Llevo saliendo con hombres desde que era una adolescente. Y en este periodo de tiempo, he conocido a numerosos chicos.
He estado con fuckboys, chicos buenos, jugadores, chicos malos, chicos tóxicoshombres que me han friendzoneado y hombres a los que he friendzoneado.
He estado con algunos chicos que sólo querían usarme para el sexo y algunos que me llevaron y he estado en un par de relaciones serias.
Había algunos chicos a los que quería y otros que me querían.
Por otro lado, también hubo algunos chicos que nunca merecieron un lugar en mi vida. Hubo algunos chicos que me maltrataron y que no me quisieron lo suficiente, a pesar de todo el amor que yo les daba.
Pero no estoy aquí para hablarte de esos hombres.
Como ya he dicho, ninguno de ellos merecía un lugar en mi vida y eso significa que tampoco merecen ser recordados.
Tampoco estoy aquí para hablarte de todos los demás hombres de mi vida.
Estoy aquí para hablarles de un tipo que destaca entre todos ellos. No pertenece a ninguna categoría porque siempre ha sido muy especial.
Y después de todos estos años, sigue ocupando un lugar especial en mi corazón.
Y cuando hablo así de él, todos ustedes podrían suponer que aún lo amo. Podrían pensar que sufro por este hombre y que sigo buscándolo en cada hombre que entra en mi vida.
Pero la verdad es bien distinta.
La verdad es que era el hombre al que más había querido en mi vida.
Y si lo pienso bien, es posible que sea el único hombre al que he amado de verdad. Sí, he amado o he creído amar a otros hombres, pero lo cierto es que mi amor por él siempre destacó.
Y la verdad es que éste era el hombre que más me quería. El único hombre que amó mi verdadero yo y que nunca me pidió que fuera otra persona. El único hombre que me amó no a pesar de mis defectos sino por ellos.
Esto fue el único hombre que amó todo de mí.
El hombre que siempre buscó mi lado bueno, incluso cuando no había ninguno que encontrar. El hombre que me quería igual en lo mejor y en lo peor.
El hombre que no sólo fue mi amante, sino también mi mejor amigo y mi familia. El hombre que me cuidó y que conocía la esencia de mi personalidad.
El único hombre que consiguió cambiarme, sin intentarlo nunca. Fue el hombre que me ayudó a convertirme en la persona que soy hoy.
Pero sobre todo-esto fue el hombre que me enseñó a amar. El hombre que me enseñó cómo debe ser el amor y cómo debo ser amada.
El hombre que me enseñó no conformarse nunca con menos. Que elevó mis estándares cuando se trataba de hombres.
El hombre que me mostró cómo una mujer debe ser tratada, respetada, apreciada y amada.
Este fue el hombre que me hizo creer que existe el amor verdadero, incluso cuando no tiene un final feliz.
Un hombre que me demostró que no era tonta por creer en cuentos de hadas o en romances.
Y esto es algo por lo que siempre le estaré agradecido. Esto es algo por lo que siempre le recordaré.
Te preguntarás cómo es que este hombre ya no forma parte de mi vida. Te preguntarás cómo es que dejé ir a este hombre maravilloso.
Bueno, la verdad es que este hombre me trajo la mayor felicidad en mi vida. Pero también me causó mucho dolor y también es el hombre que me ha herido como ningún otro.
Pero eso no es algo que quiera recordar.
Porque no quiero pensar en las cosas malas cuando pienso en él. No quiero pensar en las cosas que pasaron después de que nuestro cuento de hadas terminara.
Sólo quiero recordarle por todo lo que me dio y por todo lo que me enseñó.
Porque eso es lo realmente importante. Y eso es lo que dejó una verdadera huella en mi vida.