1. Tu ropa dice mucho de tu estado de ánimo
Bueno, la mayoría de los humanos se visten como se sienten, pero tú lo haces todo el tiempo.
No te importa lo que sea conveniente o lo que los demás esperan que lleves, así que si no te apetece llevar tacones altos a una discoteca, no te los vas a poner por muy persuasivas que hayan sido tus amigas.
Una camisa de franela y un par de leggings negros es tu combinación favorita y tu atuendo de cabecera siempre que no te apetece dedicar demasiado tiempo a elegir qué ponerte (que es prácticamente todo el tiempo). Y siempre te sales con la tuya.
2. Llegar a tiempo no es tan en
... o simplemente está pasado de moda para ti. Todo el mundo llega tarde de todos modos, así que ¿por qué ibas a ser tú el que llegara a tiempo y el que esperara?
Lo curioso es que a veces, y subrayo a veces, incluso te preparas a tiempo, pero en el momento en que deberías estar saliendo te acuerdas de que tal vez deberías pintarte las uñas o echar un vistazo a tu Instagram una vez más y ahí estás de nuevo, llegando tarde como siempre.
3. Recordar dónde dejaste tus cosas es tan irrelevante
¿Te has dejado el mando en la nevera? ¿Tu teléfono sigue en el baño? ¿No encuentras el otro calcetín del par? ¿Tu pintalabios favorito se pierde constantemente? No es ninguna sorpresa.
No es que recordar dónde están tus cosas sea irrelevante, pero no puedes hacer que tu cerebro recuerde nada. Aunque quieras fijar algunas cosas para asegurarte de que las recuerdas, no puedes.
Para ti es más fácil dejarte llevar por la corriente y echarle la culpa a tu personalidad de desastre.
4. Hacer arreglos sólo para cancelar en el último minuto es lo tuyo
Tus amigos te conocen demasiado bien y cada vez que haces un trato con ellos para salir juntos, ya han aprendido a saber que existe una enorme posibilidad de que los dejes plantados de repente.
Puede ser que te haya surgido algo, pero en la mayoría de los casos se trata simplemente de que ya no te apetece salir.
5. Enviar mensajes de texto y mantenerse en contacto es tan difícil
El problema contigo no es iniciar ninguna comunicación, el problema es mantener el flujo de la conversación. Tu motivación disminuye en unos 15 minutos y entonces pospones la respuesta a un mensaje hasta que ya no tiene sentido responder.
En algún momento del camino, tus vínculos con la gente se pierden. Puede que cuando te encuentres con esas personas en la vida real, retomes la relación donde la dejaste, pero mantener el contacto es algo que no se te da bien.
6. Organizar tu vida es literalmente misión imposible
Decir que eres poco ambicioso sería muy equivocado. Tienes objetivos y sabes dónde quieres estar en la vida, pero por alguna razón pospones cualquier tipo de acción todo lo que puedes.
Incluso cuando te esfuerzas por elaborar un plan de acción, te cuesta mucho llevarlo a cabo. En algún momento, vuelves a tu cómoda rutina y dejas para más tarde todo lo que habías planeado hacer.
7. El hogar y sólo la ropa interior son un gran combo
Quizá deberíamos añadir también a esta combinación una vieja camisa oversize. No hay nada más cómodo para una tía buena que esto. Si tuviera que elegir su traje de superheroína, sin duda sería este.
8. Dormir la siesta resuelve muchos problemas
Es como si dormir la siesta fuera la solución perfecta para todo. O desaparece cuando te despiertas o hace que tus emociones sean un poco menos salvajes. Por eso una chica desordenada es la reina de la siesta.
Por desgracia, la resolución de problemas no es tu fuerte. Eres más del tipo de chica que sigue la corriente.
9. Los plazos son tu peor enemigo
Lo tuyo nunca ha sido respetar las líneas ni cumplir los plazos.
Tienes tu propia línea de tiempo para todo y añadir más sólo lo estropea.
Haces las cosas cuando te apetece, no cuando tienes que hacerlas y por eso estás constantemente en caos.
10. Hacer malabarismos en medio del caos es el lema de tu vida
Esto es lo más fascinante de las chicas hot mess. Todo es un desastre en tu vida. Lo paradójico es que has llegado a ese punto en el que tu desorden se ha convertido en algo bonito e incluso sexy.
Puede que tus pensamientos o tu aspecto estén desordenados, pero de algún modo mantienes un atractivo y una belleza innegables. Realmente eres especial.