Cuando pienso en nuestra relación, echo de menos muchas cosas de ella.
Cuando pienso en ello, de alguna manera siempre me olvido de todo lo malo que pasaba entre nosotros y de alguna manera, sólo pienso en las cosas bonitas. Sólo pienso en todo lo bueno que pasamos juntos y en todos los bonitos recuerdos que compartimos juntos.
Es como si hubiera olvidado todas las lágrimas que lloré mientras estábamos juntos y como si hubiera olvidado todo el dolor que experimenté durante nuestra relación.
Es como si de alguna manera hubiera conseguido olvidar todas las peleas y todas las decepciones que sufrí mientras estaba contigo.
Es como si hubiera olvidado todas las veces que lloré hasta quedarme dormida y todas las mañanas que deseé no haberme despertado.
En cambio, pienso en todas las noches que pasé durmiendo plácidamente a tu lado y en todas las mañanas dichosas en las que me alegré sólo por el hecho de que estuvieras tumbada a mi lado.
Pienso en todas las veces que me hizo sentir vivo y como si estuviera en la cima del mundo. Recuerdo cada vez que me hacías feliz y cada vez que me hacías sonreír y reír.
Pienso en cada vez que me cogiste en brazos, cada vez que me besaste y cada vez que me demostraste que me querías.
Elijo centrarme en cosas así y elijo creer que todas eran verdad, aunque no lo fueran.
Si alguien me preguntara por qué no pienso en nada malo, no sabría responder. Supongo que es mi cerebro el que intenta protegerme de revivir todo el dolor que pasé en el pasado, recordando sólo las cosas buenas.
Pero creo que esto se está volviendo contraproducente. Porque hace que te eche de menos y todo lo que éramos los dos.
Cuando me acuerdo de ti, siempre pienso en los tiempos en que eras el chico amable y cariñoso del que me enamoré.
Recuerdo todas las buenas noches y textos de buenos días que nunca dejaste de enviarme.
Recuerdo cómo me besabas y cómo sentía un amor enorme en esos besos.
Recuerdo cada vez que me sorprendías y cada vez que te esforzabas por poner una sonrisa en mi cara.
Echo de menos a la persona que eras antes de que cambiaras o antes de que me mostraras tus verdaderos colores.
Echo de menos lo feliz que eras a mi lado.
Pero aún más, echo de menos lo feliz que era cuando estaba contigo. Porque esa fue la última vez que experimenté y sentí la verdadera felicidad.
Nunca sabré si todas las cosas que me decías eran ciertas y si eras sincero mientras te comportabas como si me quisieras.
Pero sea cual sea la verdad, sé que me has hecho la persona más feliz del mundo.
A pesar de todo el dolor que me causabas cuando estabas a mi lado, me sentía capaz de todo y sentía que nada ni nadie podía detenerme.
Me sentía como si tuviera toda la fuerza y el poder de este mundo y como si pudiera lograrlo todo mientras me llevaras de la mano.
Fue el único momento en el que realmente viví el momento. El momento en el que no pensaba en el pasado ni en todo lo que había pasado antes. Por primera vez, no pensaba en el futuro ni tenía miedo de él.
No pensaba en las distintas posibilidades, en cómo podrían haber sido o habrían sido las cosas.
En lugar de eso, me limité a disfrutar del momento presente.
Disfruté del hecho de que yo te amaba y tú me amabas.
Y eso es algo que nunca sentí ni antes ni después de ti.
Siempre desde que te fuisteSiento que me he convertido en una persona diferente.
Sí, es posible que me haya vuelto más inteligente y prudente. Es posible que me haya vuelto más experimentado y que haya aprendido mucho de esto.
Pero la cuestión es que ya no soy tan feliz como antes.
Así que esa es la verdad...Te echo de menos y nos echo de menos. Pero, sobre todo, me echo de menos a mí misma y a la persona que fui mientras fui tuya.