Poco a poco empiezo a darme cuenta de que no debo pensar dos veces en la gente a la que no le importo. No voy a hacer un esfuerzo adicional por nadie que no lo merezca. Hasta ahora, hacía lo contrario, siempre.
Dediqué mi tiempo y mi amor a las personas equivocadas. Cuando los tiempos eran difíciles para mí y necesitaba su ayuda, lo único que recibía a cambio era rechazo.
Me di cuenta de que no debería haber perdido el tiempo con un amor unilateral y malsano. relaciones tóxicas. Esas relaciones me destruyeron. La gente al otro lado de esa historia me utilizó y me tiró como una fregona usada cuando terminaron.
Me cansé de hacer de todos una prioridad mientras yo estoy en segundo lugar todo el tiempo. Esas personas no tendrán otra oportunidad conmigo, ya no. Les di a los demás todo lo que tenía y ahora me he quedado sin nada. Esa no es la vida que quiero para mí y poco a poco empiezo a darme cuenta de ello.
Me di cuenta de que quiero ser lo que soy y no lo que otros quieren que sea. Quiero romper las reglas. Quiero desafiar todo lo que no acepto como correcto. Quiero romper todas esas estúpidas reglas que alguien se inventó para que fuera más fácil para ellos. Pues así no es más fácil para mí. Voy a hacerlo a mi manera.
Quiero mostrar mis sentimientos al mundo y no ocultarlos como si fueran algo de lo que debo avergonzarme. Quiero mostrar al mundo que tengo una mente fuerte y decidida, pero un corazón suave y cariñoso. No quiero esconderme detrás de mi duro exterior sólo porque alguien me dijo que así es más fácil, que no saldré herida.
Quiero que me hagan daño. Quiero cometer errores. Quiero vivir relaciones estúpidas, errores tontos. Quiero cometer errores porque, de lo contrario, nunca aprenderé de ellos. Sería un ignorante de la vida y ese no soy yo.
Quiero llorar porque estoy triste y quiero sonreír porque estoy feliz. No quiero fingir que soy algo que no soy. Poco a poco empiezo a darme cuenta de que ya no me importa una mierda nada de eso.
Ya no me estreso por cosas que no son importantes para mí. Me di cuenta de que no me habían traído a este mundo para convertir todos los males en derechos por el bien de los demás. Esa no es mi misión. Cada vez que hice eso, de alguna manera me jodieron.
Me he dado cuenta de que no soy responsable de la vida de los demás. Nadie se preocupa por la mía, ¿por qué debería preocuparme por los demás? Lo único que conseguí haciendo felices a los demás todo el tiempo -y sus vidas lo más habitables posible- fue ignorar mi propia vida.
He decidido que cortaré con cualquiera que me haga infeliz e insatisfecho. Sé que no será tan fácil como decía al principio, pero estoy seguro de que recibiré una nota de agradecimiento de mi yo futuro.
Poco a poco empiezo a darme cuenta de que me merecía todo lo que tengo. Nadie me lo dio sin ninguna razón en particular. He trabajado duro toda mi vida y he intentado ser la mejor versión de mí mismo. Ahora empiezo a darme cuenta, sin falsa modestia, de que he tenido éxito en mi plan.
Me he dado cuenta de que mi opinión importa. Me he dado cuenta de que no soy una cara perdida e invisible entre la multitud. Soy la primera en la que se fijarán en mí.
Sé lo que quiero ser. Sé en qué dirección quiero ir. Literalmente, no hay nadie que pueda hacerme desviarme de mi camino. Sé cómo trabajar en mi carrera y cómo conseguir cosas con las que he soñado toda mi vida. Sé que no lo conseguiré de la noche a la mañana. Hay que trabajar duro y ser persistente para conseguir todo lo que uno quiere.
Poco a poco empiezo a darme cuenta de que estoy rodeado de gilipollas. Estoy rodeado de gente a la que no le importa nada ni nadie. Quiero librarme de que me envenenen con sus pensamientos tóxicos y de que me digan que no soy lo bastante buena, que no puedo lograrlo.
Me cansé de mentir y fingir que estoy bien cuando no lo estoy. Quiero ser yo misma. Si me siento fatal, quiero poder sentirme fatal sin que nadie me juzgue. Quiero ser lo que soy.
Lo más importante de lo que me he dado cuenta es que tengo que limitar mi perdón porque algunas personas no merecen ser perdonadas, algunas personas no merecen tener una segunda oportunidad. Me he dado cuenta de que tengo derecho a sentirme decepcionada y a escribir textos amargos como éste. Se me permite desahogar el dolor o guardarlo dentro. Puedo hacer lo que me parezca correcto.