¿Por qué olvidamos que lo primero somos nosotros mismos?
Quizá porque nos enseñaron que es egoísta, que siempre debemos ser más considerados y cariñosos con los demás. Que debemos hacer felices a todos los que nos rodean antes de pensar en nuestra propia felicidad.
Pero el amor a los demás no debe excluir el amor que sentimos por nosotros mismos. Debería potenciarlo.
Sólo podemos dar lo que llevamos dentro. Así que si nos agotamos y seguimos dando nuestro tiempo y energía a los demás, no nos quedará nada para nosotros mismos.
Invertir en uno mismo es tan importante como invertir en los demás, si no más.
Entonces, ¿qué hacer? Ya es hora aprendimos a anteponernos. Y hay buenas razones para hacerlo.
Cada uno crea su propia felicidad
Nuestra felicidad está en nuestras manos. Si nos pasamos todo el tiempo haciendo felices a los demás, acabamos siendo desgraciados nosotros mismos.
Porque igual que nadie puede crear tu felicidad, tú no puedes hacerlo por nadie más. Es algo que tenemos que hacer nosotros mismos.
Enseña a la gente cómo tratarte
La gente aprende mejor de los ejemplos. Si te pones en último lugar, la gente que te rodea también lo hará.
Serás el que hace todo por los demás y no recibe nada a cambio, sobre todo porque no esperas nada y no pides nada.
Así que trátate a ti mismo como te gustaría que te trataran los demás y verás cómo el comportamiento de la gente hacia ti cambia a mejor.
Te da más confianza
Aprender a anteponernos a nosotros mismos refleja nuestra confianza, lo que mejora nuestras vidas.
Tener confianza significa que nos sentimos cómodos con nosotros mismos y que nos valoramos tanto como valoramos a los demás.
La confianza que construimos también se suma a las relaciones que tenemos con otras personas, e independientemente de si es con quienes trabajamos, amamos o tenemos amistad, marca una gran diferencia.
A la gente le gusta estar rodeada de quienes se sienten cómodos con lo que son.
Otros se beneficiarán de ello
Si estás cansado y agotado de tu apretada agenda y además quieres complacer a todos los que te rodean, no te llevará a ninguna parte.
Tal vez en un estado de depresión, pero ese no es un destino al que quieras llegar.
Si eres infeliz, estás estresado y agotado, no eres bueno contigo mismo ni con nadie.
Recuerda cuidarte y mimarte antes de pensar en los demás.
Sólo cuando tengas suficiente energía y siéntete bien contigo mismo puedes ofrecer tu ayuda a la gente que te rodea.
La gente dejará de darte por sentado
Si sigues diciendo "sí" a cosas a las que realmente quieres decir "no", estás dejando que la gente te pisotee.
Estar dispuesto a ayudar y ser amable es una cosa, pero dejar que la gente te trate como a un pusilánime es algo que nunca debes permitir.
Cuando eres demasiado bueno, simpático o agradable, la gente lo da por sentado.
No aprecian nada de lo que haces por ellos y no te valoran por utilizar tu tiempo personal para estar a su lado. Se aprovecharán de tu buen corazón si se lo permites.
Te darás cuenta de que no todo el mundo merece un lugar en tu vida
Algunas personas no están destinadas a estar en tu vida para siempre y no pasa nada, sólo estaban ahí para darte una lección. Cuanto antes te des cuenta, mejor.
La vida ya es complicada sin falsas amistades ni novios tóxicos.
No llores su pérdida, acéptalos como la lección que fueron y despídete de ellos.
No significa poner a los demás en último lugar
Hay una gran diferencia entre ser egoísta y anteponerse a uno mismo.
Ser egoísta significa que estás ensimismado y que no te importa nadie ni nada más que tú mismo.
Ponerte a ti mismo en primer lugar significa ser tan amable contigo mismo como lo eres con los demás.
Significa cuidarse para ser más productivo y mejor persona.
Significa quererte a ti mismo un poquito más de lo que quieres a los demás. Y eso no es egoísta, es necesario.
Tú eres tu propio héroe
Ya has aprendido que no puedes confiar en que otros te salven. Todo lo que eres y todo lo que sientes está muy dentro de ti y eres tú quien tiene que lidiar con ello.
Seguro que una miseria duele un poco menos cuando la compartes con alguien que te importa, y cuando la comparten contigo, también les ayuda. Pero nunca resuelve el problema.
Ser tu propio héroe significa que tienes que levantarte a ti mismo cuando estás deprimido, significa escuchar a la gente y ayudarles tanto como puedas pero sin sacrificar tu propio estado de ánimo por ello.
Tus relaciones amorosas mejorarán
Cuando estamos demasiado enamorados, nos olvidamos de una cosa importante: el espacio.
Los dos necesitáis vuestro propio espacio y tiempo para funcionar mejor como pareja.
Deberíais concentraros más en la calidad del tiempo que pasáis juntos que en estar juntos todo el tiempo.
Si te tomas tiempo para cuidarte y hacer las cosas que te gustan, estarás más relajado y será más divertido estar contigo.
Nuevas cosas que hacer también te dan nuevos temas de conversación en lugar de que todo se centre en una sola persona.
Cuando empieces a sentirte realizada y satisfecha contigo misma, tu pareja lo notará y eso hará que tu relación mucho más profunda y mejor.
Tu relación contigo mismo será mejor
Cuando aprendas a ponerte a ti mismo en primer lugar, sólo entonces podrás conocer realmente de qué estás hecho. Te descubrirás a ti mismo de una forma que nunca creíste posible.
Te valorarás más a ti mismo. Estarás ahí para las personas que son importantes para ti, pero no dejarás que se aprovechen.
Sabrás marcar el límite cuando sea necesario y no dejar que lo crucen nunca.
Aprenderás lo que te gusta y lo que no te gusta porque antes no tenías oportunidad de hacerlo, o al menos no como debías porque seguías poniéndote en último lugar.
Ahora es el momento de pasar página, ser tu propia prioridad y recordar que la clave de la felicidad y de las buenas relaciones con los demás está en cuidarse y quererse.