Queridos tramposos,
Nunca entenderás el daño que le hiciste a alguien hasta que te hagan lo mismo a ti. Nunca entenderás cuánto duele que te rompan en pedazos hasta que alguien te rompa a ti. Nunca entenderás el dolor hasta que te patee.
¿Era tan difícil ser sincero y admitir que querías otra cosa, que no estabas preparado para apreciar lo que ya tenías? ¿Tan difícil era dejarles marchar y evitarles el dolor?
Apuesto a que no. Pero aún así no lo hiciste. ¿Y sabes por qué? Porque estás hecho de egoísmo y autosatisfacción. Porque eras codicioso.
No te importaba cómo se sentían o cómo se sentirían cuando descubrieran que no te importaban una mierda. Cuando descubrieran que todo ese tiempo que habían estado dando sólo para ser tomados por sentado.
Tú sólo te centrabas en tus propios deseos y anhelos, descuidando los suyos. Ellos luchaban desinteresadamente por ganarse tu amor, ¿y tú qué hiciste? Destruiste todos sus esfuerzos en un segundo cuando decidiste engañarles.
Y no te atrevas a decirles que todo fue por accidente. Engañar es una elección, no un error. Engañar significa decidir deliberadamente herir a otro ser humano con tu acto de egoísmo.
No te atrevas a esperar que te perdonen porque ahora te has dado cuenta de que has cometido un error. No, no cometiste un error.
Tomaste la decisión de hacerles daño y privarles de la felicidad porque estabas demasiado ocupado pensando sólo en ti mismo.
El perdón es un regalo caro que sólo reciben las personas que lo merecen. Tú no mereces el perdón. Mereces que te pase lo mismo que les hiciste a ellos porque es la única manera de que entiendas las consecuencias de tus decisiones egoístas.
Lo único que te mereces es el karma. Te mereces experimentar la traición cuando das todo de ti a alguien que amas.
Mereces experimentar la decepción por esforzarte en vano. Mereces que te recuerden constantemente que no eres lo bastante bueno y que nunca lo serás.
Y todo esto sucederá porque el karma es una perra. Algún día, en un futuro próximo, conocerás a alguien que te tratará exactamente como tú trataste a otros antes que a ellos.
El karma vendrá a recordarte todo lo que has hecho en tu pasado a aquellos que te querían y que estuvieron a tu lado pasara lo que pasara.
Y entonces te darás cuenta del error de tu decisión de hacerles daño. Te darás cuenta de lo que se siente al dirigir todas tus esperanzas y esfuerzos a algo en lo que crees. Te darás cuenta de lo que se siente al ser rechazado.
Cuando te des cuenta de las consecuencias de tu decisión, será demasiado tarde.
En el momento en que te sientes y te preguntes "¿por qué a mí?", te darás cuenta de que todo lo que les hiciste a ellos te lo están haciendo ahora a ti. Y te arrepentirás pero será demasiado tarde. Rebobinarás el pasado y comprenderás que podrías haberles evitado el dolor que estás pasando ahora.
Entenderás lo dolorosas que pueden ser las palabras, por no hablar de las acciones. Y cuando te des cuenta de todo eso, sabrás que serán felices con otra persona que les trate como se merecen. Y te arrepentirás de no haberlos apreciado cuando otra persona lo haga.
El karma es una zorra que te atrapa el corazón y el alma cuando menos te lo esperas. Pondrá tu mundo patas arriba y te hará pagar por cada una de tus malas palabras, por sus lágrimas, por su corazón roto y por tus acciones egoístas.
Te hará comprender que nada de eso habría ocurrido si hubieras apreciado lo que tenías. Nada de eso habría pasado si hubieras sido lo suficientemente valiente como para irte o luchar por lo que creías en lugar de ser un cobarde egocéntrico.