Ha pasado años al lado de alguien con un trastorno narcisista de la personalidad (NPD). Durante años, esta persona te infligió abusos emocionales, mentales y puede que incluso físicos y sexuales.
Pero la buena noticia es que por fin te has animado a descartarlo.
Aunque ha sido un gran paso adelante, lo cierto es que aún sientes las consecuencias de todo lo que ha pasado durante años.
Sigues abrumado por sentimientos de desesperanza e impotencia y sigues teniendo recuerdos de todo lo que has pasado.
A veces, sientes que no te has movido ni un milímetro y como si siguieras enjaulada por el abuso de este hombre.
Si este es el caso, parece que sufres el síndrome de la víctima narcisista, que tiene un conjunto de síntomas y aquí tienes 8 de los más comunes.
1. Cuestionas tu propia cordura
Una de las cosas que todas las personas con NPD hacen a sus víctimas es gaslighting.
Quieren convencerte de que el abuso mental no está ocurriendo y la mejor manera de hacerlo es meterse en tu cabeza e intentar convencerte de que estás exagerando o imaginando cosas.
En pocas palabras, un narcisista te acusará de ser demasiado sensible y te hará creer que en realidad no está haciendo nada malo.
Pero después de pasar algún tiempo como víctima de abuso narcisista, empiezas a gasearte a ti mismo. Empiezas a cuestionar tu propia cordura y te preguntas si realmente eras tú quien estaba equivocado todo el tiempo.
Y no sólo eso: también empiezas a convencerte de que algunas cosas no ocurrieron, simplemente porque te resultan demasiado dolorosas de procesar, por lo que te resulta más fácil creer a tu agresor.
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2. Te sientes distante
Casi todas las relaciones abusivas tienen algo en común: el maltratador hace todo lo posible por llevar a su víctima a un estado de aislamiento emocional, social y económico, lo que, en consecuencia, conduce a una sensación de desapego.
Simplemente sientes que no estás en sintonía con tu entorno o incluso contigo mismo.
Tu narcisista te aisló de todo el mundo para mantener esta relación de poder y control entre los dos.
Sabía que si quería ser dominante sobre ti, tenía que hacer que cortaras lazos con todas las personas cercanas para que acabaras sólo con él.
Y la sensación de desapego es la reacción natural de tu cerebro a todo lo que estás viviendo y el mecanismo de defensa de tu cuerpo.
A veces, el dolor se vuelve demasiado abrumador y simplemente no puedes soportarlo más, por lo que te vuelves completamente insensible porque intentas huir de tu hiriente realidad para preservar tu salud mental.
Crees que la única forma de no sentir dolor es no sentir nada en absoluto.
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3. Antepones las necesidades de los demás a las tuyas
Cuando eres víctima de un narcisista durante un tiempo, te acostumbras a ponerle siempre en primer lugar y, con el tiempo, empiezas a desatender por completo lo que tú quieres y necesitas.
Estás dispuesta a hacer lo que sea para complacerle porque esperas que así te trate mejor.
Pero este comportamiento tuyo no termina en el momento en que te liberas de esta relación tóxica.
En cambio, adoptas este patrón y, antes de que te des cuenta, te encuentras anteponiendo las necesidades de todo el mundo a las tuyas.
La verdad es que has olvidado lo que se siente al cuidar de ti misma y tu agresor ha conseguido convencerte de que tus emociones no importan.
Recuerda que no hay nada egoísta en ponerte a ti primero y este es el primer paso que tienes que dar en este camino hacia la recuperación.
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4. Has perdido la confianza en la gente
Cuando conoces a un narcisista por primera vez, crees que todos tus sueños por fin se hacen realidad. Pero entonces la realidad te golpea y ves que es cualquier cosa menos el hombre que pensabas que era.
Aunque al principio crees que te ha tocado el gordo con éste, en realidad resulta ser tu peor pesadilla.
Después de experimentar algo así, pierdes toda tu confianza en ese hombre y en cualquier otra persona de tu vida.
Piensas que todo el mundo será como tu ex y que todas las personas que te rodean sólo tienen la intención de aprovecharse de ti y de romperte el corazón.
5. Sientes que nunca eres suficiente
Un narcisista siempre necesita sentir y pensar que está por encima de su víctima.
Y para conseguirlo, hace todo lo que está en su mano para empequeñecerte y tratar de convencerte de que no sirves para nada.
Quiere convencerte de que no eres digna del amor de nadie porque es la única forma de mantenerte a su lado. Al principio, no le crees porque conoces tu propio valor.
Pero con el tiempo, sus constantes insultos se te meten en la cabeza y empiezas a pensar de verdad que no eres lo bastante guapa, inteligente, bonita o capaz.
Lamentablemente, este sentimiento no desaparece junto con el maltratador.
6. Justifica a su agresor
Seguro que ha oído hablar del síndrome de Estocolmo, un trastorno en el que una víctima empieza a identificarse con su agresor e incluso a simpatizar con él.
Cuando sufres cualquier forma de maltrato, con el tiempo empiezas a confiar en tu maltratador y tu cerebro te engaña haciéndote creer que los dos habéis desarrollado un vínculo especial.
Y este es exactamente uno de los signos del síndrome de la víctima narcisista.
No puedes explicarlo, pero a menudo te encuentras justificando a tu captor e intentando encontrar excusas para su comportamiento tóxico. No dejas de repetirte que podría estar emocionalmente destrozado y que tú podrías salvarlo.
A veces, se quiere minimizar el abuso hasta el punto de pensar que tú eres el malo de la historia y que él no es responsable de nada de lo que está pasando.
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7. Está deprimido y ansioso
Una de las consecuencias más comunes de todos los tipos de maltrato, incluido el emocional, son los trastornos mentales, como la depresión grave y la ansiedad.
Durante años, su agresor hizo todo lo posible por quebrantar su espíritu y destruir su voluntad de vivir.
Recuerda: la energía de una víctima es el suministro de un narcisista y no se rendirá hasta agotarte por completo.
Aunque no consiguió aplastarte por completo, te dejó sintiéndote mal contigo mismo.
Te dejó con un miedo y un pesimismo inexplicables. Te dejó sintiéndote ansioso y deprimido.
8. Es demasiado cuidadoso con la gente
Tu narcisista literalmente te entrenó en cómo comportarte para complacerle.
Sabías que se agitaba con facilidad y siempre te preocupaba no hacer o decir algo "malo" que pudiera disgustarle y hacer que abusara aún más de ti.
Y has adoptado este patrón de comportamiento y lo has transferido a todos los demás en tu vida.
En consecuencia, caminas sobre cáscaras de huevo alrededor de todos los que te rodean, pensando que un movimiento "equivocado" podría molestarlos o ahuyentarlos.
Si te has sorprendido a ti mismo haciendo esto, una cosa es segura: es un signo de que sufres el síndrome de la víctima narcisista.