíos universitarios.
7. Los objetivos a largo plazo son incompatibles
En realidad, ésta es la razón número uno de la ruptura de las relaciones duraderas. Es muy divertido mientras somos jóvenes y no pensamos en sentar la cabeza. Pero, ¿qué ocurre cuando una persona está preparada para hacer carrera y la otra para tener un hijo?
¿Qué pasa si una persona quiere mudarse, mientras que la otra está atada al lugar en el que vive actualmente? Si es ella la que tiene que sacrificarse, pondrá fin a la relación, porque el amor es compromiso. Esperar que ella renuncie a sus sueños para hacer realidad los tuyos es muy egoísta.
8. Ya no hay esfuerzo en la relación
Si ella es la única que se esfuerza, pronto se cansará de esa mierda. Y una vez que ella deje de poner ningún esfuerzo en la relación, considérala muerta para siempre.
9. Siente que es la única a la que le importa
Si empieza a sentirse relación unilateral¿cómo esperas que se quede y luche? ¿Cómo esperas que trabaje por algo de lo que ya no está segura?
No tiene motivos para creer que hay algo por lo que merezca la pena quedarse, porque no le has dado ninguno.