Es tan difícil olvidar a alguien a quien esperaba ver todos los días. Es tan difícil olvidar todos los recuerdos que tengo, todos los momentos que pasamos, y es tan difícil dejar ir a alguien a quien amo hasta la luna y de vuelta. Y yo te amo, hasta la luna y de vuelta.
Nunca creí en esas historias de amor de cuento de hadas hasta que tuve la oportunidad de encontrarme en una.
Pero, por desgracia, el nuestro no llegó a vivir lo suficiente como para tener un final feliz. Nuestro "felices para siempre" nunca se hizo realidad.
Me encantaría poder decir que no siento nada por ti. Me encantaría poder decir que te he olvidado, que he puesto fin a todo lo que significábamos el uno para el otro y que he seguido adelante.
Pero después de todo este tiempo, sigo pensando en ti.
Sabías que nunca fui muy mentirosa. Nunca pude ocultar mis sentimientos, nunca pude sonreír cuando no tenía ganas de sonreír y nunca pude fingir ser algo que no era.
Sabías que conmigo siempre sabías perfectamente a qué atenerte.
Esta soy yo siendo honesta de nuevo. Este soy yo no ser capaz de embotellar mis sentimientos más.
Tengo esta estúpida necesidad de hablar de ti, de mencionarte de vez en cuando, de saber qué está pasando en tu vida y de ver cómo has estado, después de todo este tiempo.
El único problema es que ninguno de mis amigos quiere oír tu nombre porque no han olvidado lo que me hiciste.
No han olvidado cómo me rompiste el corazón y cómo quedé destrozada tras el final de nuestra historia.
Me preguntan: "En serio, después de tanto tiempo, ¿todavía te acuerdas de él?", y lo único que se me pasa por la cabeza es que, para empezar, en realidad nunca te olvidé.
Aún recuerdo cómo eran los días buenos. Aún recuerdo cómo te acercabas a mí por detrás y me tapabas los ojos y yo tenía que adivinar quién era.
No hacía falta adivinar, siempre supe que eras tú. Aún recuerdo tu fragancia, recuerdo cómo me besabas y cómo siempre prestabas atención a por qué lado de la acera caminaba.
Aún recuerdo cada promesa que me hiciste. Aún recuerdo cada cosa que me dijiste. Recuerdo que me dijiste que me querías y que nunca te habías sentido así.
Recuerdo cómo me dijiste que yo era todo lo que necesitabas en la vida. ¿Y dónde estás ahora?
La idea de que me hayas olvidado me mata. La idea de que hayas seguido adelante y yo siga aquí esperando a que la realidad me golpee, me come viva. Porque no puedo quitarme la sensación de que nuestra historia aún no ha terminado.
No quiero ser esa chica ingenua que espera a un chico que nunca llegará. No quiero ser la que se aferra a algo que terminó hace mucho tiempo o la que es incapaz de seguir adelante.
Pero no puedo aceptar que lo que tuvimos fue cosa de una sola vez. Porque había material suficiente para convertirlo en una historia para toda la vida.
Hay personas que conectan a la primera charla. Hay personas que dan sentido a todas nuestras andanzas una vez que entran en nuestra vida.
Hay gente que piensa que nuestro alma gemela. Tú eras uno de esos para mí. Te sentías como en casa. Le diste sentido a todo.
Sentí que estuvimos juntos en otra vida y que finalmente nos encontramos en ésta. Por eso no puedo dejarte ir. Por eso aún te recuerdo.
Soy el tipo de chica a la que le lleva tiempo enamorarse de alguien, pero una vez que me enamoro de alguien, me enamoro mucho. Y una vez que amo, amo durante mucho tiempo.
Amo incluso cuando no queda nada que amar. Sabías todo esto antes de hechizarme.
¿Quieres saber algo? Difícilmente te olvidaré. No sé si podré quitarme de la cabeza la sensación de que hay más en nuestra historia de lo que dejamos entrever.
No sé si alguna vez dejaré de esperar a que aparezcas en mi puerta para decirme que soy la elegida y que quieres intentarlo una vez más. Voy a recordarte a ti y a nosotros durante mucho tiempo.