Por mucho que te duela ahora mismo, créeme: has ganado. Sé que parece una locura, pero en el momento en que él decide dejarte, pierde, y tú eres la que gana.
Tú eres el que gana porque no tuviste miedo de amarlo con todo tu corazón.
Fuiste real y genuino en este mundo lleno de mentes falsas y prejuicios. Nos enseñaste a todos a amar sin egoísmo e hiciste del mundo un lugar mejor.
Ni siquiera te atrevas a pensar lo contrario. Tus lágrimas, tu gran corazón y tu alma llena de vida son rasgos de un auténtico soldado.
No tuviste miedo de luchar por tus sueños y creencias. No tuviste miedo de luchar por lo más peligroso: el amor.
Sabías que podías salir herido, pero tu hermoso y testarudo corazón simplemente no quería rendirse ante el primer obstáculo. Los obstáculos te han hecho más fuerte.
Estabas preparado para caer y levantarte como si nada hubiera pasado. Estabas preparada para entregarte plenamente a otra persona, que es lo más hermoso e inspirador que se puede hacer.
Así que, aunque se vaya, tú eres la que gana. Eres tú quien seguirá con su vida con la cabeza bien alta y su gran corazón, ahora aún más fuerte.
Aunque él te daba por sentado, tú dabas.
Aunque su naturaleza egoísta te di por sentado Tu gran corazón era generoso. No temías dar lo más valioso que poseías, tu corazón, a un completo desconocido.
¿Te imaginas lo valiente que eres? Estoy muy orgullosa de ti, y tú también deberías estarlo.
Dabas aunque apenas recibías nada a cambio.
Siempre esperaste que algo cambiara, y fuiste generoso al darle una segunda oportunidad.
Aunque no te apreciara, le diste tu afecto y esperaste pacientemente a que te correspondiera.
Aunque te mintió, fuiste honesto.
Hay que ser valiente para ser sincero en un mar de mentiras. Sabías que te estaba mintiendo, pero decidiste seguir siendo sincera.
Aunque sus mentiras te han perseguido cada noche mientras dormías, no dejaste que cambiaran quién eres. Te mantuviste fiel a ti misma.
Nunca perdiste la oportunidad de decirle lo mucho que le quieres o le echas de menos, aunque se negara a responder a tus llamadas. Fuiste sincera.
La honestidad es un regalo muy caro que tú hacías de todo corazón, y también lo esperabas de él, aunque sabías que no se puede esperar un regalo tan caro de gente barata.
Pero tú elegiste creer de otro modo porque siempre intentas ver lo mejor en los demás.
Aunque te hizo sentir indigna, diste todo lo que pudiste.
No te importaban sus juegos manipuladores que te hacían sentir indigna de amor. Te hacía sentir que tenías que luchar y merecer su amor, y tú dabas todo lo que podías.
Luchabas como un verdadero soldado no porque él te obligara, sino porque creías que si dabas todo lo que tenías, él acabaría cambiando de opinión y empezaría a tratarte como te mereces.
Dar todo lo que tienes te ha hecho vulnerable, pero seguías nadando orgulloso en el mar de sus mentiras sin importarte un bledo.
Creíste que te rescataría cuando empezaras a ahogarte. No lo hizo.
Y no tuviste miedo de seguir luchando por su amor venenoso aunque sabías que te destruiría.
Aunque él eligió a otro, tú le elegiste a él.
Le elegiste a él y decidiste luchar por él. Deberías estar orgullosa de ti misma porque hiciste todo lo que estaba en tu mano para ganarte su corazón.
Y eso es lo que hace la gente valiente. No les gusta alguien y luego esperan a que aparezca mágicamente en sus puertas y salte a sus vidas.
Las personas valientes deciden luchar por alguien que les gusta, aunque sepan que pueden acabar heridas. No tienen miedo a los retos.
No dejas que la vida te desafíe, sino que eres tú quien la desafía y, tarde o temprano, recogerás lo que siembras.
Tus esfuerzos se verán recompensados de un modo u otro, sólo tienes que creerlo.
Aunque él se fue, tú eres el que ganó.
Sabes que lo hiciste lo mejor que pudiste, y que le diste una oportunidad aunque él la dio por sentada.
Que sepas que eres tú quien ha ganado porque tu corazón ha pasado por un dolor enorme y ahora es aún más fuerte.
Su corazón seguirá igual, aunque hayas intentado repararlo. Pero tu gran corazón será aún más grande y fuerte, y esperará pacientemente a alguien que te merezca.
Tú eres el que gana porque sabes amar, y no dejes que nadie te diga lo contrario.