¿Qué es SAHM? te habrás preguntado cuando te encontraste por primera vez con la abreviatura de "ama de casa". Lo siguiente que habrás pensado es "Bueno, es genial, ella consigue pasar el día jugando con los niños y descansar en el sofá viendo Netflix"..
¡No tienes ni idea!
A decir verdad, el lado bueno de ser ama de casa es que tienes la oportunidad de estar presente en los momentos especiales de tus hijos. Verá sus primeros pasos, oirá sus primeras palabras, les verá aprender y crecer......consolarlos cuando lloran...
Además de presenciar sus hitos, hay mucho más que hacer. Ser ama de casa es un trabajo a tiempo completo que te obligará a hacer horas extras y tendrás que lidiar con jefes muy despiadados y exigentes: tus hijos.
En mi caso, todo empezó cuando mi prueba de embarazo dio positivo, me emocioné demasiado y lo decidí:
"¡Quiero ser una supermamá!"
Cuando nació mi hija mayor, Emma, Hice una pausa en mi carrera y me convertí en ama de casa.. Mi idea del papel era muy diferente de lo que experimentaba cada día en mi "puesto".
No me malinterpretes, a todos nos encanta pasar tiempo con nuestros hijos, pero a veces puede resultar agotador y abrumador. Haces malabarismos con muchas responsabilidades a diario. Comparado con esto, la multitarea habitual en la oficina parece sopa de pato. Siempre vas contrarreloj.
Además, llevas muchos sombreros.
"Por la mañana soy la niñera"
Nos despertamos, papá se va a trabajar, y entonces mis hijas y yo disfrutamos de un largo desayuno. Cuando terminamos, limpiamos la mesa desordenada y es hora de jugar. A veces salimos al patio o nos quedamos en casa si llueve.
Juego con mi niña y al mismo tiempo ayudo a Emma con los deberes.
"Soy el chef a la carta de la familia"
Cocino comidas separadas para el bebé y luego preparo el almuerzo para Emma y para nosotros, los mayores. A veces Emma se niega a comer lo que hay en el menú, así que siempre tengo un plan de reserva rápido para llenar su barriga.
La pasta siempre funciona, pero entonces después de comer, hay un atasco de platos en la encimera y en el fregadero. Es hora de que la chef se arremangue y limpie el desastre.
"Es la hora de la escuela y me convierto en el conductor"
Abrocho a mis dos hijas en los asientos del coche y nos dirigimos al colegio. Después de dejamos a Emma, pasamos a comprar comida y algunos artículos para el hogar.
Todo se mete en el maletero y podemos volver. Cuando llegamos a casa, es la hora de la siesta.
"Cuando el bebé duerme, me convierto en ama de llaves".
Por último, llega el momento de meterlo todo en el lavavajillas. Esa pila de ropa sucia llora por ir a la lavadora. Tengo que quitar el polvo y pasar la aspiradora por el salón y, a veces, por toda la casa. Pero antes de limpiar, ¡primero tengo que colocar los juguetes en las cajas!
Por fin, nuestra casa tiene un aspecto decente, el bebé sigue durmiendo y puedo pasar a mi siguiente papel.
"Soy la señora de la casa y encargada de asuntos generales"
Hago notas sobre citas, y planes de vacunación, redactar otra lista de la compra, y organizar reparaciones de electrodomésticos en caso necesario.
Compruebo si los niños necesitan ropa o zapatos nuevos, qué juguetes didácticos podrían serles útiles, y las semillas de flores que conseguí la otra semana deberían plantarse ya.
"Por la noche me pongo las gafas y me transformo en director financiero"
Alguien tiene que pagar las facturas para que corra el agua y haya luz. I hacer presupuestos, cuentas y facturas. Además, planifico nuestras inversiones: quizá sea el momento de comprar un cochecito nuevo o una bicicleta.
Vale, tengo que admitir que mi marido me ayuda a veces, pero con todos estos papeles y obligaciones, uf... empiezo a sentir que se me viene encima el agotamiento.
"No doy abasto y digo: '¡Nena, ya he tenido bastante!".
Está confundido y no lo entiende. Estoy disgustada y emocionada, sintiéndome menospreciado por todo lo que he estado haciendo últimamente. Se va a trabajar y ya está. Estoy agotada, claro que estoy nerviosa y luego me acusa de transmitir malas vibraciones. ¡No es justo!
Esta es NUESTRA casa y los niños son NUESTROS niños, así que yo...Esto significa que tenemos que trabajar juntos para mantener todo ordenado y asegurarnos de que los niños están alimentados, felices y sanos. No tengo que ocuparme de todo yo sola, ¡TODO EL TIEMPO!
Tras varios días de lucha, por fin hemos encontrado un terreno común. Este es nuestro nuevo acuerdo.
"¡Compartir es cuidar! Aunque sea compartiendo una carga".
Exacto, compartimos todos los deberes. Yo mantengo mis funciones de cocinera, chófer y niñera, y él se encarga de los asuntos generales y las finanzas. (Con un poco de ayuda mía, claro). Además, cocina los fines de semana 😉 .
Nos repartimos las tareas domésticasasí que él se encarga de lavar la ropa, pasar la aspiradora y quitar el polvo. Yo lavo los platos y plancho.
Hasta ahora todo va bien. Estamos un equipo de ensueño.
Así que, chica, sé lista y evita pasarte. No serás una supermamá si estás cansada como una puesta de sol que se apaga. No se trata sólo de ti, los niños se merecen una mamá feliz, capaz de participar en sus juegos.
Ahórratelo. Haz un plan por adelantado y comparte todas las responsabilidades con tu marido. Ojalá hubiera sabido esto desde el principio.