Te dio todo tipo de señales de que no podía soportarlo más. Pero tú no las viste.
Estabas demasiado ocupado siendo totalmente egoísta. Estabas demasiado ocupado pensando en ti mismo y la descuidaste completamente en el proceso.
Su corazón gritaba tu nombre pero tú no podías oírla. Eso por qué se marchó.
Si le hubieras prestado atención, si la hubieras tratado como tu prioridad para variar, se hubiera quedado. Pero, no.
Elegiste seguir rompiéndole el corazón. Decidiste que eras más importante que ella.
Se marchó porque siempre tenías tiempo para tus mierdas y nunca para ella. Si necesitaba que la ayudaras con algo, siempre estabas demasiado ocupado. Con el tiempo, dejó de pedírtelo.
Ni siquiera te diste cuenta.
Se marchó porque no eras tú quien la mantendría a salvo. No podía confiar en ti. No podía confiar en ti.
Se marchó porque te distanciaste de ella. En lugar de estar ahí para ella, te estabas convirtiendo en un extraño. A medida que pasaba el tiempo, eras más un extraño que un amante.
Ella ya no podía reconocerte. No eras la persona que ella pensaba que eras.
Se marchó porque Estaba harta de sentirse sola. Estaba harta de ahogarse en sus propias lágrimas sola en el rincón más oscuro de la habitación.
Se marchó porque ya no era feliz. Ese sentimiento se convirtió en algo que olvidó. La hiciste olvidar.
Se marchó porque no la desafiaste. No la hiciste querer más.
La arruinaste. La empeoraste en vez de mejorarla.
Se marchó porque se dio cuenta de que el amor no era una calle de sentido único. Se alejó porque ya no la mirabas como antes.
No le cogiste la mano tan fuerte como antes. No la besaste tanto como antes.
Se marchó porque le diste valor para hacerlo. No hiciste nada. Pusiste cero esfuerzo en hacer que las cosas funcionaran. Hiciste su decisión mucho más fácil.
Sólo quería que te quedaras con ella, que estuvieras a su lado como ella lo estuvo al tuyo. Sólo quería que la amaras como ella te amaba.
No creía haber pedido mucho. Vio que no era amor. Se alejó.
Se marchó porque dejó de respetarse a sí misma. Tú no la respetabas y ella se acostumbró tanto a ese trato que empezó a creer que no merecía ese respeto.
Se alejó de ti porque se dio cuenta de que primero tenía que quererse a sí misma. Que era ella quien merecía toda la atención, el amor y el respeto que pudiera recibir.
Ella es digna de un hombre mejor que tú.
Alejarse es una decisión muy difícil de tomar, pero confía en mí en esto, es realmente necesario caminar.