Dicen que tarde o temprano superas todo y a todos. Sólo necesitas tiempo. Y en parte tienen razón.
El tiempo cura la mayoría de las heridas. Pero esas heridas dejan cicatrices que nunca podrán curarse.
Lo que nadie le dirá es que nunca superas de verdad a alguien a quien amaste de verdad. De alguna manera aprendes a vivir sin ellos en tu vida.
Aprendes porque tienes que hacerlo. Porque te ves obligado a hacerlo y porque es la única opción que te queda si piensas sobrevivir.
Lo que nadie te dice es que el verdadero dolor emocional te deja cicatrices de por vida.
No te dicen que te cambia para siempre y que nunca podrás ser la persona que eras antes de que te ocurriera algo devastador.
No te dicen que te convierte en una persona completamente diferente, en alguien que no te gusta.
Ahora lo sé, pero nadie me dijo nada de esto cuando te alejaste de mí. Yo era un desastre emocional y era el fin del mundo para mí.
Pero todo el mundo me decía que esto era sólo una simple rupturaque no era para tanto y que te olvidaría antes de lo que pensaba.
Me decían que exageraba, que pensaba que pronto te superaría y que el tiempo sería su testigo.
Y yo quería creerles, de verdad. Pero en el fondo, sabía la verdad. Sabía que tu abuso emocional me había dañado para siempre y que habías dejado una fuerte huella en mi vida.
Y tenía razón, por mucho que deseara no tenerla.
Han pasado años desde que me dejaste pero de alguna manera aún existes en lo más profundo de mí.
Si preguntas a mis allegados, todos te dirán que no eres más que un recuerdo lejano. Te dirán que seguí adelante con mi vida hace siglos y que probablemente ya me he olvidado de que existías.
Las cosas realmente se ven así. Y no puedo decir que pienso en ti todo el tiempo. Me gustan otros chicos, sonrío y soy feliz a veces.
Pero nunca podré volver a ser completamente feliz. Haga lo que haga, hay un recuerdo tuyo en algún lugar de mi mente. No me malinterpretes, no es un recuerdo doloroso, sólo me sirve de recordatorio.
Me recuerda a la mujer que era antes de conocerte. Me recuerda lo abierta de corazón que era, cómo confiaba en la gente y cómo pensaba que había algo bueno en todo el mundo. Me recuerda cómo creía en el poder del amor.
Me recuerda cómo confié en ti. Y cómo rompiste mi confianza.
Me recuerda todo lo que he pasado desde que te fuiste. De todas las noches sin dormir, de todas las lágrimas que lloré, de todas las mañanas que me desperté sin ti a mi lado.
Y sobre todo, me recuerda a mi corazón. Me recuerda que una vez tuve un corazón amoroso y tú lo destruiste.
Te lo llevaste contigo, sin ninguna intención de traerlo de vuelta. Me convertiste en una mujer amargada que olvidó cómo amar y cómo ser amada.
Me convertiste en alguien que no se abre a nadie, en alguien que piensa que todos los que me rodean sólo quieren aprovecharse de mí.
Me convertiste en todo lo que esperaba no llegar a ser nunca.
Dejé de confiar en la gente, porque me mostraste lo que pasa cuando le das a alguien tu confianza.
Dejé de entregarme por completo a nadie, porque ahora sé que cuanto más te entregues a alguien, más tendrás que perder cuando ese alguien te abandone.
Dejé de confiar en nadie más que en mí, porque me mostraste que la gente nunca está ahí para ti, para cogerte cuando te caes.
Y sobre todo, dejé de creer en el amor, porque me demostraste que no era más que una ilusión. Tenía miedo al amor, hasta que esto me ayudó: Superar el miedo a enamorarse y disfrutar de una vida más plena
Te perdoné todo. Te perdoné por tratarme mal mientras estuvimos juntos, por dejarme como si no significara nada para ti, por romperme...
Pero nunca podré perdonarte que me convirtieras en una persona diferente. Nunca podré perdonarte por cambiar la esencia de lo que yo era. Nunca podré perdonarte que me quitaras la esperanza.
Y Nunca podré perdonarte que te llevaras mi corazón contigo.