Todos esos hombres equivocados y relaciones equivocadas me han drenado emocionalmente por completo. Demasiadas personas me han traicionado, demasiados hombres me han hecho daño.
Me han roto el corazón demasiadas veces y aún me sorprende cómo ha conseguido curarse y sobrevivir. Durante mucho tiempo, estuve convencido de que mi alma estaba muerta.
Sólo vivía porque tenía que hacerlo, pero Estaba completamente vacío por dentro.
Antes de eso, realmente pensaba que todos tenemos un alma gemela en algún lugar ahí fuera, pero luego acepté que no había ninguna persona destinada para mí en este mundo y simplemente hice las paces con eso.
Tomé una decisión, pensando en que era la única correcta para mí. Decidí levantar las manos y dejar de luchar. Decidí renunciar por completo al amor y a encontrar al elegido.
Bueno, en realidad ese fue mi error. Nunca debí esforzarme tanto por encontrar a la persona adecuada. Nunca debí intentar forzar a alguien a que me amara ni esforzarme tanto por merecer el amor de alguien.
El amor no es algo que haya que encontrar, sino que nos encuentra cuando estamos dispuestos a aceptarlo y acogerlo en nuestra vida.
El amor puro y honesto siempre es claramente visible tanto para nuestros ojos como para nuestro corazón.
Si hay amor, se ve desde lejos y si tienes que demostrarte algo a ti mismo para conseguir el amor y el afecto de alguien, entonces sólo estás perdiendo el tiempo.
Igual que yo malgasté tanto de mi precioso tiempo con personas que nunca merecieron ni un minuto de él.
Aun así, no me arrepiento de esos errores ni de ese despilfarro. Los acepté como lecciones e hice algo bueno de ellos.
Algo que sólo ahora pretende enseñarme una lección de vida y servirme de recordatorio de cómo nunca debo dar demasiado de mí a otras personas y relaciones.
Tal vez lo aprendí por las malas, pero lo importante es que lo aprendí y me cambió la vida por completo. Me convirtió en la persona que soy hoy. Más fuerte, más sabia, más feliz y, lo que es más importante, más amada que nunca.
Cuando me encontraba en la encrucijada más importante de mi vida y estaba a punto de renunciar por completo al amor, él entró en mi vida.
El amor llamó a mi puerta tan inesperadamente. La primera vez en realidad no lo invité, vino. Y desde el primer momento en que lo vi, supe que tenía intenciones honestas y que estaba allí para quedarse para siempre.
Sinceramente, no me lo esperaba porque acababa de empezar a pensar que nunca me iba a pasar a mí y lo estaba aceptando poco a poco. Pero sucedió y sucedió de una manera que nunca podría haber imaginado.
No era para nada mi tipo, pero aun así consiguió colmar todas mis expectativas. No le importaban mis defectos y me aceptaba tal como era.
Me vio en mis mejores momentos, pero también en los peores, y me siguió queriendo igual, exactamente igual. Nunca tuve que demostrarle nada porque confió en mi corazón desde el momento en que se enamoró de él.
Aprendí lo importante que es confiar en el tiempo perfecto de Dios porque Él definitivamente ya tiene todo planeado para nosotros.
Podemos planear todo lo que podamos, pero al final, todos sabemos que Él es quien decide sobre nuestro destino.
Le estoy muy agradecida por haberme dado un destino tan hermoso. Le estaré eternamente agradecida por haberme enviado al hombre adecuado en el momento oportuno, aunque entonces no fuera consciente de ello.
Siempre le agradeceré por este invitado inesperado que resultó ser mi salvavidas. Por este hermoso amor inesperado que me hizo la persona más feliz del mundo. Por el hombre que resucitó mi alma.
El chico que me enseñó que cuando hay amor verdadero, el momento siempre es el adecuado. El chico que ama perfectamente todas mis imperfecciones. El chico que pasa cada día demostrándome que es el que está hecho para mí.
A veces la vida puede ser tan impredecible, tan maravillosamente impredecible. Era el único al que no buscaba, y sin embargo es el único que tiene y tendrá para siempre mi corazón.