A veces, las personas que crees que deberían estar a tu lado no lo están. Tu madre, tu hermana, tu mejor amigo. Las personas que "deberían" ocuparse de tus necesidades a veces no lo hacen. Estarán ocupadas, cansadas o demasiado ocupadas con sus propias vidas como para ocuparse de las tuyas. Es muy fácil perderse en su tristeza. La soledad de llegar a la gente y que esa gente te rechace. A menudo en momentos en los que ya eres vulnerable, que es lo que te ha llevado a tender la mano en primer lugar. ¿Qué puedes hacer con eso?
Nada. No puedes controlar a los demás. No puedes controlar cómo te responderán ni lo que estarían dispuestos a hacer por ti si se lo pidieras. ¿Qué puedes hacer entonces? Joderles. No de mala manera. Simplemente déjalos que hagan lo que estén haciendo. ¿Y qué vas a hacer tú?
Mira a tu alrededor. Fíjate en la gente que aparece sin preguntar, que ofrece apoyo sin intentarlo, que está dispuesta a hacer estupideces por ti sin ninguna razón-y aprécialos. No te obsesiones tanto con lo que no tienes que te pierdas lo que sí tienes. Quizá esa chica con la que trabajas, que acude a todo lo que la invitas y siempre te pregunta por tu día, sería una buena persona de referencia si descubres que tu persona de referencia ya no quiere que acudas a ella.
Empieza a darte cuenta-¿Quién te envía mensajes de texto, quién te llama, quién responde o devuelve inmediatamente tus llamadas? ¿Quién te apoya siempre en tu muro de Facebook? Está bien tener amigos diferentes para cosas diferentes. Está bien que te apoyes en gente nueva si te lo ofrecen y que veas hasta dónde llega. Fíjate en quién y qué te aporta felicidad y satisfacción y céntrate en ello. Fomentar que. No siempre es quien crees que 'debería' aparecer cuando más lo necesitas. No cierres la puerta porque estés esperando a la persona que crees que 'debería'.
Esto me quedó claro una vez que una conocida canceló su salida de cumpleaños porque "nadie" iba a venir. "Zorra... ¡Yo iba a venir! ¿No te parece suficiente?". Yo habría salido con ella y me lo habría pasado muy bien, pero yo no era con quien ella quería celebrar su cumpleaños y la decepción que sintió por ello le impidió disfrutar de su propio día. Yo no seré esa chica. ¿Si estás ahí? Gracias. Te quiero y te aprecio. ¿Y si no estás? Sobreviviré-¡mira toda la gente que hay! Se merecen lo mejor de mí y no puedo dárselo si estoy vigilando la puerta esperando a alguien que no viene.
No es que no me duela o que no me importe la gente que no aparece. Ni siquiera estoy tan mal en mi peor día como para intentar fingir que no lloro por ello. Pero... No permitiré que mi tristeza interfiera con el sincero agradecimiento que siento cuando me doy cuenta de que he sido bendecido abundantemente con una vida llena de personas que me quieren.
por Tia Grace
Lea más sobre el trabajo de Tia en http://yoursassyblackfriend.com/
Me encanta cómo consigues articular lo que muchos otros probablemente también estén pensando.
Cuando era más joven, entre los 20 y los 30 años, y la mayoría de mis amigos eran solteros como yo, me resultaba más fácil reunir a la gente para diversos eventos, ya fuera un grupo grande o sólo una o dos personas que venían a tomar un té para compadecerse y ofrecer apoyo amistoso. Ahora que tengo 50 años, me resulta mucho más difícil conseguir que la gente se comprometa a reunirse, ya que siempre están muy ocupados en las distintas etapas de sus vidas. Mis amigos más jóvenes tienen que llevar a sus hijos a los entrenamientos de hockey o gimnasia, y mis amigos mayores están ocupados cuidando de sus padres ancianos, la etapa en la que me encuentro yo.
Yo mismo he tenido que cancelar muchos compromisos sociales o salidas en el último año y medio debido a muchas citas con el médico y viajes inesperados al servicio de urgencias. Aunque soy el tipo de persona que prefiere el contacto cara a cara como primera opción, me encuentro utilizando Facebook y los mensajes de texto más que nunca como medio para mantener el contacto con mis allegados.
Hay algunos amigos de toda la vida que son verdaderos tesoros. Esos amigos, o familiares, siempre cogen el teléfono e intentan quedar si es posible, y los momentos que pasamos juntos son siempre como si nos hubiéramos visto la semana pasada.
Sin embargo, hay otros amigos que nunca devuelven las llamadas ni los mensajes de texto, y que siempre están ocupados cuando les invitas a quedar. A medida que envejezco, me doy cuenta de que mi tiempo es tan valioso que pierdo la paciencia con esas personas, y son los amigos de toda la vida los que cada vez significan más para mí.
Espero que los de tu propio círculo se den cuenta del tesoro que es tu amistad y se esfuercen más por seguir formando parte de tu propia pandilla de probada eficacia...".