Estar soltero no es sólo no tener a nadie junto a quien tumbarse en la cama después de un largo día.
No se trata sólo de no tener una pareja para el sexo o alguien con quien acurrucarse, es mucho más que eso.
Estar soltero da miedo, nadie lo discute.
No tener un compañero de vida a veces significa quedarse solo para luchar con todos los retos y dificultades posibles.
A menudo significa no tener a tu persona, no tener a alguien en quien confiar, no tener un hombro sobre el que llorar y no tener a una persona que esté a tu lado, pase lo que pase.
No es tener a alguien que te cuide o alguien que te coja de la mano cuando lo necesitas.
No te voy a mentir: estar soltero da aún más miedo cuando eres el único que pasa por ello.
Es aún peor cuando todas tus amigas están casadas o tienen pareja y cuando todo el mundo te presiona para que sientes la cabeza y encuentres a un hombre con el que envejecerás.
En este caso, la soltería incluye no tener a tu acompañante en los eventos importantes, que te pregunten constantemente si hay alguien especial en tu vida e incluso que te juzguen por no ser capaz de encontrar a tu persona para siempre.
Sí, ser soltero es aterrador y duro, y todo el que te diga lo contrario miente.
Significa que tienes que ser el doble de fuerte y el doble de capaz.
Significa que tienes que ser independiente y autosuficiente porque vas por la vida tú solo, sin nadie que te coja si te caes.
Sin embargo, es precisamente por eso por lo que hay que hacerlo.
Verás, sólo los cobardes huyen de las cosas que les asustan.
Sólo las mujeres débiles se dejan llevar por la corriente y hacen exactamente lo que se espera de ellas.
En cambio, las mujeres valientes hacen todo lo contrario.
Se enfrentan a sus miedos, los miran directamente a los ojos, ven que son más fuertes que ellos, los manejan con el mayor coraje posible y, finalmente, hacen que desaparezcan.
Las mujeres fuertes abandonan su zona de confort, aunque no sepan lo que les espera.
Van directos al fuego, sólo para demostrarse a sí mismos que pueden hacerlo y que pueden vencerlo.
Y lo veas ahora o no, créeme cuando te digo que tú eres una de esas mujeres.
Eres una mujer que no necesita que nadie la guíe, no eres una niña que necesita que un hombre la críe y puedes salir adelante sola.
Así que, por favor, no huyas de la soltería.
No saltes de una relación a otra sólo por miedo a quedarte solo, no te conformes con menos sólo porque alguien te convenció de que tienes unos niveles de exigencia poco realistas y no aceptes la primera oportunidad que aparezca en tu camino sólo para cumplir las expectativas de los demás.
No pierdas el tiempo en relaciones que no tienen futuro y son condenado al fracaso desde el primer día sólo porque quieres sentir que perteneces a alguien.
No te devalúes estando con hombres a los que sólo les interesa tu cuerpo sólo porque no te gusta volver a casa a una cama fría y vacía.
No bajes el listón sólo porque te avergüence que los demás te juzguen.
No entregues tu corazón a los hombres equivocados sólo porque estás desesperada por ser amada.
En su lugar, permanecer soltero hasta que te demuestres a ti mismo que puedes hacerlo.
Sigue soltero hasta que dejes de tenerle miedo.
En lugar de lamentarte por no haber encontrado todavía a tu hombre ideal, alégrate por el hecho de que estás esquivando una bala cada vez que no te involucras con un hombre equivocado.
En lugar de ver tu soltería como una maldición, considérala una bendición.
Míralo como una oportunidad de mejorar, de ordenar tu vida y de hacer que merezca la pena vivirla.
Considéralo una oportunidad para descubrir qué y a quién quieres, para pensar bien tus prioridades, para dedicar tu tiempo y energía a tu carrera y a otros intereses.
Considéralo una oportunidad para conocerte mejor y, lo que es más importante, para aprender a quererte y respetarte como es debido.
Sólo cuando consigas convertirte en la mejor versión posible de ti mismo estarás plenamente preparado y capacitado para iniciar una relación sana.
Sólo entonces empezarás a atraer a hombres de verdad, maduros, que te merezcan y sólo entonces el amor verdadero entrará en tu vida.