Al que está a mi lado cuando mis rodillas se rinden y mi cuerpo empieza a temblar, gracias. Gracias por atraparme cada vez que me caigo.
Gracias por ser mi apoyo y todo lo que no soy.
Gracias por darme los cimientos sobre los que me apoyo. Gracias por levantarme cuando caigo de bruces en la tierra.
Gracias por darme la fuerza no esconderme del resto del mundo. Gracias por demostrarme que sigue habiendo alguien ahí fuera que me quiere pase lo que pase.
Gracias por amarme cuando nadie más lo hace.
Gracias por saber que siento demasiado. Gracias por proteger mi blando corazón, que intento ocultar tras mi dura apariencia.
Sólo tú sabes la verdad sobre mí y quién soy realmente. Por eso estás aquí a mi lado cada vez que todos ellos me abandonan.
Gracias por sostenerme en tus brazos cada vez que no tengo fuerzas para levantarme.
Gracias por ayudarme a curar las heridas sangrantes de mi corazón blando y sensible.
Gracias por cuidarme cuando todos me abandonan. Gracias por entender quién soy realmente y por no decirme que tengo que crecer y ser más fuerte.
Gracias por quererme como soy y gracias por no intentar cambiarme.
Gracias por no esperar que sea como los demás. Sé que entiendes que soy diferente y sé que nunca intentarás encajarme en una caja.
Sé que nunca me sujetarás, pero dame alas y déjame volar porque sabes que pertenezco ahí arriba, junto a ti.
Gracias por quererme en mis peores días.
Sé que todo el mundo tiene derecho a tener un mal día. Sé que está perfectamente bien estar enfadado y triste. Sé que otros arremeten contra la gente que quieren.
Sé que te lo hago por los temas que aún no he desenvuelto y no lo haré durante algún tiempo. Todavía tengo demasiado miedo.
Gracias por ser consciente de ello. Gracias por ser alguien en quien puedo confiar en mis peores y más desastrosos momentos.
Gracias por darme espacio cuando lo necesito. Nunca me presionas para que hable cuando ves que no tengo ganas.
Siempre preguntas si puedes ayudar y si te rechazo, te retiras y me dejas en paz.
Sé que eso debe dolerte cada vez. Lo siento de verdad, pero sabes que no lo hago a propósito. No lo hago para herirte.
Puedo ayudarme a mí mismo. No puedo obligarme a cambiar y convertirme en algo que no soy.
Siento haberte roto el corazón por ser quien soy. Siento que tengas que aceptarlo cada vez. Lo siento por no ser adorable.
Mi amor, gracias por quedarte incluso después de haber visto a través de mis grietas y enfrentado mis miedos junto conmigo. Eso no te asustó, la parte más oscura de mí mismo no te asustó.
Todo lo que tengo que decir a esto es que te quiero y estoy agradecido de tenerte en mi vida porque si no fuera por ti, yo sería sólo una cara llorando entre la multitud en la que nadie se fijaría.
Gracias por amarme en mi momento menos amable.