Tener a alguien en el corazón pero no poder tenerlo en los brazos es una situación dolorosa.
No estoy segura del momento exacto en que mi corazón te eligió, pero sí sé que desde ese momento, he estado de cabeza por ti. Y mi amor no ha hecho más que crecer con el tiempo.
Lamentablemente, para mí, este amor que siento no es del tipo que te deja mariposas en el estómago o la sensación de hormigueo que tienes cuando estás cerca de él. No.
Mi amor es del tipo desesperado. El que me deja rota y enfrentada a la realidad de no ser correspondida.
Sé que es difícil asimilar el hecho de que puedo amar a alguien que no parece preocuparse demasiado por mí, pero esta es mi verdad y tengo que aceptarla.
Vivo con un persistente sentimiento de ausencia y la desdicha de no tenerte a mi lado. Es el anhelo constante de mi corazón por ti pero apenas sabes que existo.
Me entristece que lo que más desea mi corazón sea algo que probablemente nunca tendré.
Por mucho que me gustaría olvidarte, no puedo. Dios sabe que estoy intentando.
He intentado enmascarar mi dolor y engañarme a mí misma haciéndome creer que no recibir ninguna atención por tu parte no me afecta. span>
He intentado decirme a mí misma que esto es sólo un sentimiento pasajero y que en cuanto conozca a alguien nuevo, esto que siento por ti desaparecerá de mi corazón y de mi mente.
Hago todo lo posible por no pensar en ti, pero cada vez que nos cruzamos, mi corazón se hunde un poco más. Cada vez que oigo tu voz, me duele por dentro saber que no va dirigida a mí.
Cada vez que te veo reír, sé que no es por mí. Todas estas cosas me rompen un pedacito a la vez. ¿Cómo conseguí enamorarme tanto de alguien tan esquivo?
Siento que la vida me está gastando una broma muy cruel. Y estoy listo para que se detenga.
Mis sentimientos se intensifican cada vez que te veo y no me atrevo a pasar de ti.
Aunque no puedo culparte de nada. Seguro que te has dado cuenta de lo incómodo que me pongo a tu lado.
Seguro que te preguntas qué diablos me pasa cuando me quedo mirándote, sin poder pronunciar una sola palabra, esforzándome por mantener la compostura, pero es difícil tener que fingir todo el tiempo.
Si supieras cómo me siento por dentro y los sentimientos que recorren mi cuerpo cada vez que estás a mi alcance. Me duele el alma por ti pero mi mente me dice que mantenga la calma.
Lo único que me salva es no querer tu lástima. No necesito que sientas lástima por mí.
No necesito tu atención sólo porque te sientas mal por no sentir nada por mí. Al menos me respeto tanto a mí misma.
Intento dominar el arte de serenarme a tu alrededor. He conseguido no romperme cada vez que te veo.
He aceptado el hecho de que nuestros corazones nunca estarán entrelazados y que nunca seré yo quien besarte o consolarte.
Sé que probablemente hay alguien más que hace que tu corazón cante de alegría. Sé que probablemente hay alguien más que te ama casi tanto como yo.
Sólo espero que te den todo lo que te mereces, como yo lo haría. Espero que no te den por sentado y que quien consiga despertarse a tu lado sea consciente de lo afortunada que es.
No te mereces menos.
Este amor que siento por ti me ha hecho más daño que bien pero al menos me ha hecho darme cuenta de una cosa; me ha hecho darme cuenta de que soy capaz de amar tanto.
Ahora sé lo mucho que soy capaz de dar y si te quiero tanto a TI, no hay forma de saber lo mucho que puedo querer a alguien que me devuelva ese amor.
Y eso es lo que me da tranquilidad y esperanza en mi corazón.