Estas son algunas de las cosas que nunca me oirás decir en voz alta, aunque mi vida dependa de ello.
Las cosas que me han estado matando desde tu partida y las cosas que soy demasiado orgulloso para admitir, incluso a mí mismo.
Aquí tienes una lista de cosas que nunca tendré el valor de contarte.
1. Me arruinaste
Sé que me hago el duro delante de ti. Cada vez que te veo, finjo que tus acciones no me lastimaron.
Pero adivina qué: cuando te fuiste, no sólo me rompiste el corazón. De hecho, rompiste a mí también.
Desde que te fuiste, me siento como una ruina. Me he roto en millones de pedazos y no hay forma de que vuelva a recomponerme.
Me has destruido por completo y, para ser sincero, ni siquiera sé cómo empezar el proceso de reparación.
La verdad es que dejaste heridas profundas en mi corazón y aún no han empezado a cicatrizar.
Me cambiaste para siempre. Mataste a la chica inocente que solía ser y me convertiste en una mujer amargada y negativa.
Me convertiste en cenizas y no sé si alguna vez tendré fuerzas para levantarme.
2. Nunca he querido tanto a nadie
Ya está, lo he dicho. Eres el hombre más importante de mi vida, incluso después de todo lo que me hiciste.
Nunca he querido que lo supieras, pero la verdad es que nadie tiene ninguna posibilidad contra ti.
Ninguno de mis ex, y ciertamente ninguno de los chicos con los que he salido desde que te fuiste.
La parte más aterradora es que estoy bastante seguro de que Nunca amaré a ningún otro hombre tanto.
Para ser sincero, ni siquiera era consciente de que podía querer a alguien tanto como te quería a ti. Qué desperdicio de emociones, ¿verdad?
3. Te busco en todos
Si preguntas por ahí, descubrirás que no me convertí en monja después de romper.
Llegarás a la conclusión de que no estoy esperando pacientemente a que vuelvas.
No, no rechazo a todos los hombres que se me acercan. No pretendo estar todavía tomada mientras tú estás por ahí viviendo la vida de un soltero.
La verdad es que he vuelto al mercado de las citas. No me acuesto con todos los tíos que aparecen pero tampoco vivo una vida de celibato.
Así que todo el mundo asume que debo estar por encima de ti, ya que puedo volver a salir.
Lo que no saben es que te busco en cada hombre que conozco.
Salgo con ellos porque tienen una voz parecida a la tuya o porque usan la colonia que tú usabas.
Algunos me miran como tú lo hacías y otros tienen una sonrisa que me recuerda a ti.
Sin embargo, ninguno de ellos es tú y ninguno lo será jamás. La verdad es que salgo corriendo cada vez que me doy cuenta de ello.
4. Me hiciste cuestionar mi valía
Desde que te alejaste de mí, me has hecho dudar de mi propio valor. Me has hecho preguntarme por qué no era suficiente para ti.
Verás, te di lo mejor de mí, sin guardarme nada. Así que, si mi mejor versión no era suficiente para ti, ¿qué te habría hecho quedarte?
¿Cómo voy a ser capaz de mantener a cualquier hombre a mi lado, si no tuve éxito contigo? ¿No soy digna del amor de alguien?
¿Por qué no fui digno de tu amor?
Apuesto a que nunca pensaste que estas preguntas seguirían molestándome. Al fin y al cabo, parezco muy seguro de mí mismo, ¿no?
Destruiste mi confianza. Me convertiste en una ruina insegura sin autoestima.
5. Te odio
A estas alturas, debes pensar que soy una especie de lunática, ¿verdad? Acabo de confesarte que nunca he amado a alguien tanto como a ti y ahora, aquí estoy, diciéndote que te odio.
No tiene mucho sentido, ¿verdad? Bueno, lo siento pero así es como me siento ahora mismo.
Te quiero con todo mi corazón pero también te odio a muerte. Tampoco puedo explicarlo.
Sin embargo, lo que importa es que sigues vivo dentro de mí, de una forma u otra.
No importa si me obsesiona el amor o el odio, sigues existiendo en mi cabeza y en mi corazón.
6. Pero todavía espero que vuelvas
Irónicamente, todavía espero que vuelvas. No es que lo desee conscientemente, es que no puedo acabar con mis esperanzas.
Cada vez que suena mi teléfono, por una fracción de segundo, pienso que eres tú.
Cada vez que me encuentro con tu mejor amigo, espero que me diga que me has mencionado.
Me doy la vuelta cada vez que veo un coche parecido al tuyo. Me pongo nervioso cada vez que paso por tu calle, esperando que me llames por mi nombre.
La verdad es que espero que un día, vengas a llamar a mi puerta. Ese remordimiento te matará una vez que te des cuenta de lo que perdiste.
Quiero que te despiertes en mitad de la noche, atormentado por el arrepentimiento. Quiero que echarme de menos tanto como te echo de menos.
Quiero que vuelvas. Pero al mismo tiempo, quiero que te alejes.