Una de las peores cosas que puedes experimentar cuando se trata de romance y amor es preocuparte por alguien que no se preocupa por ti.
Debería saberlo porque he pasado por eso.
Cuando conocí a este chico, me dejó muy claro que no estaba disponible emocionalmente. No puedo decir que no fuera honesto conmigo.
Pero de algún modo, aunque debería haber huido de él en cuanto oí esas palabras, esto me atrajo aún más hacia él.
Tonto de mí, pensé que yo sería la chica que cambiaría su visión sobre el amor y las citas....
Pensé que sería yo quien le convencería de que empezara a creer en el amor y que mi amor le ayudaría a cambiar de opinión.
Empecé a pensar en este tipo como una especie de desafío. Pensé que yo sería el que para salvarlo y el que abra su corazón al amor.
Tengo que admitir que no me tomé en serio ni las palabras ni las acciones de este chico: supuse que se estaba haciendo el duro y que necesitaba más tiempo para abrirse a mí y dejarme entrar en su vida.
Así que ignoré todas las banderas rojas y todas las advertencias que seguía recibiendo de él.
En cambio, me esforzaba por encontrar alguna pequeña pista de su inexistente amor por mí.
Seguí diseccionando cada movimiento que hacía y cada mirada que me dirigía, tratando de encontrar migajas de su afecto y algo a lo que pudiera aferrarme.
Cada vez que le miraba a los ojos, intentaba encontrar alguna chispa, una pista o una señal que me dijera que ese hombre me quería.
De alguna manera, perdí toda mi integridad y orgullo. No tuve ningún problema en mendigar literalmente el amor y la atención de este tipo.
Y no me costó mentirme a mí mismo.
Cada vez que este tipo me llamaba borracho, a altas horas de la noche, yo lo confundía con una muestra de su amor.
Cada vez que me tocaba accidentalmente, yo encontraba algo de pasión en ese roce, aunque en realidad no había ninguna.
Sí, me llevó demasiado tiempo aceptar que este tipo no me amaba y que nunca me correspondería.
Pero finalmente lo hice. Él y yo pasamos años en este tipo de relación antes de que finalmente me diera cuenta de algunas cosas.
En realidad, pasé años siendo suya en mi cabeza, mientras él llevaba su propia vida, como si yo nunca hubiera existido.
Y cuando por fin me di cuenta de que él nunca sería míoMe di cuenta y volví a la realidad.
Pero no supuso el fin de mi miseria.
Me quedaba un largo camino por recorrer, luchando contra mis inseguridades y mi autoestima. Me preguntaba si habría podido hacer algo más para que ese chico me quisiera.
¿Por qué yo no era suficiente para él? ¿Por qué no pudo al menos intentar amarme?
Y sí, en cierto modo le odiaba, por no quererme nunca como yo quería.
Pero luego, tras mucha introspección, me di cuenta de que era mejor que las cosas hubieran ido así.
Porque, pensándolo bien, lo último que quería era que alguien me quisiera por lástima y porque le daba pena. No quería que alguien me amara sólo porque yo lo amaba a él.
Finalmente llegué a la conclusión de que este tipo no tenía la culpa de nada. Simplemente no podía obligarse a sentir algo que no podía sentir.
Y no había nada malo en ello. Sí, era doloroso, pero era la realidad.
Y yo tampoco tenía la culpa de nada. Sí, durante mucho tiempo me sentí avergonzada por todo lo que había hecho para que ese chico me quisiera y por el esfuerzo que había estado poniendo en algo que en realidad nunca existió.
Pero ahora sé Acabo de amar a un hombre con todo mi corazón y ese amor me cegó.
Y tampoco había nada malo en ello.
Me di cuenta de que algunas personas son simplemente no debe ser.
Me di cuenta de que algunos amores nunca sucederán, por mucho que intentemos que sucedan.
Y me di cuenta de que todo eso forma parte de la vida.