Enamorarse es para ella como un instinto, algo con lo que nació. No es algo que elija, es algo que le sale de forma natural, como respirar aire. Se deja envolver por las emociones y respira amor.
Ella es la que cae demasiado fuerte, demasiado fuerte y demasiado rápido. Se siente afortunada de estar viva después de todos los desengaños por los que ha pasado. No sabe de dónde saca su fuerza, pero nunca renuncia a la idea del amor verdadero.
Es algo difícil, dar tu corazón tan fácilmente. No es algo que ella quiera, es algo que simplemente hace. Le da a la gente más oportunidades de destruirla, de aprovecharse de esa alma pura que posee. No tiene malas intencionespor lo que no puede entender que otras personas puedan tenerlos.
La gente a menudo la mira con sus ojos juzgadores, tachándola de desesperada por el amor, llamándola y diciéndole que está forzando las cosas y que debería esperar a algo real, que no todos los amores son el amor de su vida.
Lo que no entienden es que ella lo sabe. Sabe que no todos los hombres que le llaman la atención son los indicados. Ella espera que los que realmente llegan a su corazón lo sean.
Así que les da una oportunidad. Cruza los dedos y espera que éste sea de verdad. Que ya no tenga que formar parte de esa montaña rusa emocional por la que ha pasado toda su vida amorosa.
Lo sabe todo y arriesga su corazón una y otra vez por amor. Tiene miedo de que le rompan el corazón, pero lo que la asusta aún más es no darle ninguna oportunidad a ese corazón.
Tiene miedo de perderse el amor. Tiene miedo de renunciar demasiado pronto a algo que podría ser real. Así que lo intenta y da lo mejor de sí misma. Antepone la felicidad de su amado a la suya propia. Le hace ver lo importante y asombroso que es.
El inconveniente es que, al amarle, olvida su propia importancia. Se olvida lo valiosa que es. Se olvida de que tiene una vida sin él. Se olvida de sus planes y objetivos futuros. Ella pospone sus sueños para que él pueda perseguir los suyos.
Ahí es donde falla siempre.
No se da cuenta de que está enamorada 'de estar enamorado'. Está enganchada a ese sentimiento. La consume y la controla. Así que siempre da más importancia al sentimiento que a la persona.
No presta atención a recuperar el amor. No ve que sus esfuerzos e inversiones no son correspondidos. No ve que esta dando lo mejor de si por alguien que le esta fallando en todos los aspectos. Alguien que no mueve un dedo por ella.
Sabe que es hora de cambiar.
Sabe que tiene que dejar de repetir el patrón. Que tiene que dejar de elegir entregar su corazón al hombre equivocado. Tiene que dejar de amar tan fácilmente a quienes no la merecen.
Sabe que tiene que mirar bien a la persona de la que se está enamorando. Sabe que esperar todo lo que da a cambio no es egoísmo, es normal y necesario.
Sabe que tiene que darse más amor a sí misma. Tiene que dejar de descuidarse y posponer sus sueños. Tiene que encontrar la manera de vivir la vida que se merece.
Tiene que ponerse a sí misma en primer lugar, para que ese sentimiento fuera de lugar pueda encontrar el camino correcto.
Lo sabe todo en teoría, pero a la hora de la verdad, es muy duro dejar los viejos hábitos. Es duro cuando ese sentimiento de estar enamorada es como una adicción para ella y es consciente de que necesita cambiar, de que necesita rehabilitación.
De alguna manera, también sabe que lo conseguirá. Lo sabe porque se ha dado cuenta de que primero debe enamorarse de sí misma, tan fácil como se ha enamorado de quienes no eran dignos de ella.
Lo que necesita aún más es paciencia. Paciencia para aprender a quererse a sí misma y convertirse en una versión mejor. La versión que sabe que tiene pero que se le escapó de alguna manera.
Paciencia para darse cuenta de que quiere estar para siempre con alguien. Paciencia para esperarlo. Paciencia porque ella puede apresurarlo todo pero nunca puede apresurarse para siempre.