¿Alguna vez has sentido que no puedes controlar tus emociones? ¿Como si tu corazón se peleara con tu cabeza cada vez que quiere latir?
Pues eso es exactamente lo que siento cada vez que pienso en ti.
Cada vez, echarte de menos me agobia hasta el punto de que me cuesta respirar y no estar a tu lado empieza a doler físicamente todo mi ser.
Así es como me siento cada vez que pienso en todos los años que he malgastado aferrándome a tu recuerdo, sabiendo muy bien que nunca paso por tu mente.
Cada vez que tengo que admitir a mí mismo que tristemente, Todavía te quiero con todo mi ser.
Así es exactamente como me siento cada vez que te echo de menos, sabiendo que no debería.
Sabiendo que no mereces que piense en ti. Sabiendo que debería echarte de mi sistema, de la misma forma que te eché de mi vida hace años.
Quiero que dejes de existir dentro de mí. Quiero olvidar que alguna vez formaste parte de mi vida. Quiero que mueras en mi memoria.
Quiero dejar de repetir toda nuestra relación una y otra vez en mi cabeza. Dejar de pensar en todas las oportunidades que no aprovechamos. En todo lo que podríamos haber llegado a ser.
Quiero que dejes de ser lo primero que me viene a la mente cada mañana que me despierto.
Poder dormir por la noche sin tener que engañarme imaginando que estás al otro lado de la cama, a un brazo de distancia.
Quiero dejar de esperar que seas tú quien me llama cada vez que suena mi teléfono. Dejar de esperar que aparezcas de la nada, diciéndome que tú tampoco puedes sacarme de tu cabeza.
Cada vez que pienso en echarte de menos, quiero recordarme todas las cosas horribles que me hiciste. Para recordar cómo nunca me quisiste lo suficiente .
Cómo pasé años a tu lado conformándome con migajas. Recordar cómo me dejaste marchar, sin moverte un ápice para al menos intentar retenerme a tu lado.
Quiero poder perdonarte todo el dolor, toda la humillación y todos los traumas que dejaste atrás.
Para olvidar la venganza y el resentimiento que me han estado comiendo vivo. Quiero borrarte de mi memoria.
Quiero ser más listo y más sabio. Quiero saber más.
Quiero dejar atrás el pasado y seguir adelante con mi vida, igual que hiciste tú. Quiero verte como nada más que una lección que me hizo más fuerte.
Quiero dejar de quererte, dejar de desearte y dejar de echarte de menos.
Porque, afrontémoslo, no eres el hombre al que hay que echar de menos. Después de todo, ¿qué es exactamente lo que echo de menos?
¿Echo de menos esas noches solitarias que pasé mientras calentabas el mal de otro? ¿Todas esas llamadas que nunca devolvías?
¿Todos esos años que perdí esperando a que entraras en razón y te convirtieras en el hombre que siempre necesité que fueras? Todas esas veces que me hiciste sentir como tu segunda opción ?
¿Echo de menos no estar nunca segura de tus sentimientos? ¿Todo el tiempo que pasé intentando entenderte y el hecho de que yo fuera la única que intentaba hacer algo de nuestra relación?
¿Echo de menos cómo escupías todo lo que te daba? ¿Cómo nunca apreciaste mis esfuerzos y sacrificios; cómo lo exigías todo y acababas sin dar nada a cambio?
¿Echo de menos las peleas constantes y el drama? Echo de menos que alguien abuse emocionalmente de mí y me haga sentir que nunca fui suficiente?
Porque si lo hago, debo de estar loca y ser estúpida. Sin embargo, a pesar de esto, la devastadora verdad es que mi corazón quiere que vuelvas, aunque no debería.
Mi cuerpo, mis sentidos y mis emociones quieren volver a nuestros raros días felices. Quiero volver corriendo a tus brazos, como si el tiempo no hubiera pasado.
Sí, soy así de estúpido.
Soy tan débil que no tengo la capacidad de ordenar mi corazón ni de tomar el control sobre él.
Supongo que no soy lo bastante fuerte para controlar mis pensamientos, deseos y emociones. No lo bastante fuerte para dejar de echarte de menos.