A veces nos aferramos tanto a las cosas que nos hacen mucho más daño de lo que nos haría soltarlas.
Eso es porque hay una lucha constante entre lo que sentimos y lo que sabemos, como la famosa pelea - corazón vs. mente.
Aunque sabemos que lo mejor sería dejarlo ir, a veces parece imposible. A veces dejar ir parece como si hubiéramos fallado en hacer que nuestro amor se quedara.
E incluso la idea de dejar ir es tan dolorosa que preferimos quedarnos en un lugar al que no pertenecemos. Toleraríamos ser desgraciados e infelices antes que dejar marchar a la persona que nos importa profundamente.
Somos tan tercos y persistentes en hacer que nuestra relación funcione que acabamos aún más heridos. Seguimos pensando que si anhelamos algo lo suficiente, algo cambiará.
Nuestro amor les cambiará y les hará darse cuenta de nuestra valía. Pensamos que si nos centramos en todo lo bueno, entonces todo lo malo desaparecerá.
Pero nunca desaparecen. Lo único que parece desaparecer son nuestros sueños y esperanzas.
Cuando ya no vemos solución, cortamos el cordón aunque duela. Lo dejamos ir porque ya no le vemos sentido a quedarnos.
Eso no significa que nos hayamos rendido, no nos convierte en desertores. Sólo significa que nos quedamos demasiado tiempo, que nos esforzamos demasiado y que no nos llevó a ninguna parte.
Dejar ir significa que invertimos nuestro tiempo, paciencia y energía y no obtuvimos nada a cambio. Significa que estuvimos con alguien que no estaba dispuesto a invertir el mismo esfuerzo en nosotros.
Significa que sólo han empeorado las cosas. Significa que estamos cansados de luchar solos y de estar solos.
No significa que nos hayamos rendido, sino que hemos dejado marchar a alguien que no quería quedarse. Significa que nunca debieron quedarse.
Significa que dejamos ir a alguien que nunca fue verdaderamente nuestro. No es rendirse, porque no puedes quedarte con lo que no es tuyo: tienes que dejarlo ir.
No significa que no fuéramos lo bastante fuertes. Significa que éramos más fuertes que nunca.
Significa que fuimos valientes, porque hace falta valor y agallas para dejar a quien amas. Porque es el mismo que te hiere el alma y te hace sangrar el corazón.
Significa que al alejarnos de ellos caminamos hacia nosotros mismos.
Que nos dimos cuenta de que tenemos nuestro propio camino que seguir y la persona con la que estamos es sólo un obstáculo en el camino.
Y en el fondo sabemos que los obstáculos están ahí para ser superados. Sabemos que detrás de ellos hay un camino totalmente diferente que seguir, si tan solo abriéramos los ojos.
A veces estamos demasiado cerca para ver. Aferrarnos ciegamente nos hace perder de vista el panorama general. Nos hace concentrarnos en el problema, no en la solución.
Nos hace esperar algo que nunca será. No perderíamos de vista todo lo que podría ser si simplemente nos dejáramos llevar. Porque nunca sabemos lo que nos depara el futuro.
Ahora sabemos que al desprendernos de ellos no renunciamos a nosotros mismos. Sabemos que significa que por una vez nos elegimos a nosotros mismos.
Elegimos hacer nuestra vida mejor y más feliz. Significa que queremos esa paz interior que nunca tuvimos con ellos. Significa que dejamos espacio para que nos lleguen cosas mejores.
Por eso no renunciamos al amor. Le dimos una oportunidad al amor verdadero dejando ir al que no estaba destinado a ser.
Nos dimos la oportunidad de una vida mejor. Nos dimos la oportunidad de ser felices.