¿Por qué es tan difícil hoy en día tener relaciones normales? Nada fuera de lo común, sólo una relación con compromiso y lealtad. Sin fotos de pollas no deseadas, ghosting y múltiples perfiles de aplicaciones de citas activas.
Dios sabe que no pido mucho. Renuncié a soñar con ese tipo de amor de película que se siente como la mañana de Navidad. Renuncié a esa historia de amor en la que los dos se conocen y el mundo entero por fin tiene sentido.
En este momento, sólo estoy buscando a alguien que me ame como yo lo amo a él. Alguien que se preocupe por mí tanto como yo me preocupo por él.
He terminado con estos a medias relaciones.
Nada en tu vida debe hacerse a medias, especialmente tu relación. No se nos ha puesto en este mundo para que nos amen de vez en cuando, porque merecemos que nos amen en todo momento y más allá.
Merecemos ser amados en nuestro peor momento, no sólo en el mejor. Igual que nosotros estamos listos para amar a otra persona, él también debería estarlo para amarnos a nosotros.
He terminado. con estos fuckboys, cheatboys y shitboys.
En realidad, todo es lo mismo. Alguien que no está preparado para comprometerse con una sola persona no es más que un chico. Y mientras todo sea diversión y juegos, aventuras de una noche y todo eso, está bien.
Pero que te la juegue un cabrón, que sabe desde el primer momento que nunca se comprometerá, pero aún así tiene la indecencia de hacerte creer que lo hará, eso es directamente el infierno. Jugar con las emociones y el corazón de otra persona es una mierda.
He terminado con estos hombres emocionalmente inaccesibles.
Es como amar a una pared. Haces todo lo que puedes, lo das todo y te esfuerzas muchísimo, pero para nada. No hay reacción; no hay emociones. No hay nada.
Es como si le estuvieras gritando, desahogando tu corazón y lo único que oyes es el eco de tus propias palabras. El dolor de tu propia voz te rodea, te agota, te destruye. Y sin embargo, él no reacciona. Ni una.
Y he terminado contigo.
Con tu falso amor.
Con su promesas vacías y palabras vacías.
Merezco más que esperar que recapacites, más que esperar que algún día veas lo afortunada que eres. Porque maldita sea, yo lo valgo.
Todo. Merezco algo más que personas que se llevan partes de mí. Merezco más que mirar la espalda de alguien cuando me deja.
Merezco amor. Merezco devoción. Merezco una explicación cuando las cosas se tuercen. Estoy harta de buscar respuestas por mi cuenta, harta de dudar de mi misma y de mi valía porque alguien es incapaz de amarme. Tan harta de pensar que siempre es culpa mía que la gente se vaya.
He terminado con lo que sea que haya habido entre nosotros porque seguro que no era amor.
Tal vez pensaste que era tal vez pensaste que cuenta si tú lo dices. Tal vez pensaste que la palmadita ocasional en la espalda era suficiente para consolarme.
Quizá pensabas que los mensajes ocasionales sobre lo estupendo que es mi cuerpo bastaban para hacerme sentir deseada.
Pero eso no es amor.
No significa nada que me envíes un mensaje de texto si en ese momento estás con otra persona. No significa nada si intentas consolarme porque eres tú quien ha causado mi dolor.
Tú eres el causante de mi dolor. No significa nada si dices que me amas porque nunca me lo demostraste.
Sólo significa que todo lo que tienes son palabras.
Las acciones no son lo tuyo.
Y me merezco un trato de verdad. Merezco a alguien que me respete a mí y a mis sentimientos. Merezco a alguien que esté a mi lado. No necesito que bese el suelo que piso. No necesito que luche mis batallas ni que me lleve como una gota de agua en una palma.
Sólo necesito que esté ahí. Que me bese y me diga que lo he conseguido. Que me abrace y me haga sentir amada. No necesito promesas y palabras vacías. Sólo necesito sentirlo.
No necesito que me mimen, sólo que me respeten. Y no necesito otro fuckboy en mi vida. Necesito un hombre. Un hombre de verdad.
Pero hasta entonces, voy a quererme de la mejor manera que pueda. Al menos sabré que es real.