Es curioso cómo alguien que estaba tan cerca de ti es ahora un extraño. Eso le pasa a muchas amistades porque no están hechas para durar siempre.
Aunque el final de una relación y el de una amistad son dos cosas distintas, poner fin a una amistad puede ser igual de devastador y desgarrador. Y es algo difícil que tenemos que afrontar y superar.
A veces, tú y tu amigo de la infancia crecéis hasta convertiros en dos individuos completamente diferentes que ya no se llevan tan bien.
Salir y hablar ya no es tan fácil como antes. Antes podíais tener muchas cosas en común, una variedad de temas diferentes. Ahora la conversación es forzada y hay muchos momentos de silencio incómodo.
Sueles conocer nuevos amigos en el colegio, en los estudios, en el trabajo o cerca de donde vives. Vuestros horarios son similares y os resulta cómodo y fácil pasar tiempo juntos. Cuando las cosas cambian, la amistad también cambia.
Os distanciáis porque ya no es tan conveniente pasar tiempo juntos.
Ahora hay que ajustar los horarios y sacar tiempo para los amigos. Aquí es donde ves si ella era sólo una conveniencia y no una verdadera amiga.
Por supuesto, si fuera una amiga de verdad, harías un esfuerzo, estarías en contacto y darías lo mejor de ti para que funcionara. Si no, entonces no vale la pena llorar.
Las relaciones también pueden interponerse en el camino de la amistad. Cuando algunos de nuestros amigos se enamoran, deciden pasar todo su tiempo con su media naranja, por lo que tienden a perderte de vista.
Simplemente no tienen tiempo, a menos que tengan problemas en su relación.
En esa situación, volverán arrastrándose hacia ti, porque no tienen un hombro sobre el que llorar como el tuyo. Esta situación envejece muy pronto. Te sientes como si te estuvieran utilizando y la amistad está destinada a terminar.
Hay veces en que no conoces realmente a las personas de las que eres amigo. Muestran su verdadera cara después de un tiempo.
O descubres que tienen dos caras y nunca puedes llegar a conocerlos de verdad. Les has confiado todo y te han traicionado.
Aunque te sientas el más tonto, en este caso no eran sólo buenos amigos. Estaban destinados a estar en tu vida para enseñarte una lección y hacerte crecer. Agradece la experiencia.
Las amistades necesitan trabajo. Los amigos no son los que están ahí sólo cuando les conviene o cuando no tienen nada mejor que hacer. Encontrarán tiempo y se esforzarán, y esperarán lo mismo de ti.
Los amigos están ahí en las dificultades y el dolor. Están ahí en tu dicha y felicidad. Están ahí para compartirlo todo contigo. Si no es así, entonces nunca fueron tus verdaderos amigos para empezar.
Nunca te arrepientas de ninguna de tus amistades pasadas. No te agobies pensando en lo que podrías, deberías o habrías hecho para cambiar las cosas o hacer que una amistad durase.
Algunas personas no están destinadas a estar contigo hasta el final de tus días.
Se suponía que debían estar ahí como una temporada pasajera en tu vida y nada más.
Sólo si tienes la suerte suficiente encontrarás al menos un amigo que estará ahí durante todas tus temporadas y tendréis una amistad que durará un de por vida.