Hace tiempo que no hablamos. Sé que después de todo querías ser mi amigo, pero no creí que fuera buena idea.
Sabes, es difícil ser amigo de alguien a quien querías más.... Es como si se te muere el perro y decides quedártelo. Es imposible.
Así que no llores sobre la leche derramada. No eras el adecuado para mí y me lo dijiste a tiempo. Tus palabras sobre salvarme de las lágrimas aún resuenan en mi cabeza.
Recuerdo el día en que viniste a decirme que ya no sentías lo mismo que antes. Dijiste que aún no podías decidir si necesitabas un compañero sentimental.
Estabas muy confuso cuando me lo contabas y vi que te preocupabas por mí. Por desgracia, eso no fue suficiente para que nuestro amor durara.
Sabes, a veces sigo pensando en ti.
Recuerdo todos aquellos días que pasamos juntos disfrutando de la vida. Me gusta pensar en todas las cosas bonitas que me enseñaste a hacer.
Recuerdo que me enseñaste a pescar y a hacer fuego en el bosque.
Recuerdo que me enseñaste a conducir un coche con transmisión manual y a escuchar música al mismo tiempo.
Yo también soy feliz cuando pienso en todos esos momentos bonitos que te di, porque te quise más de lo que nunca pensé que querría a alguien.
Es verdad que me enamoré mucho de ti, pero no me importa. El amor no es amor si no es complicado. Y el nuestro era tan complicado como el infierno.
Así que ahora, después de todo este tiempo sin ti, debo admitir que por fin me siento bien en mi propia piel.
Verás, estoy escribiendo esta carta sentada sola en el parque y disfrutando de los rayos del sol. Y no necesito que nadie más esté conmigo, porque por fin puedo conseguir esa paz que tanto merezco.
Por fin vivir mi vida al máximo y no me arrepiento de mis decisiones. Formaron parte de mi vida y me convirtieron en la persona que soy ahora.
Lástima que no estés aquí para ver en qué clase de persona me he convertido. Pero, debo decir que cuando me dejaste, algo cambió dentro de mí.
Podía haber optado por ser una víctima, pues tenía todos los motivos para ello, pero no lo hice. En lugar de eso, decidí luchar y seguir adelante con mi vida.
Porque sólo tienes una vida y si yo no me preocupo por mí, nadie más lo hará. Sé que no.
En caso de que a veces te preguntes si volvería a aceptarte, esto es lo que te diría: "Me perdiste el día que no me elegiste". Y yo era una chica a la que era muy fácil querer, pero por desgracia no pudiste entenderlo a tiempo.
Pensaste que el amor volvería a sucederte. Me dijiste que me querías pero que tenías que irte y que una vez que me dejaras morirías.
Déjame preguntarte algo: "Si dijiste que morirías sin mí, ¿por qué sigues respirando?"
No te lo esperabas, ¿verdad? Pues así soy ahora, directo al grano, y no lo cambiaría por nada del mundo.
Ahora, todas esas cosas oscuras que pasaron durante nuestra relación no me parecen tan oscuras ahora. Porque encontré mi propio camino y esta vez es un camino sin ti.
Fuiste tú quien se acobardó. Decidiste irte y déjame en paz.
Para ti, mis problemas y mis sentimientos no existían porque estabas muy preocupado por tus propios problemas.
Y yo no era uno de ellos. Sólo le agradezco a Dios que me salvó de ti....
No sabes lo feliz que me hace poder conocer gente nueva y disfrutar de la vida como me merezco. Si me hubiera quedado contigo, no habría tenido la oportunidad de hacer todo esto.
Probablemente seguirías siendo el centro de mi mundo y la única persona con la que hablaría. Pero de esta manera, al perderte gané mucho más.
Así que, gracias por rendirte conmigo. Me has hecho darme cuenta de lo digna persona que soy.
Gracias a ti, aprendí a amarme con todo mi corazón y a dejar ir las cosas que me habían estado molestando en el pasado. Y esta vez, también te dejo ir a ti.
Si fuiste tan estúpido como para irte, ¡yo seré tan inteligente como para dejarte ir!