Hay tantas cosas que haces que tus amigos no entienden.
No parecen entender que algunos acontecimientos te resultan abrumadores y que la velada perfecta para ti eres tú con tu libro o tu teléfono.
Para los extrovertidos, es tan difícil entender que pedir algo por Internet es mucho más fácil que salir y enfrentarte a toda esa gente o, a veces, incluso llamar es demasiado para ti. Y hay tantas otras cosas que a tus amigos les cuesta entender que haces simplemente porque tu temperamento es como es.
He aquí una lista de los más comunes y los más confusos.
1. No responder nunca a las llamadas telefónicas
No entienden que prefieras enviar mensajes de texto porque así tienes tiempo de entender cómo se siente la otra persona y de pensar en la mejor respuesta. Por mensaje de texto, eres ingenioso, divertido e increíblemente empático, pero cuando hablas por teléfono, el estrés se apodera de ti y empiezas a tartamudear y a decir tonterías, mientras deseas no haber contestado nunca a esa llamada.
Cuando hablas por teléfono, no puedes ver cómo ha reaccionado la otra persona. Todo lo que dices te parece estúpido o completamente brusco y toda la experiencia te resulta tan estresante que intentas evitarla como puedes.
2. Leer o trabajar en un café
Hay algo en estar rodeado de gente sin tener que hablar con ellos. Crean el ruido de fondo perfecto para ti porque así no te sientes solo, pero tampoco sientes la presión de entablar una conversación trivial.
Además, te encanta observar a la gente e inventar historias en tu cabeza, y ésta es una forma perfecta de hacerlo.
3. Cuando abandonas las fiestas antes de tiempo
Sueles ser el primero en marcharte de una fiesta diciendo que estás muy cansado. Pero lo cierto es que no tienes sueño ni estás agotado. Solo estás cansado de hablar con la gente o de estar cerca de ellos.
Drenan tu energía de una forma que tus amigos extrovertidos nunca entenderían. Y mientras estás en la fiesta, sueles hablar con una persona que conoces y con la que te sientes cómodo, mientras añoras tu cama y tu lugar donde puedes ser tú mismo.
4. Ser increíblemente selectivo sobre con quién pasas tu tiempo
No te importa cuántos amigos tengas, siempre que sean de verdad. Como la gente drena tu energía con tanta facilidad, es completamente natural que quieras pasar tu tiempo con personas que realmente te hagan sentir bien.
Y ésta es la única razón por la que no eres un gran fan de las grandes fiestas, cenas o quedadas. Prefieres que todo sea sencillo pero significativo.
5. Cuando cancelas planes en el último momento
Es difícil entender que cuando alguien hace planes no pueda cumplirlos. Tal vez te sentías bien cuando los hiciste, pero cuando llegó el día te diste cuenta de que necesitabas un tiempo a solas para recuperar la compostura.
No eres maleducado. No intentas ser la reina del drama ni llamar la atención de nadie. Simplemente no te apetece salir de casa.
6. Perderse en sus pensamientos todo el tiempo
Para ti es tan fácil perder la concentración que a veces la gente tiende a pensar que no te importa lo que están hablando. Pero mientras ellos hablan, tú te esfuerzas por ser la mejor versión de ti mismo.
Eso hace que dejes de escuchar y te pierdas en tus esfuerzos. Y cuando estás en clase, ya estás soñando despierto con un futuro mejor o un pasado más sencillo. Sí te importa, pero estás demasiado estresado por la forma correcta de demostrarlo que, al final, no sabes cómo hacerlo.
7. Cuando necesitas más tiempo a solas que los demás
La sobrecarga sensorial te ocurre más a ti que a la gente que te rodea, simplemente porque eres más sensible que, digamos, tus amigos extrovertidos.
Las multitudes, los ruidos, la gente y el estrés te afectan más que a las personas que te rodean, por eso necesitas más tiempo a solas que ellas. No odias a la gente. No odias pasar tiempo con ellos. Es sólo que necesitas pasar más tiempo contigo mismo que con ellos.
8. La forma en que la gente drena tu energía
Algunas personas se recargan cuando pasan tiempo rodeadas de gente. Algunas personas disfrutan de la atención y otras han nacido para ser líderes. Pero a ti te importa emplear tu tiempo de la forma que te haga sentir bien.
Te preocupas por pasar tu tiempo con gente que se preocupa por ti y con personas que entienden que a veces, te desviarás y otras, te emocionarás más de la cuenta.
Prefieres salir con gente que entienda que el hecho de que a veces estés distante no significa que no te importen.
Con gente que entiende que quieres hablar de cosas profundas, de tu futuro, de cosas que significan algo para ti y, a veces, sólo quieres compartir el silencio con ellos. Hacer cosas con las que no estás bien sólo te agota, la gente te agota, por eso prefieres estar solo la mayor parte del tiempo.
9. No entablas conversaciones triviales
Las conversaciones triviales le ponen nervioso y ansioso. No sabes cómo hablar del tiempo, del trabajo de la gente o de ir de compras. Prefieres hablar de cosas más profundas, de cosas que te apasionan. Te gusta hablar de cosas que os hagan sentir bien a ti y a la otra persona, no agotados.
10. Cuando te recargas solo
Cuesta entender que pasar una noche a solas para ti es como irte un mes de vacaciones. Cuesta entender que a veces cuando dices que tienes otros planes, en realidad significa que quieres pasar un rato con tu libro o Netflix. Es difícil entender que pintar, dibujar, cantar o simplemente escuchar música es lo que tú consideras una noche perfecta, la forma perfecta de pasar el tiempo y recargarte.
Cuando son las personas las que agotan tu energía, la única forma posible de recargarte es estar solo. Pero para alguien que no se agota con la gente, a quien le gusta estar rodeado de gente y pasa tiempo con ella para recargarse, es increíblemente difícil entender que a ti no te funcione así.
Su falta de comprensión no significa que tengas que cambiarte o ir en contra de ti mismo para que los demás se sientan bien. Anteponte a ti mismo, porque la gente que de verdad se preocupa por ti siempre intentará comprenderte. La gente que no, siempre intentará cambiarte.