La única forma en que pueden medir su valía es el número de mujeres con las que se acuestan
Los hombres emocionalmente inmaduros tienen baja autoestima.
Necesitan una fuente externa a ellos que les demuestre que son dignos, y el número de mujeres a las que barren de sus pies es precisamente eso.
Les gusta presumir de ello ante sus amigos.
A medida que cuentan historias de sus conquistas, se engrandecen a los ojos de sus amigos "igual de inmaduros emocionalmente" y a sus propios ojos.
Así es como mantienen el poder
Uno de los principales temores de hombres emocionalmente inmaduros es que podrían ser cornudos por algún otro tipo.
Se sentirían muy humillados si fueran ellos los engañados.
Ni siquiera pueden soportar la idea. Así que en sus propias mentes, es mejor engañar que ser engañado. Es su forma de mantener el control.
Son incapaces de asumir la culpa
Nunca tienen la culpa de nada. No importa lo que le hagan a la persona con la que están, nunca lo admitirán, ni ante su pareja ni ante sí mismos.
Se han vuelto tan buenos haciéndose las víctimas que se creen sus propias mentiras. También son buenos con las palabras, y pueden hilar todas las historias en su beneficio.
Lo mismo ocurre con el engaño. Dirán que algo en el comportamiento de su pareja les hizo hacerlo.
Dirán lo que haga falta para justificar sus acciones.
Son adictos al drama
Las relaciones pacíficas, significativas y comprometidas son algo que no acaban de entender. Si no están jugando, se aburren.
Llevar a las mujeres a una montaña rusa emocional es lo que hace que su sangre bombee.
Sienten la adrenalina cuando todo se llena de incertidumbre.
Salir con varias mujeres al mismo tiempo es la mejor manera de conseguirlo.
Les hace las cosas más interesantes y no les importa a quién perjudican en el proceso.
Les sale sarpullido cada vez que oyen la palabra "compromiso".
Por defecto, los hombres emocionalmente inmaduros son fóbicos al compromiso.
Cuando sientan que las cosas se ponen un poco más serias, se alejarán inmediatamente.
Huirán, y su refugio más cercano serán los brazos y la cama de otra mujer.
Son una paradoja viviente. No quieren comprometerse, pero tampoco quieren estar solos.
Por eso vagan por este mundo tratando de averiguar quiénes son y qué quieren de la vida y del amor, dejando víctimas de su inmadurez emocional por todas partes.
Sólo se preocupan de satisfacer sus propias necesidades
Son egocéntricos. En cierto modo, creen que todo gira a su alrededor, por lo que sólo ven las cosas desde su punto de vista.
No tienen en cuenta los sentimientos de los demás.
Recurren a las trampas no sólo porque aumentan su ego a su manera, sino también porque piensan con la otra cabeza.
Se guían por sus deseos sexuales y nada más.