Te quería más de lo que me quería a mí misma y lo único que me importaba era que nunca me dejaras.
No me importaba cómo me trataras o si tu amor era lo suficientemente fuerte, como lo era el mío. Era un tipo de amor inexplicable.
Cada día que pasaba hacía que mi amor por ti fuera más fuerte, a pesar de que nunca me diste motivos para amarte con tanta fuerza.
Sigo sin entender por qué la gente se enamora tanto cuando está claro que la otra parte no siente lo mismo por ellos.
En nuestro caso, estaba más que claro que no compartías los mismos sentimientos por mí.
Mi madre decía que es un amor a medias, un amor que te ciega y lo único que puedes ver es a esa otra persona pero no sus acciones.
Dijo que todas las personas deben experimentar un amor así una vez en la vida.Para mí, era una especie de fenómeno.
Cuanto más me maltratabas, más te amaba. Cuanto más desatendías mis necesidades, más priorizaba yo las tuyas.
Tu rechazo causó la obsesión que tenía por ti. Quizá te diste cuenta y empezaste a utilizarla. Usaste mi ingenuidad y mis sinceros sentimientos por ti.
Consideraba míos a tus amigos y familiares y me alegraba cada vez que me invitabas a salir con ellos. Sigo en contacto con todos ellos.
Tuve que rogarte que salieras con mis amigos y mi familia porque tú nunca querías.
Y cada vez que nos invitaban a casa o a salir, tenía que inventarme una excusa para explicar por qué no aparecías. Siempre tenía tiempo para ti.
Tú y tus necesidades erais lo único que importaba.Siempre estuve a tu lado cuando me necesitaste.
Pensaba que esa era la esencia de toda relación sana, pero me equivocaba; nuestra relación nunca fue sana.
He visto a tantas chicas que se volcaron en una relación. Chicas que no se apreciaban lo suficiente como para decir basta al hombre que no las merecía.
Siempre consideré estúpidas a esas chicas. Y mira lo que está pasando ahora. El Karma llamó a mi puerta y se rió muy fuerte en mi cara.
Ahora pido disculpas a todas esas chicas porque entiendo lo que te hizo quedarte con un hombre que no te apreciaba.
El amor. Amor ciego, extraño, malsano, incondicional, inexplicable.
Siempre recordaré mi último cumpleaños, cuando me dejaste plantada una vez más y me clavaste un puñal en el corazón. Fue una decepción de más.
No podía soportarlo más.
Fue la noche en que algo se rompió en lo más profundo de mi ser. Aunque fue la noche más dura de mi vida, me hizo darme cuenta de que definitivamente no eres digno de mi amor.
Esa noche cambió mi vida. Me di cuenta de que tenía que quitarte del trono y volver a ponerme yo.
Me di cuenta de que mi vida es un libro.
Yo soy el autor y tú ya no deberías ser el protagonista. Demonios, nunca mereciste estar en él en primer lugar.
Sin embargo, creo sinceramente que Dios tiene sus razones para todo lo que sucede. Tal vez necesitaba que esta experiencia me sirviera de lección.
Tal vez necesitaba aprender de esta manera que Soy la persona más importante de mi vida y que no debería dejar que nadie ocupara ese lugar nunca más.
Darme cuenta y admitir que nunca serás capaz de quererme como yo te quiero me rompió el corazón en mil pedazos.
Créeme, todavía estoy intentando recomponerlos, pero ahora ya no me duele.Veo nuestra relación como la lección de mi vida.
No importa cuánto ames a otra persona, el primer amor de tu vida eres y siempre serás TÚ y nunca debes traicionar ese amor.
