Cuando nos vemos y nos sentimos lo mejor posible, todo es posible. Por eso es importante adoptar la rutina de dar prioridad a nuestra salud -física, mental y emocional- y asegurarnos de que nos mantenemos en el buen camino cada nuevo día. Hay algunos hábitos sencillos que podemos incorporar a nuestra vida diaria y que nos ayudarán a sentirnos con energía, seguros de nosotros mismos e imparables.
En primer lugar, debemos analizar detenidamente nuestra dieta para determinar si estamos alimentando nuestro cuerpo con lo que necesita para mantenerse fuerte. Ingerir carbohidratos complejos, en lugar de azúcares simples como galletas, caramelos y pasteles, mantendrá nuestros niveles de energía altos y nos ayudará a evitar los bajones vespertinos que limitan nuestra capacidad para mantenernos concentrados y motivados. Los azúcares simples no sólo inducen resistencia a la insulina y conducen a la obesidad, sino que también nos quitan energía y nos hacen sentir perezosos.
Empezar el día con un batido rico en proteínas y antioxidantes nos dará la energía necesaria para darlo todo. A continuación, la avena natural y las fibras nos ayudarán a mantener ese nivel de energía durante toda la tarde. Terminar el día con una cena equilibrada y una infusión de manzanilla por la noche nos ayudará a relajarnos.
Hacer ejercicio y dormir lo suficiente también es importante para nuestro bienestar general. Esto significa que deberíamos sacar tiempo para dar un paseo enérgico por la tarde o apuntarnos a una clase de yoga con los amigos. Podemos subirnos a la cinta de correr mientras vemos nuestra serie favorita o sacar al perro a pasear un rato. O simplemente podemos estirarnos unos minutos por la mañana y por la noche para devolver el equilibrio a nuestro cuerpo.
Por la noche debemos acostarnos con ocho horas de descanso. Dormir lo suficiente cada noche ayuda a nuestro cuerpo a relajarse y recargarse, y nos despertaremos con más energía tras una noche de descanso. Escribir un diario y dedicar tiempo a meditar antes de dormir fomenta la atención plena y nos ayuda a centrar y relajar nuestros pensamientos. Encontrar unos momentos de tranquilidad a solas para contar nuestras bendiciones y dar las gracias crea una sensación de paz interior esencial.
Participar en iniciativas sociales y creativas también ayuda a aumentar la confianza y el autoconocimiento. Podemos apuntarnos a una clase de pintura en grupo con amigos, crear un club de lectura después del trabajo o reunirnos con un grupo de madres dispuestas a pasear por la manzana por la mañana. Seguro que en tu barrio hay muchas oportunidades de voluntariado y caridad en las que participar, o un lugar de vacaciones al que siempre has querido ir y que puedes empezar a planificar.
También es importante elegir activamente evitar la negatividad y la toxicidad a diario, tanto en nuestra vida personal como profesional. Esto significa que debemos centrarnos en estudiar una carrera que realmente nos apasione, relacionarnos con personas que saquen lo mejor de nosotros mismos y establecer relaciones íntimas con personas significativas que nos apoyen.
Si entramos en contacto con una persona, lugar o cosa que automáticamente nos induce a la negatividad, o empieza a hacerlo con el tiempo, debemos darnos cuenta de que simplemente no merece la pena aferrarse a ello y dejarlo ir. Tampoco debemos comprometernos y dar cabida a cosas que van en contra de nuestra autoestima y espíritu. Si no encaja con tu energía, deséchalo.
Cuando el mente, cuerpo y espíritu pueden trabajar juntos en armoníanos sentimos más completos. Por eso no podemos centrarnos en un aspecto de nuestra salud y descuidar otro. La salud corporal total es algo más que trabajar para conseguir un físico determinado o practicar la terapia cognitivo-conductual para alejar la ansiedad; significa asegurarnos de prestar atención a nuestro bienestar físico, mental y emocional en su conjunto todos los días.
La vida es dura. A menudo entramos en ciclos en los que nos sentimos perdidos y abandonados. Estamos dispuestos a abandonar la lucha. Pero es a través de las dificultades como nos volvemos especialmente conscientes de nosotros mismos, y si estamos decididos a utilizar este nuevo nivel de conciencia para elevarnos por encima de nuestras circunstancias, obtendremos un aprecio por la vida del que no éramos capaces de darnos cuenta antes de nuestra lucha.
Se trata de elegir superarnos cada día y negarnos a rendirnos. Y se trata de ponernos a nosotros mismos en primer lugar, para que podamos seguir dando lo mejor de nosotros mismos. Decidir hacer estos sencillos cambios puede marcar toda la diferencia del mundo.