Todos estamos un poco rotos, ¿no? Y seguimos siendo hermosos seres humanos que merecen ver que hay algo más en la vida que las cosas y las personas que nos rompieron. Cuando te rompanla historia no termina. De hecho, es donde empieza tu historia.
Cuando te rompen, y suele ocurrir cuando confías en alguien con todo tu corazón, sientes que es el fin del mundo. Repites una y otra vez que ya no puedes más y te cuestionas el sentido de todo.
Todo lo que tienes dentro son pensamientos oscuros porque no hay espacio para la felicidad cuando te rompes. Sólo hay oscuridad y la oscuridad es tan condenadamente aterradora cuando estás roto.
Una vez que te quedas solo en el cuarto oscuro, todo por lo que has pasado, todos los demonios empiezan a inundar tu mente, ya sea en forma de persona o de tus inseguridades.
Y no hay nada que puedas hacer más que dejar que te abrume. Por eso sientes que te ahogas. Por mucho que nades, sigues hundiéndote.
Ojalá hubiera una varita mágica para curar a la gente rota, pero no la hay.. Y cualquier consejo que te dé puede no ser aplicable. La única constante que cura el quebrantamiento es el tiempo.
Necesitas tiempo para curarte. Necesitas tiempo para procesar lo que te ha ocurrido. Necesitas tiempo para poder pensar con claridad sobre lo que pasaste exactamente y necesitas tiempo para poder envolver tu mente alrededor de las lecciones que aprendiste una vez que te rompiste. Hay tanta belleza ahí con el tiempo.
Ves, amaste y te rompiste y eso es jodidamente heroico si me preguntas. A pesar de saber que hay gente mala que te arrancará el corazón y te exprimirá la vida con sus propias manos ante tus propios ojos, lo hiciste.
Amaste a pesar de saberlo mejor y te rompieron. Te quedaste con un corazón lleno de grietasojos llenos de lágrimas y la cabeza llena de miedos.
A pesar de tus demonios, te levantas cada mañana y luchas a lo largo del día como sólo tú puedes hacerlo. Luchas cada nuevo día que intenta romperte de nuevo. Puede que estés roto, pero sigues siendo un guerrero, sigues siendo un héroe.
El lado feo de estar roto es que el mundo no se detiene para ti. Pero eso también es lo bonito.
Cuando te rompes, tocas fondo, pero no tienes por qué quedarte ahí. Justo ahí, en el fondo, tienes la oportunidad de empezar de nuevo. Tienes la oportunidad de iniciar tu viaje hacia la cima y asegurarte de que esta vez lo haces bien.
Cuando te rompes, te conviertes en una cáscara vacía. Pero al final, si decides luchar contra ello, puedes crear la nueva y hermosa perla. Puedes ser todo lo que nunca has sido.
Puedes aprender a ver el mundo con otros ojos y que los trozos rotos pueden añadir más valor a tu vida si aprendes a utilizarlos. Después de romperse, el dolor es inevitable, pero cuánto sufras depende de ti.
Cuanto más te permitas sentir, antes lo superarás. Intenta verlo como un episodio de tu vida, no hace falta que todo el espectáculo gire en torno a él.
Cuando te rompes, tu amor también se rompe. Pero lo que no sabes es que, una vez roto, siempre podrás amar con más fuerza que antes. Una vez que has estado en la oscuridad, aprendes a apreciar todo lo que brilla.
Acabas amando de nuevo, acabas teniendo a otras personas para llenar las grietas que una persona causó. Acabas casándote con alguien maravilloso que promete amarte para siempre. Acabas teniendo hijos y poniéndote al día con la vida que te abandonó cuando te rompieron.
Cada día estás un poco menos roto, porque cada vez que alguien te quiere, tus grietas se llenan de amor dorado. Y cada vez que alguien que no es la persona que te rompió decide verter más amor en tu corazón roto, éste acaba siendo más hermoso y brillante que nunca.
Los corazones nunca rotos no brillan como los rotos, porque no hay grietas en las que verter el amor. Y eso es lo más bonito.
Duerme en paz. Lo diste todo. Amaste con el corazón. Tu corazón magullado es sólo una señal de que viviste y amaste sin contenerte. No mucha gente tiene valor para eso.