Está destrozada. Cuando la miras, ¿qué ves? ¿Una cáscara de ser humano? No. No, no la ves.
Ves a alguien que quiere luchar. Ves a alguien que quiere levantarse y volver a ser fuerte, pero un miedo no la deja dormir por la noche. Ni siquiera le permite volver a valerse por sí misma.
Tiene miedo de volver a enamorarse. No porque ella podría romperse de nuevo. Ya pasó por eso y sobrevivió.
La hizo más fuerte y la convirtió en una guerrera, así que sabe que sobrevivirá si vuelve a ocurrir. Pero no lo hará. Su pasado le ha enseñado a elegir sabiamente a un hombre.
No tiene miedo de que la abandone. Ha estado sola durante demasiado tiempo. Incluso cuando tenía pareja, a veces se sentía sola. La soledad es su amiga.
Cuando está sola su mente es su mejor amiga porque puede encontrar una solución a cada problema y eso sólo la hace más fuerte.
No teme que se aprovechen de ella. ¿Quieres saber por qué? Porque no hay nadie en este mundo capaz de hacerle eso nunca más.
Hay fuertes límites que ha establecido y muros que construyó a su alrededor para asegurarse de que le envía el mensaje claro de que, a menos que la respetes, no puedes estar con ella.
Quizá te preguntes de qué tiene miedo. Tiene miedo de perderse de nuevo.
Tiene miedo de perder a la única persona que siempre estuvo a su lado y a la única que se toma su tiempo para escucharla: ella misma.
Después de años y años de renunciar a todo lo que era para complacer a un hombre que no era capaz de apreciar su esfuerzo y dedicación, recuperarse a sí misma era el premio final para dejando a ese hombre.
Tiene miedo de perderse.
Renunciar a sus esperanzas, sueños, moral y valores todo por un hombre le hace preguntarse si hay alguien en este mundo que la ame por lo que es y no por la mujer en la que es capaz de convertirse una vez que se enamora.
No. De ninguna manera va a volver a esa época de dolor y miseria, en la que ni siquiera sabía quién era en realidad.
Esa es la verdadera razón por la que tiene miedo de enamorarse de nuevo. El amor te quita todo lo que eres y el amor no conoce límites.
Cuando ama alguien, les quiere con todo su corazón, como si no hubiera nada que pudiera salir mal, como si nunca fueran a irse y es entonces cuando su miedo empeora.
La última vez que amó a alguien tan incondicionalmente, cuando se fue no le quedó más que su cáscara. La cáscara de un ser humano que intentó restaurar durante demasiado tiempo.
Hoy lo ha superado, por eso cuando la miras ves algo más que eso pero en un momento no había nada más allá de sus lágrimas.
Pasará mucho tiempo antes de que vuelva a enamorarse. Necesita aprender que amar a alguien no significa cambiar ella misma.
Tiene que aprender que amar significa dar a alguien tu tiempo y tus esfuerzos y no todo lo que tienes.
Pero, ¿qué le queda por hacer? Su corazón no conoce otra cosa que amar con todo lo que es y hasta que llegue al punto de romperse.
Pero no la juzgues. Todavía está dispuesta a hacerse más fuerte.
Volverá a amar. Un día, cuando sea capaz de decir que seguirá siendo como es aunque pertenezca a otra persona.
Volverá a amar y tiene fe en que no volverá a hacerle daño.