Había algo, pero ya no sabes muy bien cómo llamarlo. Había un latido saltado y un leve roce en su cara.
Lo tuviste por un momento, tuviste un novio, una relación, un futuro y el sueño de que alguien estuviera a tu lado en todos esos momentos difíciles.
Cuando miras atrás ahora, ¿alguna vez tuviste realmente todas esas cosas? ¿Pero por qué duele tanto si no lo hiciste?
Estás destrozada de dentro a fuera y ni siquiera recuerdas la última mañana en la que te despertaste sin que tu pecho gritara su nombre y le suplicaras que vuelve a tu vida.
Es tan difícil deja ir a alguien que nunca tuviste...porque en realidad no tienes algo de lo que desprenderte.
Tienes los recuerdos y la sensación de sus manos rozando tu piel, pero ¿cómo borra una persona sus recuerdos? ¿Serías capaz de seguir adelante si no tuvieras a dónde ir ahora que él está fuera de tu vida?
Pensabas que te lo estabas tomando con calma. Tu mente te decía que debía de tener el corazón roto por su última relación, te decía que el amor le asustaba y que necesitaba tiempo para comprender lo que pasaba entre vosotros dos.
Lo que queda ahora mismo es una foto de vosotros dos, congelados en un momento en el que os preguntáis qué demonios está pasando entre vosotros dos y si alguna vez pasaréis de ese fotograma.
¡Había tanto potencial en ustedes dos! Te trató con amor y cariño, te trató como si no hubiera nadie en este mundo más valioso para él que tú y lo que pasó fue tan devastador porque ahora no te queda nada de eso.
En lugar de eso, retrocedes en el tiempo, rememorando esos recuerdos que te dicen que no se ha acabado, intentando convencerte de que te equivocas por dejarlo escapar todo.
¡Pero no es que se te escape todo de las manos! Lo quería así, quería que todo acabara así, sin un cierre, sin tener nunca algo real a lo que aferrarse.
Nunca conseguiste salvar su número con un bonito apodo que en realidad es una broma interna.
Nunca tuviste la oportunidad de presentarle a tu familia como el único y nunca tuviste la oportunidad de estar un día a su lado mientras tomabas decisiones importantes en la vida. Es tan devastador, tan triste y tan miserable.
No importa que no fuera real para él, lo era para ti. Sus intenciones desde el principio debieron de ser pésimas.
Nunca quiso que llegarais al punto de decir lo felices que erais de estar juntos.
Nunca quiso que te despertaras a su lado, viendo tu futuro en sus ojos dormidos, nunca quiso amarte para siempre. Sólo quería algo temporal.
Aunque fuera temporal, sigue doliendo. Duele muchísimo y ni siquiera eres capaz de encontrar la manera de superar esta etapa de desesperación en la que te despiertas por la mañana deseando que estuviera allí contigo.
Te despiertas deseando que te salude con la sonrisa más cálida y quieres vestirte muy elegante y salir con él.
Darse cuenta de que todas esas cosas no eran más que sueños es como recibir una bala directa al corazón.
Ahora estás sangrando y sientes que te deja sin aliento, porque te duele mucho.
Sé que este dolor es insoportable, pero créeme, ¡no durará para siempre! Un día no quedará rastro de esa casi relación en tu vida y agradecerás no haberte quedado atrapado en ella durante mucho más tiempo, porque podría haber durado años sin rastro de final.
De este modo, tu corazón se fortalecerá y podrás ver las primeras señales la próxima vez y alejarte inmediatamente.
Por ahora, date tiempo. Perdónate a ti mismo. Date todo el tiempo que necesites para recuperarte de lo ocurrido y no te martirices por ello.
¡Ahora tienes un lugar libre en tu vida que puede ser ocupado por alguien que te quiera a ti y sólo a ti!